jueves, 27 de mayo de 2010

Jesús camina por tu calle

La fiesta más grande de toda la humanidad es la victoria de el Hombre que venció a las tinieblas, a la enfermedad, a los vicios, al pecado, a la muerte... ¡Jesús está vivo! Esta es la verdad más maravillosa que podemos vivir. El próximo Jueves 3 de junio a las 18:30 horas se celebrará la Eucaristía en la Plaza Valladolid. Se ofrecerá a Papá Bueno el cuerpo de su amadísimo Hijo con su pasión, muerte, resurrección gloriosa y fiesta de Pentecostés. El Excmo. Sr. Arzobispo D. Alberto Suárez Inda presidirá la Misa. Te invitamos a ti y a toda tu familia a la celebración del Corpus Cristi. Después de la Eucaristía tendremos la procesión con el Santisimo Sacramento por las calles de Bartolomé de las Casas, Juan José de Lejarza, por la Av. Madero Oriente hasta llegar a Catedral donde se nos dará la bendición con el Santísimo. Después de este gran momento las campanas de todos los templos de Morelia se alegrarán y doblarán en honor a Jesús vivo. Te invitamos a vivir estos momentos de inmensa alegría en los cuales Jesús que está sentado a la derecha del Padre, estará presente con los que creen que verdaderamente él es el Hijo de Dios y que sigue siendo el mismo de ayer, es el mismo hoy y lo será por siempre.
Recuerdo una ocasión que asistimos a una celebración eucarística en el Estadio Nuevo de la ciudad de León, Gto. cuando el P. Emiliano Tardif tomó al Santísimo Sacramento y lo paseó por toda la cancha de juego. A su paso los ciegos empezaron a ver, los tullidos corrian, los sordos oyeron, los enfermos sanaron, en fin, los pecadores hallaron gracia a los ojos de Dios. Quiera Dios que el próximo Jueves de Corpus vivas en plenitud las gracias y bendiciones que Jesús tiene para ti desde toda la eternidad. La cita es en la Plaza Valladolid el próximo Jueves a las 18:30 horas.
-En Paterno, Italia se encontró abierto el Tabernáculo de la iglesia parroquial de San Pedro, faltando dos copones que contenían Hostias consagradas. Esparcida la noticia de tan nefacto robo en toda la comarca, la consternación fué extraordinaria y se hicieron devotísimos actos de desagravio, en reparación del enorme sacrilegio cometido. Pasó un mes y empezaron una serie de prodigiosos sucesos que alarmaron profundamente a todos los vecinos del pueblo. Aparecían cada noche, en medio del campo del duque Grottolelle, un sinnúmero de luces resplandecientes como estrellas del firmamennto.
El día 24 de febrero se vio una inmensa llama al derredor de un vasto pajar. Acudió entonces todo el pueblo para admirar tan singular espectáculo, y juzgando era señal del cielo que indicaban donde estaban escondidas las Sagradas Formas, revolvieron con azadones una y otra vez la tierra, sin obtener el más mínimo resultado.
Se vio entonces cerca de un álamo salir una vivísima luz, y aparecer de en medio de ella una blanca paloma que bajando luego al pie del árbol, desapareció repentinamente. Con gran ansiedad se acercan todos al álamo, excavan la tierra y encuentran una Hostia. El pueblo estalla al momento en un grito de júbilo. El sacerdote, D. Diego Guarino, coloca la Forma santa en el corporal y continúa buscando las demás, hasta encontrar cuarenta, que con extraordinaria pompa se llevaron procesionalmente a la iglesia parroquial.
En la noche siguiente vieron, con no pequeña sorpresa, que en el mismo campo resplandecía de nuevo una vivísima luz, cuya extremidad tenía la figura de una encendida rosa, repitiéndose la señal de las llamas en el pajar, como en los días anteriores. Buscáronse con mayor ahinco las Hostias restantes, que se encontraron, por fin, con gran satisfacción de la ansiosa muchedumbre.
Acudió al punto la clerecía, y congregado el pueblo al tañido de las campanas, fué llevado el Santísimo Sacramento a la iglesia entre largas filas de gente, que con antorchas encendidas en las manos, entonaban cánticos de alabanza al Dios de cielos y tierra oculto en la Sagrada Eucaristía.
-El día 3 de febrero de 1822, a las cuatro y media de la tarde, exponía el presbítero Delort, en Nuestra Señora de Loreto de la ciudad de Burdeos, el Santísimo Sacramento.
Al terminar y ya en el altar el sacerdote para dar la bendición, vió en la Hostia consagrada a Nuesto Señor Jesucristo bajo la forma de un varón de treinta años, de extraordinaria hermosura. Asombraado por tal maravilla, preguntó a los asistentes si veían lo que él veía, y afirmáronle que realmente Jesucristo se hacía visible.
Acabados los cantos religiosos y dicha la oración final, el sacerdote Delort subió al altar para tomar el Altísimo y dar la bendición solemne, sin dejar de contemplar al divino Salvador que tenía en sus manos y que el pueblo adoraba con gran ternura de corazón, viéndole moverse para bendecir a todos y con preferencia los niños. Colocó la custodia sobre el ara, y no se vieron entonces más que las santas especies en que Jesucrissto acababa de ocultarse. Salió el prebístero de la capilla sumamente conmovido, sin poder contener las lágrimas de devocion y ternura. Al momento se vió rodeado de un numeroso concurso que no cesaba de preguntarle si había sido testigo del prodigio que ellos tan manifiestamente presenciaron. El humilde sacerdote quería ocultar tan insigne favor, pero al fin dió público testimonio de la inefable gracia recibida.
-Se hallaba un día San Alfonso Ma. de Ligorio estudiando en su celda, cuando se acercó el Procurador de la casa y le dijo que estaba próxima la hora de la comida, y no había en la despensa sino tres panes. -No, os apuréis, Padre; Dios que sustenta las aves del cielo, nos sustentará también a sus siervos. Admiró el Procurador la confianza de su Superior en la divina Providencia, y no se atrevió a insistir. Poco después de este diálogo, llamaron a la puerta. A la portería acudió con toda presteza el Procuraadar, esperándo el socorro que iba a sacarle de apuros: mas al llegar, se encontró con un mendigo que le pedía una limosna por amor de Dios. Quedó el Padre perplejo sin saber que hacer. Mas Alfonso que había oido la petición del mendigo, le sacó pronto de la perplejidad: Déle, Padre, le dijo, dos panes de los tres que le quedan en la despensa.
Una vez que dió esta orden, se dirigió a la sacristía, se puso la sobrepelliz y la estola, se acercó al Tabernáculo, se postró ante el Santísimo Sacramento y oró un rato. Se puso de pie; y con la confianza de santo y candor de niño, dijo al Señor mientras daba unos golpecitos en el Sagrario: «Jesús mío, la comunidad no tiene hoy cosa alguna qué comer, y acude a ti. No dejes de socorrerla», Oró de nuevo, y confiado se volvió a su aposento seguro de que el Señor les proveería y no tardaría en mandarles el sustento.
Nuevos golpes a la puerta del convento. «Si es otro mendigo, se dijo el Procurador, le daré el pan que nos queda». Con el pan en la mano, se fué a la portería. ¡Dios con nosotros, Padre!, le dijo un caballero de porte distinguido, que era quien llamaba. Aquí tiene usted esta limosna, que si no es tal cual sería mi deseo, espero que de algo podrá serviros. Durante muchas semanas, pudo el Procurador alimentar a la Comunidad.
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¡Alabado sea Jesucristo!
BUENAS NOTICIAS PARA EL HOMBRE DE HOY
Grupo Apostólico Nueva Evangelización

Sanación en El Carmen

En ocasiones cuando estamos enfermos lo primero que hacemos es recurrir al médico. Sacamos una cita con un especialista y asistimos puntualmente, y a veces en compañía de un familiar. Le contamos nuestra situación y ponemos énfasis en los dolores que tenemos para que nos diagnostique nuestra enfermedad y pueda darnos un tratamiento que sane nuestra dolencia. A veces la situación no es tan fácil y se complica, y este proceso se repite varias veces. Si después de varias visitas a nuestro médico de confianza no obtenemos la sanación nos cuestionamos y queremos ver cual ha sido la falla.
En ocasiones se nos presentan otras alternativas para sanar nuestro cuerpo y aunque no sean muy seguras nos atrevemos a tomarlas. Y si ni así obtenemos la salud, como posibilidad última recurrimos a la oración. Una hermana de comunidad que sanó en la oración por la salud de los enfermos en el templo de El Carmen nos da su testimonio: por medio del periódico me di cuenta que en el templo de El Carmen había oración por la salud de los enfermos los lunes a las 5 de la tarde. Empecé a ir por pura curiosidad, sin esperar nada. Yo me encontraba en un estado muy crítico pues se me había caído un plástico muy grande en la cabeza y resultaron tres vértebras aplastadas. Mi cuello quedó inmóvil, no podía voltear a ningún lado y tenía unos dolores muy fuertes.
Ese lunes para mi sorpresa, al salir de la oración del templo, se me quitó un dolor de mi brazo derecho, desde la muñeca hasta más arriba del codo. Este dolor lo tenía muy fuerte desde hacía más de quince años. Ese día experimenté que Jesús sana. Esto sucedió en julio del 2002.
El mismo lunes me acompañaban mi esposo y nuestros tres hijos. Mi esposo se tenía que hacer unos estudios clínicos pues tenía colesterol y los triglicéridos muy altos. En cinco años nunca se los habían podido controlar. Al día siguiente la sorpresa fue grande y quedamos sorprendidos pues el resultado fue que todo estaba normal. Esta fue la primera vez que fuimos toda la familia a la oración.
Cada vez que voy a la oración siento mucho alivio. En otra ocasión tenía mucho dolor en el cuello y sentía que no aguantaba más y me iba a salir sin darme cuenta que es precisamente allí es donde se me da la fuerza y gracia de mi sanación. Después de la oración el dolor se me quitó, salí cambiada, con mucha fuerza, con paz y tranquilidad. Ahora siempre espero el lunes de oración y veo el reloj para llegar antes de las 5.
También sufría de la garganta, tenía mucho dolor, se me cerraba y no podía respirar, además no podía pasar los alimentos, era una sensación de mucha angustia. Además, el estómago me dolía en extremo. Después de la oración quedé aliviada y los dolores desaparecían. Otras veces la angustia y la desesperación me oprimían y la oración hacía que la paz de Jesús estuviera conmigo.
En enero estaba desesperada de ir con tantos médicos y realmente no se sabía que tenía. En muchos estudios que se me hicieron no aparecía nada, todo salía normal, pero yo seguía de mal en peor. Cada día que pasaba empeoraba. No podía pasar la comida, no podía pasar saliva, y lo poco que comía no me hacía digestión. Se me congestionaba la nariz y casi no podía respirar. Las noches eran muy desesperantes. Los médicos determinaron que tenía una alergia. La medicina algo me ayudaba pero mi mejoría no ve veía por ningún lado.
Como si eso fuera poco, no podía dormir acostada, sino sentada porque sentía que me ahogaba y cuando despertaba a las 2 o 3 de la madrugada, ya no me podía dormir y quedaba despierta hasta que amanecía.
El el mes de febrero se hizo oración de sanación por mí en casa. Desde ese día puedo dormir bien la mayoría de la noche. Quiero agregar que la noche anterior a la oración no dormí por la emoción que sentía, me preguntaba que iría a pasar. Les dije a mi esposo y a nuestros tres hijos que tendríamos un invitado muy especial: El Doctor de doctores: Jesús se presentó en la Eucaristía en casa.
Fue entonces cuando me abandoné en las manos de Jesús que está vivo… en El Carmen… y en mi casa. Le dije que sólo él podía sanarme. Dejé toda la medicina que estaba tomando y le entregué todo lo que tengo y soy. Toda mi familia y los amigos más cercanos participaron de la oración y también ellos experimentaron la presencia y el amor de Dios que fue derramado en nuestros corazones.
Me encuentro perfectamente bien, como de todo, duermo bien, respiro mejor, no me duele ninguna parte de mi cuerpo, y lo más importante, hacemos oración con la Palabra de Dios con toda la familia.
Doy gracias a Jesús, el Hijo de Dios vivo que a través de mi enfermedad me acerqué más a El. Toda mi familia está feliz de ver como me dejó Jesús y estamos en oración diaria.
Desde ese día empezó mi sanación en todo mi cuerpo, alma y espíritu. Jesús me ayudó como nunca y mi recuperación fue muy acelerada. Todos los malestares que tenía, ya no los tengo.
Cuando una persona se pone en las manos de Cristo no hay enfermedad, por difícil que sea, que le pueda hacer daño. Doy el testimonio de mi sanación para que quien crea en Jesús le pase lo que a mi me pasó. Jesús me sanó no de una, no de varias, se llevó todas mis enfermedades y dolencias que ya eran “normales” en mi vida.
Doy gracias a Jesús que está vivo… en El Carmen… y en mí, porque me sanó. ¡Gloria a Dios!
El Evangelio sigue vigente en pleno siglo XXI. Así como Jesús no sanó a Zaqueo cuando se subió al árbol para verlo pasar, y lo sanó cuando se auto invitó a su casa, así sucedió con Irma: no la sano cuando iba sola a la oración, sino que la sano al 100% cuando se hizo oración en presencia de toda la familia en su casa.
La sanación de Irma no queda en eso nada más, ahora Jesús quiere invitarse él mismo a tu casa, si leíste bien, a tu casa, donde tú vives, o donde tú debieras vivir sano.
“Baja Zaqueo, conviene que hoy me quede en tu casa”, dijo Jesús a un hombre de baja estatura hace más de 2000 años y esa misma propuesta hace hoy mismo al que está leyendo estas líneas: “Baja de tu enfermedad, conviene que hoy mismo quedes sano. Porque te ando buscando seas quien seas y seas como seas”. Jesús te invita a la oración por los enfermos el próximo lunes a las 5:00 en el templo de El Carmen. Jesús quiere sanar a Zaqueo, a Zaquea y a los Zaqueitos que viven en tu casa. Si te identificas y declaras que eres un gran pecador, llegó tu turno para ser sanado por quien todo lo puede, Jesús de Nazareth
Después de su sanación nuestra hermana Irma sintió un verdadero llamado a orar por la salud de los enfermos y ahora ella pide al Padre Bueno, en el Nombre de Jesús, con el poder del Santo Espíritu de Dios, para que los que sufren cualquier enfermedad sean sanados y después den testimonio con gran valentía de lo que Jesús ha hecho en ellos.
Queremos agregar que después de hacer la oración de sanación en casa de Irma le pedimos que invitara a Jesús a su casa pero que no fuera de los dientes para fuera. Le sugerimos que al invitarlo le pusiera un lugar en la mesa para él: su silla, cubiertos, un vaso, por supuesto el lugar que él ocuparía sería el de honor. Agregamos que platicaran con Jesús como si estuviera junto a ellos en la mesa. Terminamos diciendo que si se les olvidaba un día, al siguiente lo volvieran a hacer. El sábado pasado, 22 de marzo, nos hizo saber que todos los días desde su sanación Jesús ha tomado el lugar de honor en su casa, que cuando se sienta a la mesa su familia y no está el lugar de Jesús, su esposo o uno de sus hijos le recuerda que falta el lugar de Jesús en la mesa.
La familia en pleno está viviendo una vida nueva y también le ha dado hospedaje al Señor de señores en su casa. Nuestra hermana Irma, su esposo Sergio y sus tres hijos: Sergio, Fernando y Daniel, ahora hacen oración por la salud de los enfermos en la Z radio y en El Carmen, y de cuando en vez repiten lo que le dijo Pablo a Festo hace casi 2000 años: “Ojala te pase a ti lo que me pasó a mí”.
¡Gloria a Dios!
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¡Alabado sea Jesucristo!
BUENAS NOTICIAS PARA EL HOMBRE DE HOY
Grupo Apostólico Nueva Evangelización

Procesión con el Santísimo

La fiesta más grande de toda la humanidad es la victoria de el Hombre que venció a las tinieblas, a la enfermedad, a los vicios, al pecado, a la muerte... ¡Jesús está vivo! Esta es la verdad más maravillosa que podemos vivir. El próximo Jueves 3 de junio a las 18:30 horas se celebrará la Eucaristía en la Plaza Valladolid. Se ofrecerá a Papá Bueno el cuerpo de su amadísimo Hijo con su pasión, muerte, resurrección gloriosa y fiesta de Pentecostés. El Excmo. Sr. Arzobispo D. Alberto Suárez Inda presidirá la Misa. Te invitamos a ti y a toda tu familia a la celebración del Corpus Cristi. Después de la Eucaristía tendremos la procesión con el Santisimo Sacramento por las calles de Bartolomé de las Casas, Juan José de Lejarza, por la Av. Madero Oriente hasta llegar a Catedral donde se nos dará la bendición con el Santísimo. Después de este gran momento las campanas de todos los templos de Morelia se alegrarán y doblarán en honor a Jesús vivo. Te invitamos a vivir estos momentos de inmensa alegría en los cuales Jesús que está sentado a la derecha del Padre, estará presente con los que creen que verdaderamente él es el Hijo de Dios y que sigue siendo el mismo de ayer, es el mismo hoy y lo será por siempre.
Recuerdo una ocasión que asistimos a una celebración eucarística en el Estadio Nuevo de la ciudad de León, Gto. cuando el P. Emiliano Tardif tomó al Santísimo Sacramento y lo paseó por toda la cancha de juego. A su paso los ciegos empezaron a ver, los tullidos corrian, los sordos oyeron, los enfermos sanaron, en fin, los pecadores hallaron gracia a los ojos de Dios. Quiera Dios que el próximo Jueves de Corpus vivas en plenitud las gracias y bendiciones que Jesús tiene para ti desde toda la eternidad. La cita es en la Plaza Valladolid el próximo Jueves a las 18:30 horas.
-El pasado lunes tuvimos la gracia de participar en la oración de sanación de recuerdos. En el templo de El Carmen a partir de las cinco de la tarde inició con cantos esta oración. La oración está dirigida a los hermanos y hermanas que tienen en su interior algún resentimiento o culpa en su pasado. Algunas veces estamos heridos por situaciones complicadas incluso desde antes de nacer. Y a veces cargamos culpas de nuestros padres que también fueron víctimas de resentimientos, odios, rencores, malos entendidos y todo lo que se le parezca.
Antes de orar vamos a recordar testimonios que nos dieron algunos de nuestros hermanos y hermanas que vivieron su liberación de su pasado, porque cuando Jesús libera somos cambiado en el cuerpo, alma y espíritu.
Un hermano se levantó y dijo: cuando estaba la oración me impusieron las manos y en ese mismo momento empecé a oír, a escuchar. Les quiero decir que hace ocho años tuve un accidente automovilístico y desde ese día perdí la audición. Ocho años sin poder oír nada. Los médicos dijeron que no tenía solución mi problema y hoy escucho todo lo que me dicen de cerca y de lejos. ¡Gloria a Dios!
Su esposa tenía un llanto de alegría al escuchar a su marido y abría mucho los ojos para recibir esta buena noticia. Estamos cansados de escuchar malas noticias en la comunidad, en la radio, en la televisión, pero ahora escuchamos buenas noticas para el hombre y mujer de hoy.
Otra hermana que en días pasados nos llamó a la Z radio para pedir oración porque no veía y tenía diabetes, nos dijo: cuando el pasado domingo me sanó el Señor Jesús de que no podía ver y de la diabetes que tenía, me dije, tengo que ir al templo de El Carmen a dar gracias a mi Dios por la sanación recibida. Durante la oaración se me impusieron las manos y sentí como una rafaga de viento que se me salía y en ese mismo momento empecé a escuchar. Además de sanarme de mi vista y de la diabetes, Jesús también me hizo que volviera a escuchar con mis oídos que tenía perdidos. ¡Gloria a Dios!
Otra hermana comentó que tenía mucho odio contra su cuñado porque maltrataba mucho a su hermana. El mal trato creció hasta que él dio muerte a su esposa. El fue senteciado y cumplió su condena y al salir libre se volvió a casar. Pero el odio contra él crecía cada día más y más. El día de la oración nuestra hermana experimentó la necesidad de perdonar a su cuñado y no podía, pero con la ayuda de Jesús, que la fortaleció, ella vivió ese momento de reconciliación y después de duros momentos: lo perdonó. Ella vive una vida nueva sin rencores, sin resentimientos. Ya fue liberada de sus cadenas que durante muchos años estuvo cargando. Es más, ya puede orar con el Padrenuestro cuando dice: “perdona nuestros pecados como nosotros perdonamos a los que nos ofenden”. ¡Gloria a Dios!
Y tú, ¿ya oras con el Padrenuestro? Una pregunta: ¿Te gustaría que Jesús te perdonara como tu perdonas? Ten mucho cuidado con tu respuesta. Si dices que NO estás en lo cierto. Es momento que te reconozcas gran pecador y pide a Jesús que vacíe su misericordia en ti para poder vivir lo que ya ganó por ti con su pasión, muerte y resurrección gloriosa.
Esta es parte de la oración que se hizo el pasado lunes: Señor, yo te quiero pedir que vengas a mi vida... a que visites mi vida... tu sabes que llevo en mi corazón muchas heridas... que he sido lastimado muchas veces... te pido que vengas en estos momentos y sanes mi corazón. Señor, tú puedes acompañarme y volver conmigo atrás y caminar desde el momento en que fui concebido. Te pido que vengas Señor Jesús... que vengas a mi corazón.
Y Jesús te dice: Hijo, Hija, ven, para mi no hay tiempo, vamos a recordar tu vida, vamos a recordar todas las cosas que tu memoria tenga... yo quiero sanar en tu corazón todo aquello que te ha hecho daño...
Señor, solo tu sabes si yo fui concebido en un acto de amor de mis padres, o si hubo violencia, o si hubo engaño, o quizás mi concepción fue el resultado de una violación o de un acto de embriaguez de mis padres, o un encuentro meramente físico, o si hubo miedo en mis padres cuando me concibieron, solo tu sabes Señor lo que sufrió mamá cuando estaba esperándome, quizá no me quería, o quizá fue una madre soltera. Señor, tal vez mi madre estaba enferma o era muy pobre y por eso no quería un niño más, quizá tuvo que trabajar mucho tiempo y por eso yo no era un niño deseado o quizás mi padre presionaba a mamá para que yo no naciera.
Ayúdame Señor, desde el momento de mi concepción, límpiame y libérame de todo lo que pudo haberme causado dificultades en ese momento. Tu estabas presente cuando fui formado en el vientre de mi madre, libérame y sáname de cualquier atadura en mi espíritu que haya podido llegarme por mi madre o las circunstancias de la vida de mis padres cuando me formaba.
Ven Señor, esto me ha transtornado durante mi vida y me ha dado pena no sentirme amado por mis padres... ven Señor y toca mi corazón, sana mi corazón. Por esto te doy gracias Señor.
Señor, mira ya voy a nacer, tengo miedo de nacer Señor, porque mi papá quiere que yo sea niño y voy a ser mujercita o mi mamá quiere que yo sea mujer y voy a ser niño... y yo se que voy a a ser rechazado por ellos.
Señor Jesús, yo se que voy a entrar a un mundo donde se sufre, donde se tiene miedo, angustia, hambre, soledad y dolor. Y siento que me reciben unas manos frías, sin amor, acostumbradas a recibir la vida como si fuera un simple objeto. Ven señor a mi corazón, sana mi corazón... Ayúdame a nacer Señor Jesús.
Y siente como es Jesús el médico que esta ayudando a mamá en el parto y como al nacer Jesús te toma entre sus brazos y experimentas su infinito amor y te dice: Ven yo sano tus angustias de nacimiento, yo te amo a ti, así te quiero como eres, hombre o mujer, así como estas te amo.
Siente como Jesús te abraza... y siente también la presencia de la Virgen María, ella también te abraza y te cuida y te protege y tu sientes ese calor de madre, ese amor de nuestra mamita María.
Señor, yo necesité del amor de mamá, pero no me acuerdo haber encontrado nunca un beso de mi madre, mamá no tenía tiempo para acariciarme. Señor, yo necesité del amor y la ternura de mamá pero ella nunca me lo dio, siempre encontré en ella severidad, sentía que no me quería y yo sufrí mucho...
Quizá mamá murió cuando yo nací o quizá me abandonó, el caso es que yo nunca he sentido el amor de mamá, y le he guardado rencor y le he guardado coraje en mi corazón y no la he sabido amar ni perdonar.
Ven conmigo Señor Jesús, ayúdeme Señor.
Y de repente siente como unos brazos te abrazan y así niño como eres te cargan unas manos amorosas y te abrazan y te dicen: «Yo te amo, eres mi consentido, yo he estado contigo en todo momento y te he cuidado y he estado al pendiente de tus problemas, porque yo soy tu madre».
Y de pronto empiezas a oír una canción muy bonita y en esa canción María que te tiene en sus brazos te dice: «Esta es la canción que yo le cantaba a Jesús cuando era niño, yo te amo a ti con el mismo amor de Jesús».
Y te quedas ahí abrazado de la Virgen y a la Virgen le entregas tu inseguridad, tu miedo, tus complejos y tus penas. Ahí esta María llenándote de su amor.
Gracias María porque estoy experimentando tu amor, te alabo porque en esos primeros meses de mi infancia tu estabas conmigo cuando te necesite.
Señor Jesús, quiero decirte que en tu nombre perdono a mi madre, si yo no sentí de ella todo el amor que necesitaba de niño; si hubo veces que necesité que mi madre me abrazara, me meciera, me acariciara, me dijera palabras dulces como solo una madre puede hacerlo. Señor hazlo tú en lo mas profundo de mi ser, déjame sentir un amor maternal tan grande, tan confortante y profundo que nada más pueda separarme de ese amor otra vez. Te doy gracias Señor por la madre que me diste y te alabo y te bendigo porque infundes en mi tu amor. Señor y si en esta relación con mi madre yo me he guardado algún resentimiento, hoy ante tu presencia y en tu nombre la perdono con todo mi corazón con el mismo perdón de Cristo. Que Dios te bendiga mamá te doy un abrazo de paz y reconciliación.
Señor al ir creciendo también necesite del apoyo y de los brazos de papá, yo quería amar a mi padre, necesitaba yo un amor de hombre, un padre que me abrazara, que me aconsejara, que estuviera conmigo en los momentos difíciles, pero papá era muy macho, nunca tenia tiempo para mi, solo pensaba en sus problemas, en su trabajo, solo el tenía la razón, me dolía tanto, me daba tanto miedo.
Cuantas veces lo vi llegar a casa borracho, lastimando he insultando a mamá, insultando a todos, cuantas otras veces era el hombre que castigaba, cuantas palizas recuerdo de él y muchas veces sin razón. Señor yo no recuerdo que mi padre jamás me diera un beso, que me abrazara, y como me duele eso Señor y como sufro Señor, cuanto dolor hay en mi corazón.
Señor Jesús si yo no recibí de mi papá ese cariño que yo necesitaba para sentir fuerza, estabilidad, confianza en mi mismo, si me sentí descuidado, desatendido, rechazado o ignorado. Llena tú Señor con tu amor profundo de Padre esa parte en mí.. Señor a lo mejor yo no me daba cuenta que necesitaba unos brazos fuertes, una palabra de aliento, o un papito que me amara, me diera seguridad y apoyo. ¡Dámelo tú ahora!
Ven Señor a mi corazón, ayúdame a perdonar a papá me es tan difícil perdonarlo. Y Jesús te abraza y te dice: «Ven hijo mío, yo soy tu padre, yo sano tu corazón de esas cosas que tu papá ha cometido, ven y experimenta mi amor.»
Y siente como Jesús te da un beso en la frente y te abraza y te sienta sobre sus piernas y puedes estar ahí como un niño con papá Jesús y no quieres que esto se acabe nunca, porque te sientes feliz, porque sientes el amor de Jesús.
Gracias Señor por el padre que me diste y por lo que estas haciendo en mí ahora. Papá yo te perdono con todo mi corazón y con el mismo perdón de Cristo, que Dios te bendiga papá y te doy el abrazo de la paz y reconciliación.
Señor tengo mucho resentimiento en contra de mis hermanos, yo fui el hermano mayor y tuve que cuidarlos, aun recuerdo como me echaban la culpa de todo lo que pasaba y yo me desesperaba porque veía la injusticia de mis padres al creerles a ellos y yo sentía que no valoraban el esfuerzo que estaba haciendo.
Señor yo era el de enmedio, eramos tantos en casa que ni siquiera se sabían mi nombre, eso si yo era el que tenia que trabajar pero nunca pude ser el consentido, y sentía que me hacían menos Señor, que no les importaban mis sentimientos en ocasiones ni siquiera se acordaban de mi cumpleaños.
Señor yo era el más pequeño y por lo tanto todos me decían que yo era el consentido de papá y mamá, todos se aprovechaban de mi Señor, todos mis hermanos se ensañaron conmigo.
Señor Jesús, si en mi familia fuimos muchos y no había tiempo para que me atendieran, me cuidaran, hoy puedo entenderlo y aceptarlo, pero una parte de mi ser nunca se sintió verdaderamente amada. Señor hazme saber que soy tu hijo, una persona importante en tu familia, que me amas de una manera especial.
En ocho días leeremos la segunda parte de esta oración de sanación de recuerdos. Recordarás cuando tú eras una jovencita o muchachito y se pondrán en las manos de Jesús tu pasado y angustias. Pedirás también por tus jefes y superiores así como por tus amigos, parientes y vecinos... Esperamos en Dios que también perdones a la persona que más daño te ha hecho en el transcurso de toda tu vida y recibirás lo que Jesús tiene para ti desde toda la eternidad. Si así lo haces, quedarás libre de tu pasado, ataduras, miedos, odios, resentimientos, enfermedades y todo lo que se le parezca. ¡Gloria a Dios!
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La gran noticia

En los montes de Judea vivía un tal Zacarías; Herodes, llamado "el grande" reinaba por esos días. Zacarías servía en el templo, sacerdote era de Dios, y su esposa era Isabel descendiente de Aarón. Los dos estaban ya viejos y no tenían ningún hijo porque Isabel era estéril el médico se lo dijo.
Hacía cuatrocientos años que ningún profeta había en el pueblo de Israel cuando llegó esta noticia: Estaba un día Zacarías en el templo de Yahvéh quemando incienso al Señor y orando con mucha fe. Y se le aparece un ángel le dice que tendrá un hijo cuyo nombre sería Juan y causaría regocijo. Pues seria un gran profeta y al pueblo le anunciaría que pronto habría de llegar el esperado Mesías. Zacarías no creyó que tal cosa fuera cierta y en castigo quedó mudo hasta que Dios lo quisiera. Lc l,5-19.
Seis meses tenía ya Juan en el seno de Isabel, cuando Dios envió del cielo al arcángel San Gabriel.
Tomó el aspecto de un hombre y entró en casa de María, para darle con respeto el mensaje que traía: Le anunció que era ella la que Dios había escogido para madre de aquel Rey que del Padre sería ungido. Que Dios estaba con ella y que no temiera nada, pues el Espíritu Santo la haría virgen fecundada. Y que pronto tendría un hijo a quien le pondría Jesús, el cual sería para el mundo: camino, esperanza y luz. Lc 2
María no se quedó sola cuando el ángel volvió al cielo. Sintió que, como él le dijo, alguien estaba en su seno. ¡Qué gozo siente su pecho! No cabe en sí de alegría, porque sabe que muy pronto su pueblo tendrá al Mesías. ¡Y ella será la madre del Salvador esperado, al que tantos siglos antes los profetas anunciaron!
Pero de pronto en su alma la angustia se ha presentado: hay algo que la atormenta y a Dios le está preguntando: ¿Qué dirá su prometido, el que se llama José, el muchacho carpintero que vive allí en Nazaret? ...Como lo manda la ley con él se había desposado; muy pronto iban a casarse, hasta el día estaba fijado. Mt 1,18.
Por boca del ángel supo María la de Nazaret, que seis meses de embarazo tenía su prima Isabel y de prisa por los montes fue caminando María para estar con su parienta, la esposa de Zacarías.
El Espíritu de Dios algo le dijo a Isabel y sentía que en su seno saltaba el Juanito aquel... "¡Dios te bendiga, María! -exclamó entonces la anciana. ¡Entre todas las mujeres eres la más agraciada! Yo no merezco la dicha de que vengas a visitarme, tú, la madre del Señor, que así has querido honrarme"
"¡Dichosa porque has creído cuanto el ángel te anunció, pues ha de cumplirse todo, para nuestra salvación!"
Y María dijo entonces: "¡Mi alma alaba al Señor con la alegría que ahora desborda mi corazón! ¡Pues Dios ha puesto sus ojos en esta pequeñez mía y me llamarán dichosa por ser madre del Mesías!" Lc 1,36-49
María estuvo tres meses en la casa de Isabel. Cuando Juan ya había nacido, se regresó a Nazaret. Y como ella estaba encinta, pronto su madre lo supo; y luego también José, que casi muere del susto.
¿Cómo es posible -pensaba siendo tan buena María? Cuando fue a ver a Isabel algo le sucedería. ¡Pobrecita! ¡Pobrecita! -Se dijo el joven José para que me echen la culpa, yo me voy de Nazaret.
De tanta pena y pesar, José se sintió rendido y un ángel le habló en su sueño apenas se había dormido: "No temas, José, no temas y cásate con María; porque siendo ella virgen va a dar a luz al Mesías. El Espíritu divino ha fecundado su vientre, como un cristal que está intacto aunque por él la luz entre." José despertó sonriendo; hizo lo que el ángel dijo y fue padre aquí en la tierra de aquel que de Dios es Hijo. Mt 1,18-24.
Dio a luz Isabel a Juan su hijo, tal como a Zacarías el ángel dijo. "¿Se llama Zacarías este niño?" -fueron a preguntarle los vecinos-. Pidió la tablilla encerada y con punzón escribe: JUAN SE LLAMA. Y todos se preguntaban admirados: ¿Quién será este niño extraordinario? Lc 1,57-66
JUAN, en arameo, quiere decir: Dios ha tenido misericordia . Este nombre era profético: indicaba que había llegado el tiempo en el que la gran misericordia de Dios iba a realizar la redención humana.
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BUENAS NOTICIAS PARA EL HOMBRE DE HOY
Grupo Apostólico Nueva Evangelización

Jesús en la calle

La fiesta más grande de toda la humanidad es la victoria de el Hombre que venció a las tinieblas, a la enfermedad, a los vicios, al pecado, a la muerte... ¡Jesús está vivo! Esta es la verdad más maravillosa que podemos vivir. El próximo Jueves 3 de junio a las 18:30 horas se celebrará la Eucaristía en la Plaza Valladolid. Se ofrecerá a Papá Bueno el cuerpo de su amadísimo Hijo con su pasión, muerte, resurrección gloriosa y fiesta de Pentecostés. El Excmo. Sr. Arzobispo D. Alberto Suárez Inda presidirá la Misa. Te invitamos a ti y a toda tu familia a la celebración del Corpus Cristi. Después de la Eucaristía tendremos la procesión con el Santisimo Sacramento por las calles de Bartolomé de las Casas, Juan José de Lejarza, por la Av. Madero Oriente hasta llegar a Catedral donde se nos dará la bendición con el Santísimo. Después de este gran momento las campanas de todos los templos de Morelia se alegrarán y doblarán en honor a Jesús vivo. Te invitamos a vivir estos momentos de inmensa alegría en los cuales Jesús que está sentado a la derecha del Padre, estará presente con los que creen que verdaderamente él es el Hijo de Dios y que sigue siendo el mismo de ayer, es el mismo hoy y lo será por siempre.
Recuerdo una ocasión que asistimos a una celebración eucarística en el Estadio Nuevo de la ciudad de León, Gto. cuando el P. Emiliano Tardif tomó al Santísimo Sacramento y lo paseó por toda la cancha de juego. A su paso los ciegos empezaron a ver, los tullidos corrian, los sordos oyeron, los enfermos sanaron, en fin, los pecadores hallaron gracia a los ojos de Dios. Quiera Dios que el próximo Jueves de Corpus vivas en plenitud las gracias y bendiciones que Jesús tiene para ti desde toda la eternidad. La cita es en la Plaza Valladolid el próximo Jueves a las 18:30 horas.
-Si maravillosa y sorprendente aparece la transustanciación que, en virtud de la poderosa eficacia comunicada por Dios a las palabras del sacerdote, se verifica en la sacrosanta Eucaristía, convirtiendo la sustancia del pan en cuerpo y sangre de Cristo, no es menos admirable que las especies sacramentales en virtud de la omnipotente diestra del Altísimo, germinen y produzcan lozanas y exuberantes espigas de trigo, como de ello da testimonio la siguiente relación histórica: En el año de 513 habitaba en Seleucia un rico comerciante fanático hereje severiano, aunque no hostil a la verdadera Iglesia romana.
Entre varios criados que le prestaban servicio había uno muy ferviente católico que tomó el Jueves Santo la sagrada Comunión y habiéndose llevado, como era costumbre en aquellos tiempos, otras santas Formas envueltas en blanco finísimo lienzo, las depositó en un armario para cuando quisiese comulgar o llevar consigo en caso de emprender un viaje.
Después de Pascua recibió la orden de ir a Constantinopla por cierto urgente negocio, y al ponerse en camino, olvidado por completo de los santos Misterios, entregó la llave del armario a su dueño.
Al poco tiempo, como el hereje abriese tan preciado mueble que a manera de Tabernáculo guardaba la Joya más rica de cielos y tierra, halló el inmaculado lienzo que envolvía las sacrosantas Formas y a su vista experimentó gran turbación de espíritu no sabiendo que hacer. "Comulgar, decía a si mismo, me lo prohíbe la doctrina severiana que profeso; despreciarlas, no lo consiente mi corazón, porque todo lo que atañe a la religión católica merece mi respeto... ¿Qué haré? Las dejaré intactas hasta que mi siervo vuelva... quien, sin duda alguna las recibirá en comunión.
Llegó el solemne día de la Cena del Señor y como el criado no hubiese vuelto de su largo viaje, le pareció al dueño sería conveniente quemar aquellas antiguas formas a fin de que no permanecieran por más tiempo encerradas; pero ¡oh prodigio! al abrir el armario ve con asombro que habían germinado y producido un ramillete de hermosas y doradas espigas de trigo.
Atónito y espantado por tan gran maravilla convoca al momento a todos sus domésticos y clamando: "Señor, ten piedad de nosotros" se dirigen en devotísima procesión a la iglesia para presentar las milagrosas espigas al obispo Dionisio, declarándole el portento sucedido visto de innumerables personas de todas edades y condiciones; y mientras unos repetían: "Señor, ten piedad de nosotros", otros daban incesantes gracias a Dios por tan raro prodigio, que motivó la conversión de muchos.
-San Agapito, año 536, ilustre Pontífice de extraordinaria pureza de costumbres, gran piedad y vastos conocimientos se granjeó el respeto y veneración de todo el pueblo cristiano. Desplegó desde el principio de su corto pontificado un carácter vigoroso e inflexible cuando los herejes trataban de atacar el dogma católico, manifestándose siempre muy penetrado de la importancia del deber que le imponía su dignidad como jefe visible de la Iglesia, de conservar intacto el sagrado depósito de la fe.
Emprendió un viaje a Constantinopla, entre otros motivos, para oponerse a los herejes eutiquianos y a la protección que les profesaba el emperador Justiniano. En este tan largo camino pasó por un pueblo situado junto a los límites de Grecia, donde había un joven mudo, horriblemente encorvado, que nunca pudo pronunciar una sola palabra ni levantarse del suelo en el que casi se arrastraba.
Sus padres creyendo que el Sumo Pontífice podría curarle, se dirigieron presurosos a su encuentro, se arrodillaron a sus pies, y derramando muchas lágrimas le suplicaran se dignase remediar a un hijo tan querido como desgraciado.
Enternecido el Papa les preguntó si tenían fe en que el enfermo podría recobrar la salud y contestaron que esperaban el remedio de la divina omnipotencia por mediación de San Pedro. Entonces se recogió el Pontífice, hizo oración y luego celebró el santo sacrificio de la Misa, terminada la cual al separarse del altar tomó de la mano al encorvado como lo hizo un día Pedro al tullido que estaba en la puerta del templo en Jerusalén y a la vista de todo el pueblo el joven paralítico se levantó y se puso a andar.
Después le administró la sagrada Comunión y en el mismo instante se le soltó la lengua y habló para la admiración de todos los que presenciaron tan estupendo milagro que sirvió para acrecentar la veneración al sucesor de Pedro y la fe en el augusto sacramento.
San Agapito murió el 17 de abril del año 536 pero la Iglesia honra su memoria el día 20 de septiembre, en que fueron trasladados sus restos de Constantinopla a Roma.
-Cierta matrona romana, señora principal, solía enviar al bienaventurado San Gregorio los hostias que ella misma hacía para el santo sacrificio de la Misa, mostrándose en esta obra muy solícita y cuidadosa.
Al espíritu maligno enemigo de todo lo bueno, que según expresión de San Pedro anda alrededor de nosotros como león rugiente aguardando el momento de la presa, le pareció excelente ocasión para turbar a la señora primero con tentaciones de vanagloria, luego con impertinentes dudas acerca de la fe en el augusto Sacramento y finalmente haciendo que sin dejar las prácticas piadosas cayera en manifiesta incredulidad.
En efecto, aconteció un día estando arrodillada para recibir la Comunión de manos de Gregorio, en el momento solemne en que el Pontífice iba a darle la Hostia consagrada diciendo las palabras que usa la Iglesia; "El Cuerpo de Cristo", la señora se puso a reír como si hubiese perdido la devoción y la fe.
Al advertir esto Su Santidad retiró al momento la mano y puso sobre el Ara del altar la Forma consagrada. Acabada la Misa preguntó el Pontífice delante de todo el pueblo a la señora la causa de su risa en aquella ocasión tan impropia, sorprendida por tal cuestión no se atrevía el principio a declarar el motivo, más después dijo: Me río de que digan que ese pan que yo he amasado sea el Cuerpo de Cristo".
Admirado de la respuesta San Gregorio no contestó palabra, pero se puso al instante con todo el pueblo a orar al Señor para que alumbrara con su divina luz a aquella mujer incrédula.
Apenas acabaron su fervorosa oración sucedió una maravilla y fue que la Hostia sacrosanta se dejó ver en forma de carne humana, y en esta forma, presente el pueblo allí congregado, la mostró también el Pontífice a la señora, cuyo prodigio la redujo al punto a la fe de este misterio y confirmó en ella a todos los circunstantes.
En presencia de tan gran portento determinaron seguir orando lo que se hizo con extraordinario recogimiento y fervor hasta que se vio como aquella carne se reducía a la forma de la Hostia que antes tenía y tomándola el Papa en sus manos la dio en comunión a la señora. Glorificaron todos al Supremo Hacedor que se dignó obrar maravillas para que un alma recuperase la fe en el Sacramento.
San Gregorio murió en el año 604 y la Iglesia honra su memoria el día 12 de mayo.
-La Sagrada Eucaristía ofrecida en el santo sacrificio de la Misa, aprovecha no solo a los difuntos, más también a los vivos por quienes se aplica, siendo en muchísimas ocasiones el consuelo y alivio de los pobres cautivos cristianos, arrojados por los infieles en las más horribles mazmorras.
En confirmación de esta verdad de esta verdad San Juan el Limosnero, patriarca de Alejandría en el año 608 solía referir a sus feligreses el hecho en su tiempo reciente de un joven natural de Chipre que tuvo la desgracia de caer en manos de los persas y fue llevado cautivo a una lejana y oscura cárcel de Lethe donde le cargaron de grillos y cadenas.
Varios de los presos que ahí estaban supieron burlar un día la vigilancia de los guardias y huyendo se fueron a Chipre. A la noticia de su llegada corren a su encuentro los padres del joven cautivo para preguntarle si sabían de él a lo cual respondieron confundiéndole con otro, que había fallecido y que ellos mismos le habían dado cristiana sepultura.
Al recibir tan triste noticia fue grande el desconsuelo de los padre brotando de sus amantes corazones los sentimientos del más profundo dolor, pero no se olvidaron en su aflicción de hacer celebrar tres veces al año misas en sufragio de su hijo que creían difunto, hasta que después de cuatro años, habiendo podido escapar de tan dura prisión, se embarcó para Chipre apareciendo rápidamente entre sus deudos y allegados.
No hay que ponderar la grata sorpresa que todos experimentaron cuando contemplaran con sus propios ojos al supuesto difunto, hasta que algún tanto calmadas emociones tan vivas, empezó el hijo a referir, una por una, las innumerables penalidades sufridas en su largo cautiverio.
Le dijeron luego los padre que hacían celebrar tres veces al año en los días de los Santos Teófanes y en la semana antes de Pentecostés, misas por él, a lo cual, después de reflexionar un momento, respondió que coincidía precisamente con los tres días del año que en la cárcel se le aparecía radiante de luz y claridad un joven de incomparable hermosura el cual de un modo invisible le desataba las cadena y entonces se movía libremente por doquier sin ser visto ni molestado de nadie, pero al día siguiente sin saber como se encontraba de nuevo atado a ellas.La relación de este prodigio hizo que todos reconocieran haberse obrado en virtud del santo sacrificio de la Misa ofrecido para bien de un hijo que se suponía difunto y le aprovechó vivo, aliviándole en su triste y penosa condición de cautiverio cristiano.
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miércoles, 19 de mayo de 2010

El Espíritu de Dios está aquí

El vino nuevo se pone en vasijas nuevaSanto ¿De que sirve que Jesús diera su palabra si sigue en los mismos moldes? Esa misma palabra si la vas a poner en los moldes antiguos, entonces se va a perder la palabra y se van a perder los moldeSanto Dice Jesús: ES NECESARIO NACER DE NUEVO es necesario poner reversa y decir, vuelvo al punto de partida, vuelvo a comenzar otra vez, nos cuesta mucho trabajo, porque implica en una forma morir a nosotros mismos, morir a lo que he vivido para decir voy a volver a comenzar, porque por ese camino que llevamos 10, 15, o más años no llego, no digo que es malo simplemente digo ¡no llego!
No lo digo yo lo dice Jesús a Nicodemo, Nicodemo por ese camino tan bueno que llevas no vas a llegar a ninguna parte, por lo menos no vas a llegar al Reino de Dios, hay que volver a comenzar, hay que nacer de nuevo, dice Nicodemo, pero yo no puedo, y que buena respuesta le dijo Nicodemo cuando le dijo pero es que yo no puedo, pues es imposible porque no puedo entrar al vientre de mi madre otra vez, dice Jesús: exactamente, no es posible con tus propias fuerzas, con tus propias capacidades, regresar al punto de partida y si tu volvieras al punto de partida a comenzar otra vez ¿sabes que harías?, repetir exactamente el mismo camino, así que no es cosa tuya, no es cuestión de que tu lo hagas, tu no puedes realizarlo, va a ser un nacimiento dice Jesús, de lo alto, va a ser un nacer de nuevo del agua y del Espíritu, es el nacimiento del Espíritu
Aquí Jesús nos está dando la clave de todo, HAY QUE NACER DE NUEVO, eso es una obra de Dios en ti, no es una obra tuya, y que bueno que es así porque si fuera nuestra pos no podemos como dijo Nicodemo, es imposible, volver al vientre materno, pero dice Jesús, con el Espíritu si porque el Espíritu sopla como quiere, oímos el ruido que hace el viento, pero no sabemos de donde viene ni a donde va, así es todo el que nace del Espíritu.
Nicodemo dice: ¿como puede ser eso? Todavía Nicodemo está como nosotros, a Nicodemo todavía no le caía el veinte, ¿como puede ser esto? Y Jesús le contestó pero si tú eres maestro de Israel y ¿no sabes esto? ¿Nicodemo tantos años enseñando tu la Palabra de Dios en la Sinagoga y no lo sabes? En Verdad en verdad te digo Nicodemo, nosotros hablamos lo que sabemos y damos testimonio de lo que hemos visto, pero ustedes no aceptan nuestro testimonio. Tanto amó Dios al mundo que le envió a su Hijo Único, no para condenar al mundo sino para que el mundo se salve.
Jesús le está diciendo a Nicodemo es que no es cosa tuya, si alguno de ustedes tiene la opinión, "yo no puedo" que bueno, porque lo peor podría ser decir: está bien hay que nacer de nuevo hay que comenzar otra vez la carrera, sale, otra vez. Volvería a recorrer el mismo camino, entonces Jesús dice: tienes que recibir la fuerza de lo Alto, tiene que recibir el Espíritu Santo porque él, el Espíritu Santo es quien los va a llevar por donde él quiera, por un camino que todavía nadie ha recorrido, por un camino nuevo que no es el camino que tu ya recorriste antes, el Espíritu sopla por donde quiere, y entonces te va a llevar por donde él quiere, no por donde tú has ido.
Como una barquita que se va al soplar el viento y extiende sus velas y ese barquito, ¿a donde se va a ir? ¡a donde va el viento! A donde va el viento, este es el nuevo nacimiento, total y absolutamente necesario, para poder entrar en el Reino de Dios, para que el Reino de Dios se haga presente y vivo entre nosotros, porque de otra manera no podemos Ya confesamos a Jesús como nuestro salvador, ya lo proclamamos el Señor de nuestra vida, SI y ahora ¿que? pues ahora viene lo fuerte, Nacer de nuevo, nacer de nuevo para comenzar un camino no nuestro sino movidos por el Espíritu de Dios, que él sea nuestra alma que nos anime y nos lleve de acuerdo a su voluntad, que es un soplo que se dirige como él quiere, nosotros no dirigimos el Espíritu imaginémonos que está soplando el viento, por aquí, ¿tu puedes dirigir ese viento? y decirle: viento a la derecha, a la izquierda. Si tu llevas tu automóvil manejándolo, tu puedes dar vuelta de un lado a otro, puedes frenar puedes acelerar, lo que tu quieras, ¿por qué? por que eres tú el que lo va dirigiendo, pero al viento ¿lo puedes dirigir? le puedes decir ahora más despacito, ahora más rápido, ahora a la derecha, ahora a la izquierda, él se va por donde le pega la gana, para eso es Dios, y si está el viento soplando en contra y tu te pones uf, uf, ¿que haces? pues nomás te haceSanto
Es inútil resistir ese viento del Espíritu El va a seguir soplando y va a cambiar de dirección, y cuando tú naces de nuevo te dejas llevar entonces por ese viento, y ahora te vienes por aquí ahora te vienes por acá, ahora te detienes y después va muy rápido de acuerdo a como él quiere, sin programa de tu parte, por lo tanto exige que tú te desprogrames, que renuncies a tu programa a tu paso, a tu dirección y digas Espíritu Santo quiero ser dirigido y llevado por ti, ¿por que? por qué eso significa nacer de nuevo, ya no llevo yo el control, ya no llevo yo mi automóvil el volante de mi vida, ya no, ahora me dejo llevar por él, y a donde nos va a llevar el Espíritu Santo? ¿A donde nos va a llevar el Espíritu Santo? El Espíritu Santo que el Padre ha enviado en mi nombre, el les va a enseñar todo y les va a recordar todo lo que les he dicho, y yo le pediré al Padre y él va a dar su Espíritu, El Paráclito, para que esté con ustedes para siempre, se llama el Espíritu de la verdad, el mundo no lo puede recibir porque no lo conoce, pero ustedes lo conocen porque está con ustedes, mora en ustedes, y cuando venga el Espíritu que procede del Padre, y que yo enviaré de junto al Padre, él dará testimonio de mí, y les revelará la verdad y lo que hará con la verdad completa, ¿a donde va el Espíritu?
La dirección hacia donde sopla el Espíritu es hacia Jesús, esa es siempre la dirección a la que sopla el Espíritu Santo Tal vez esto nos cueste trabajo aceptarlo, somos orgullosos y creemos que la hacemos, pero nosotros no podemos llegar, no somos capaces de llegar a Jesús, a pesar de buena voluntad, que se que la tenemos, a pesar de todos los esfuerzos, no somos capaces, no la hacemos, no contamos con la fuerza, no contamos con el camino, no contamos con perseverancia, no contamos con la fidelidad, no la hacemoSanto Pero si el Espíritu Santo está en nosotros El si puede, hacernos llegar a Jesús, por eso Jesús, tantas y tantas veces y así lo dice muchas veces les he hablado de esto, dice, les conviene que yo me vaya.
Tenía sus doce preferidos con los que platicaba siempre, con los que explicaba las parábolas en privado, ya lo conocían, bueno a veces me lo confundían con un fantasma a medio mar, ¿se acuerdan? así que no lo conocían tan bien, otra vez la Magdalena lo confundió con un jardinero, y dos discípulos yendo todo el camino hacia Emaús, no supieron que era Jesús, a sea que también les fallaba no la vista, sino el corazón, no lo reconocían.
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Y dános tu Espíritu

El Espíritu Santo es para los pecadores, para los que hemos caído y necesitamos nacer de nuevo, para los que lo necesitan. Si tú dices "Yo no lo merezco", es verdad, pero ya no lo andes diciendo.
Jesús, quiero que me des tu Espíritu Santo ¿quien lo quiere? cada quien pídalo y diga si lo quiere: Jesús, dame tu Espíritu Santo. Jesús cumple su promesa de dar Espíritu Santo ¿A quien le da más? a quien más necesita. ¿Quien es el que da Espíritu Santo? El que está lleno de Espíritu Santo, El que está Ungido de Espíritu Santo.
Jesús, danos tu Espíritu, no merecemos ni menos ni más que los demás. La promesa es para ti, Jesús ya lo ganó para ti, es gratuito, ya no te cuesta nada, Jesús ya lo mereció por ti, y el está vivo lleno con el poder del cielo, y Jesús va a decir: "Padre dame Espíritu Santo Para cada uno de estos, y tu Palabra no puede fallar. Yo siempre hice tu voluntad, y ahora yo te pido que tú cumplas la promesa y llenes de Espíritu Santo a los que están aquí."
Jesús se dirige a nosotros: El que tenga sed, el que quiera Espíritu Santo que se acerque y recibirá gratuitamente el agua de vida. Vamos a orar, no nosotros sino en el Nombre de Jesús, metidos en Jesús. Comprometiendo a Jesús, le vamos a pedir al Padre en el nombre de Jesús que nos llene de Espíritu Santo. Vamos a renunciar al pecado, vamos a aceptar a Jesús como el Señor, después haremos nuestro acto de fe, y después vendrá la oración para pedir Espíritu Santo.
Ahora llega el momento que tanto y tanto a esperado Jesús, ¿cuantos años tienes? pues desde antes de que tu nacieras Jesús estaba esperando este momento.
Espera el momento que tanto y tanto a esperado Jesús, aún antes de la creación del mundo Jesús estaba esperando este día, esta hora, para que nacieras como Él. Tu hace varios años naciste, pero el Señor quiere que tu tengas un nuevo nacimiento, obra del Espíritu Santo por eso esta día, Señor Jesús, nos disponemos queriéndote decir en primer lugar, que tenemos sed del agua viva, mucha sed. Como la cierva desea las corrientes de Agua Viva, así también nosotros Señor te necesitamos, como la tierra reseca y árida necesita el agua de temporal, también nosotros Señor te necesitamos.
Y en primer lugar te queremos decir que vengas a nuestro corazón, que tomes posesión de nuestro corazón, a ti te pertenece te abrimos la puerta de nuestro corazón para que entres, y te quedes con nosotros para siempre y si algún día por alguna razón, por alguna decepción, podemos caer nosotros en pecado, o nos enojamos, no te salgas de nuestro corazón, no te salgas, se como esos inquilinos que a pesar de que se les quiere echar fuera ellos no se salen, y se quedan ahí, hoy toma posesión, no te rentamos el corazón, es tuyo tu lo creaste para ti, y hoy Señor te decimos toma posesión de mí completamente y para siempre, y jamás te vuelvas a salir, y ahora Señor queremos hacer nuestro acto de fe, nuestro acto de fe en que estas con nosotros, en nosotros y transformado el mundo Señor.
Vamos a poner nuestra mano en el corazón, ahí donde está Jesús, y vamos a recitar la fe de toda la Iglesia, vamos a recitar nuestro Credo.
Recitado mucho pero mucho muy lento, saboreando cada palabra, cada frase, despacio, sabiendo lo que decimos asintiéndolo, confesándolo, proclamándolo, decimos: Creo en Dios Padre... Y haciéndolo de una manera totalmente personal si lo crees vas a responder a las preguntas: SI, YO CREO.
¿Crees que Dios te creo por amor y te ama como Padre...? ¿Crees que El está presente en el mundo y lo transforma....? ¿Crees que Dios ama a todos los hombres especialmente a los pobres y a los pecadores...? ¿Crees que El tiene un plan de felicidad y justicia para todos hombres…? ¿Crees a pesar de todas las apariencias que el bien siempre triunfará sobre el mal...? ¿Crees que todos los hombres somos hijos de nuestro Padre...? ¿Crees que tanto amo Dios al Hombre que le dio a su Hijo Único no para condenar al mundo sino para que el mundo se salve..? ¿Crees que Jesús, el Hijo Único de Dios es el único mediador entre Dios y los hombres, y es el único capaz de salvar al mundo...? ¿Crees que con su muerte y su resurrección nos ha liberado...?
¿Crees que resucitó y está vivo para siempre…? ¿Crees que tiene todo el poder en el cielo y en la tierra... ¿Crees que Jesucristo es la única respuesta para ti y para el mundo...? ¿Tu crees que Jesús está aquí hoy...? ¿Crees que El es capaz de dar Espíritu Santo...? ¿Crees que el Espíritu Santo es la fuente de vida nueva...? ¿Crees que el Espíritu Santo te hace nacer de nuevo...? ¿Crees que El dirige tu vida y se hace presente en el amor...? ¿Crees que todos formamos un solo cuerpo, el Cuerpo de Cristo...? ¿Crees que María la Madre de Jesús es también tú madre..? ¿Crees que todo concurre para bien de los que aman a Dios..?¿Crees que todo lo que haces o evitas a un hermano necesitado, lo haces o lo evitas al mismo Jesús..? ¿Crees que un día participarás plenamente de la resurrección de Jesús…? ¿Crees que un día Jesús regresará otra vez a este mundo...? ¿Crees que hay una vida eterna donde estarás por toda la eternidad alabando y bendiciendo a Dios..?
Señor esta es la fe de toda tu Iglesia, la fe de tu Iglesia Universal en todos los tiempos, la creemos Señor, y porque creemos en Jesús, ahora vamos a pedirle a Jesús que él se dirija a ti Padre bueno, para pedir Espíritu Santo
Vamos a invocar el Espíritu Santo con las manos levantadas pidiéndole al Espíritu Santo que venga, en el nombre de Jesús sobre todos: Espíritu de Jesús, Espíritu Santo no depende de nuestros méritos, ni de nuestra oración, sólo de la promesa que Jesús hizo a la cual nos acogemos con fe, porque estamos seguros que Jesús no deja de cumplir ninguna de sus palabras, El dijo que tú, Espíritu Santo vendrías, que él te enviaría a ti, de parte del Padre de los cielos, por eso en estos momentos, nos injertamos en Cristo Jesús, en el nombre de Jesús para hacer esta oración: Y en Cristo por El y con El te pedimos Espíritu Santo, Espíritu de amor del Padre y del Hijo, Espíritu de la verdad, VEN Espíritu Santo, Ven en estos momentos, ven a hacernos nacer de nuevo, Padre, Padre Santo, no niegas nada a Jesucristo, en el nombre de Jesús te pedimos, que se cumpla la promesa de Jesús, y envíes una efusión abundante, generosa, total, un bautismo de Espíritu Santo sobre todos y cada uno de los que aquí estamos, que nos vuelvas a llenar tanto de Espíritu Santo que sea nacer de nuevo, un bautismo en el Espíritu ser llenos inundados, total, enteramente, por dentro, por fuera, nuestro pasado, nuestro futuro, todo lo que somos y tenemos, todo impregnado de tu Espíritu Santo Jesús envía tu Espíritu Santo, Espíritu Santo en el nombre de Jesús, ven, ven, báteles tus manos, en símbolo de fe, de que quieres recibir el don, dile a Jesús: Mira Jesús, ya estoy con las manos abiertas, porque estoy recibiendo, se que voy a recibir, no de acuerdo a mis méritos, sino de acuerdo a tu promesa, de acuerdo al poder de tu muerte y tu resurrección.
Señor, estamos sin barreras, sin condiciones, y queremos recibir tu Santo Espíritu en estos momentos, y abiertos incondicionalmente a tu Espíritu decimos, Ven Espíritu Santo Ven, tómame, ven, inúndame, ven Espíritu Santo bautízame, lléname por dentro y por fuera, dirígeme, hazme nacer de nuevo, Espíritu de Jesús, Espíritu Santo, Espíritu del Padre y del Hijo, solo tú Espíritu Santo ven, ningún otro espíritu sólo tú, Ven Espíritu Santo Te abro incondicionalmente mi corazón, bautízame por dentro y por fuera, me entrego sin condiciones, para que el barco de mi vida sea enviado al curso de tu soplo, de tu viento que sopla como quiere, hazme nacer de nuevo Espíritu Santo parta volver a comenzar otra vez, pero con tu impulso ahora, con tu fuerza y tu poder, ven, ven, Espíritu Santo.
¡Alabado sea Jesucristo que da Espíritu Santo!
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Pentecostés, el Espíritu de Dios

Queremos ponernos totalmente en tus manos Señor Jesús. Queremos que este día nos des aquello que tú tienes preparado desde toda la eternidad. Y a ti Padre Bueno, Padre Justo, Padre lleno de amor y de misericordia, en ti ponemos todo nuestra vida también Padre Bueno, porque eres puro amor, solo amor, porque de ti procede todo el bien y solo el bien. Y este día tan especial, Padre Bueno, por nuestro Señor Jesucristo te queremos pedir Padre, que nos des una nueva efusión de tu Santo Espíritu.
El día de Pentecostés, desde el cielo Dios, en el nombre de Jesús nos mandó su Santo Espíritu y es lo que nosotros conocemos como "Pentecostés". La efusión del Espíritu Santo que Dios había prometido desde muchos siglos antes por boca de sus profetas que hablaron por el Espíritu Santo. Ya el profeta Ezequiel, ya el profeta Joel, nos habían hablado de que vendrían unos "tiempos nuevos". Solo que ellos usaban un termino muy especial, decían que "Los Últimos Tiempos" vendrían en lo que Dios iba a derramar su Espíritu sobre toda carne, sobre toda creatura, sobre hombres, mujeres, sabios, ricos, pobres, todos iban a recibir esa efusión del Espíritu Santo Y lo que iba a caracterizar los tiempos nuevos, lo que iba a caracterizar la época mesiánica, lo que iba a caracterizar, lo que nosotros llamamos "El Nuevo Testamento" sería la "Efusión del Espíritu Santo" que Dios iba a derramar sobre los suyos.
Por eso pues, Dios es tan bueno, el Padre es tan bueno, Cristo Jesús es tan bueno, tan lleno de amor, que no se quedan con su amor del uno al otro, que es el Espíritu Santo, sino que es tanto, y tanto y tanto el amor que ese tienen el uno al otro, que se les derrama ese amor y viene sobre nosotros en Pentecostés. ¿Para qué? Para que nosotros podamos vivir la vida nueva, la vida de hijos de Dios.
Vamos a hablar de lo que es la vida en el Espíritu. La Vida Nueva no es otra cosa que la vida movida, que la vida regida, que la vida animada por el Espíritu del Padre y del Hijo, por el Espíritu Santo. Es decir, la Vida Nueva es el Espíritu Santo en nosotros moviéndonos, el Espíritu en nosotros animándonos, dándonos la vida de Dios a nosotros, el Espíritu Santo dirigiendo nuestra vida. Si de alguna manera se pudiera definir lo que es ser carismático, ¿a cuántos carismáticos conoces? Carismático es aquel que es movido por el Espíritu Santo, aquel que es regido por el Espíritu Santo, aquel que es animado por el Espíritu Santo, aquel que TIENE el Espíritu Santo, aquel que es instrumento del Espíritu Santo, aquel donde se manifiesta la vida de Cristo Jesús por el poder del Espíritu Santo. Eso es ser carismático. Ahora si ¿a cuántos carismáticos conoces?
El Espíritu Santo es vida, es fuerza, es poder. Pero principalmente el Espíritu Santo es VIDA. Jesús cuando hablaba del Espíritu Santo, como eran las primeras veces que se oía hablar del Espíritu Santo lo tenía que hacer de manera muy sencilla, muy simple para que aquella gente ruda pudiera entender al Espíritu. Entonces Jesús siempre usó una imagen muy sencilla de comprender, Jesús comparó al Espíritu Santo con el agua. ¿Por qué? Porque el agua es fuente de vida. Donde hay agua hay vida, donde no hay agua no hay vida. Cuando enviaron los Mariner a Marte a ver si había vida, no lo mandaban a buscar vida, plantas, seres animados, NO. Esos instrumentos que fueron enviados a Marte iban buscando agua. ¿Por qué? Porque sabían que si encontraban agua en Marte, en Marte había vida. Si no encontraban agua en Marte, jamás habría vida en ese planeta. Todas las investigaciones en otros planetas se hacen a través del agua. Si encuentran agua hay vida, si no encuentran agua no hay vida.
Jesús comparó al Espíritu Santo al agua. ¿Por qué? porque así como donde hay agua, hay vida, así si hay Espíritu Santo, allí hay vida. Y si no hay Espíritu Santo ¿habrá vida?
Un día una persona preguntó a un grupo de cristianos. Si por un imposible los grandes teólogos con su profundización nos llegaran a decir que no hay Santísima Trinidad, sino Santísima Dualidad, que no hay Padre, Hijo y Espíritu Santo, nomás hay, Padre e Hijo. Si nos dijeran eso, ¿tu vida cambiaría en algo? o seguirías igual. Y cuentan que en esa pregunta la gente contestó que les daba lo mismo que fueran dos, tres o cuatro.
Si hay Padre e Hijo y no hubiera Espíritu Santo seguiría todo igual. NO. Nada seguiría igual. Todo cambiaría. ¿Por qué? Porque el Espíritu Santo es el que hace la gran diferencia en nuestras vidas, en nuestro ser cristiano. Si por un imposible no hubiera Espíritu Santo todos nosotros seríamos totalmente diferentes. ¿Por qué? Porque el Espíritu Santo es la fuente de la vida de Dios para nosotros, porque es a través del Espíritu Santo como Dios bueno nos comunica la vida de su Hijo, la vida de Cristo a todos nosotros. Y ese Espíritu Santo viene a morar a nuestros corazones, viene a estar en nosotros, y como nos dirá la Palabra de Dios a través de Pablo: Que somos santuarios de Espíritu Santo. Que somos el templo donde habita el Espíritu Santo ¿Y donde habita el Espíritu Santo? En nosotros, en nuestra alma -y subrayo esto también-, también en nuestro cuerpo. Nuestro cuerpo y nuestra alma son el santuario donde vive, conde mora el Espíritu Santo.
Si en nuestra alma está el que es Santo, nuestra alma será santa ¿si o no? Otra pregunta: nuestro cuerpo mortal, si está habitado por el que es Santo, el Espíritu Santo ¿será un cuerpo santo? ¡Ojalá! Así tiene que ser. ¡Un cuerpo santo! Porque allí esta el Espíritu Santo. Y no podemos profanar el templo del Espíritu que es nuestro propio cuerpo. Así podemos decir que somos como el Sagrario donde está el Espíritu Santo
¿Donde está el Espíritu Santo? Hace muchos años aprendimos en el catecismo dónde estaba Dios. ¿Dónde está Dios? Dios está en el cielo en la tierra y en todo lugar. Pero hay algo más, mucho más rico que está en la Palabra de Dios y que no estaba en esa respuesta. Dios por su Espíritu Santo está en nuestros corazones, son sus santuarios vivos del Espíritu Santo. Y ese Dios que está en el cielo, ese Dios que está en la tierra, ese Dios que está en todo lugar, está en nuestro corazón también, vive en nosotros, se posó sobre nosotros. Pero no solo eso, el Espíritu Santo no está solo como un huésped en nuestro corazón, el Espíritu Santo está como un motor, animando toda nuestra vida, siendo principio de vida nueva en nosotros. El Espíritu Santo no se vino a sentar en la silla de nuestro corazón y allí está medio dormido o desmayado. NO. Está activo, el Espíritu Santo es fuerza, es poder, y él está siendo el motor de toda nuestra vida cristiana, de todo nuestro ser cristiano, es más, él es el que nos hace ser cristianos, y ser cristianos es ser como Cristo, o más, es ser Cristo. Es: "Ya no vivo yo sino que es ahora Cristo el que vive en mí". Y ¿como vive Cristo en mí? Por su Espíritu Santo que está en mí. Y Cristo viviendo en mí, ama en mí, por el poder de su Santo Espíritu, sirve en mí, ora en mí. Esta en la unión y comunión con los demás a través de poder del Espíritu Santo en mí.
Es el Espíritu de Cristo, el Espíritu de Dios el que hace vivir la vida de Cristo en cada uno de nosotros. El es el que nos capacita como fuerza y como poder para que Cristo viva, ore, canta, alabe, ame, en nosotros. Lo dice Pablo en Romanos: "El Espíritu viene en ayuda de nuestra debilidad. Pues nosotros no sabemos pedir como conviene, pero el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos inefables".
Es el Espíritu mismo, el Espíritu de Cristo quien viene a nosotros y a través de nosotros ora. Es el Espíritu de Cristo quien viene a nosotros y en nosotros ama, es el Espíritu de Cristo el que viene a nosotros y en nosotros testifica, predica, sirve a los demás.
Pregunto: ¿Servirá para algo el Espíritu Santo en nuestra vida? Para todo. Absolutamente para todo. Y vuelvo a repetirlo, el Espíritu no está en nosotros nada más sentado, pasivo, inactivo. El Espíritu en nosotros está activo, VIVO, operante como motor, dinámico, haciendo cada vez más vivir por la fe a Cristo en nuestros corazones.
¿Tú tienes el Espíritu Santo como huésped que está dentro de tu corazón, o ya lo tienes como motor, como fuerza que anima todo tu existir? Dios quiera que se te note.
Como lo platica el Excmo. Sr. D. Onésimo Cepeda, que estuvo con nosotros el 7 y 8 de mayo en la II Jornada de Evangelización en el Estadio Morelos. Muchos de ustedes ya lo conocen.
Platica que él estaba en su parroquia, cuando por primera vez llegaron unos locos carismáticos cantando y alzando las manos y se le acercaron después a decirle: Padre, ¿no quisiera usted recibir el poder del Espíritu Santo? y aquel sacerdote así como enojón contestó: ¿Qué, qué?, ¡yo ya recibí el Espíritu Santo! Mira: yo ya lo recibí el día de mi bautizo, yo ya lo recibí el día de mi confirmación, yo ya lo recibí el día de mi ordenación sacerdotal, que les pasa, que yo reciba el Espíritu Santo. Yo ya lo tengo. Y aquellas personas un poco tímidas y asustadas dijeron: Padre, ¡entonces no le gustaría que se le notara!
Todos ustedes saben que ahora si se le nota, porque es un ministro de Dios que proclama con el poder del Espíritu Santo la obra de Cristo. Porque se ve el poder del Espíritu Santo en la comunidad que él pastorea. No basta entonces tener el Espíritu Santo es necesario que se note que tenemos el Espíritu Santo.
Se narra en Hechos de los Apóstoles que en una ocasión en la Iglesia Primitiva hubo necesidad de 7 diáconos y se pusieron a buscarlos entre ellos a esos hombres LLENOS de Espíritu Santo y sabiduría. Y cuenta el texto que inmediatamente encontraron a 7 hombres llenos de Espíritu Santo. Y decían que estaban llenos porque se les notaba. Imaginémonos que tendrían ellos que se les notaba la presencia del Espíritu ¿Llevarían en la solapa una palomita del Espíritu? O traían un letrero que decía "Soy Carismático". ¿Qué tenían ellos para que los demás supieran que estaban llenos del Espíritu? La respuesta es que vivían como viven los hijos de Dios, amaban como Cristo, servían como Cristo y se les notaba, se les notaba que estaban llenos del Espíritu Santo.
Una pregunta, si el día de hoy se necesita en tu comunidad de 7 personas llenas del Espíritu Santo, ¿te llamarían a ti? Se te notan los frutos del Espíritu. Por la obra del Espíritu Santo se te nota que estás lleno de él Espíritu, o escogerían a otros.
El Espíritu Santo es el Espíritu que nos libera. El Espíritu Santo es el Espíritu de libertad. "Por tanto, ninguna condenación pesa sobre los que están en Cristo Jesús, porque la ley del Espíritu que de da la vida en Cristo Jesús, te liberó de la ley, del pecado y de la muerte".
El Espíritu Santo es el Espíritu de libertad porque donde está el Espíritu Santo allí está la libertad. Y viene el Espíritu Santo para liberarnos. ¿De qué nos libera? Nos libera del Pecado. El pecado es una esclavitud. El pecado es lo peor que nos puede pasar a nosotros, es la desgracia más grande en nuestra vida. El pecado es una debilidad, que nos hace pecar porque nosotros solos no podemos contra esa debilidad. El pecado no es fuerza, es debilidad.
¿Por qué un alcohólico se emborracha? ¿Saben por qué? Porque él no es capaz de no emborracharse. Porque él se tiene que emborrachar, porque tiene una debilidad tal que lo lleva no ha tomar una copa o una cerveza con medida, sino a acabarse la botella. El no tiene el vino, el vino lo tiene a él. El no tiene fuerza, él es débil ante un líquido, el líquido es más fuerte que él.
¿Por qué adultera un adúltero? Porque el pobre está ante una debilidad tan grande que no tiene la fuerza para ser fiel. Nomás ve pasar por allí faldas y se le van los ojos. Hay en él una gran debilidad que no puede no adulterar, está bajo la esclavitud de la fornicación, no por esto deja de ser responsable, sino que él vive atado, esclavizado con unas cadenas gruesísimas a ese pecado que no puede dejarlo. A veces pensamos que eso no se aplica a nosotros.
¿Cuántas veces nos hemos hecho el propósito de dejar tal cosa, tal vicio, tal relación que nos enferma y sobre todo a principio de año? Hacemos nuestros propósitos y decimos "ahora si lo voy a hacer", ¿que sucede a final del año? Quien sabe que pasó pero no cumplimos. ¿Por qué? porque somos débiles. Y ¿que es lo que necesita un débil? FUERZA.
Pues bien el Espíritu Santo es la FUERZA que nos capacita para no pecar. Miren: el adultero es libre para adulterar, ¿si o no? NO. Como va a ser libre, él es esclavo de su pecado, el no puede no adulterar, por tanto no es libre. Aquí está el gran engaño. Porque en nuestras reuniones, en nuestro chistes cuando estamos con nuestros amigos andamos presumiendo lo que hicimos. Nombre, me las traigo muertas, Nombre, yo hice esto, y los demás dicen: "Hombre, qué bárbaro". Cuántas cosas puedes hacer tú. Mentira de Satanás. Cuántas cosas NO puedes hacer, deberíamos mejor decir. Porque este hombre es como un río que necesariamente debe caminar al mar, así también el pecador necesariamente va al pecado, necesariamente va a la muerte. El no es libre, libre es aquel que pudiendo adulterar no adultera. Ese si es libre. Libre es aquel que pudiendo robar, no roba, libre es aquel que pudiéndose emborrachar no se emborracha. Porque tiene fuerza para decir NO. Ese es el que es libre. ¿Me explico?
El Espíritu Santo es esa fuerza que viene a nosotros para hacernos libre del pecado, ¿por qué? Por que el pecado ya no tiene esa fuerza de atracción que me iba jalando tras de él. Ahora yo tengo por el Espíritu Santo en mí una fuerza muchísimo más grande que la fuerza del pecado y entonces ya el pecado no me domina. Sino que en Cristo Jesús y por el poder del Espíritu Santo yo ya no tengo nada que ver con el pecado.
Esa es la libertad que nos da el Espíritu Santo. Capacitarnos y fortalecernos de tal manera que la fuerza del pecado ya no tenga imperio, que no domine sobre nosotros el pecado. Sino de que en Cristo y con la victoria de Cristo y con el poder del Espíritu. Nosotros hallamos dejado de lado totalmente el pecado, sea mortal o sea venial es pecado y con la fuerza de Dios vencerlo.
Hoy domingo a las 17:00 horas en la Z radio, 96.3 FM estéreo y 1340 AM digital, La Palabra. Cuarenta y cinco minutos de comunicación con el Santo Espíritu de Dios que te quiere liberar de tus vicios, enfermedades, miedos, temores y todo lo que se le parezca. Escucha el mensaje sobre el Santo Espíritu de Dios que hace vida todo lo que toca. Mañana lunes a las cinco de la tarde en el templo de El Carmen, oración por la salud de los enfermos. En ocho días los testimonios de sanación en la oración de sanación de recuerdos.
Bendito y alabado sea el nombre de mi poderoso Señor. ¡Gloria a Dios!
BUENAS NOTICIAS PARA EL HOMBRE DE HOY
Grupo Apostólico Nueva Evangelización

Ven Espíritu de Dios

Hay un pasaje del Evangelio de San Juan, que para mi es muy impresionante, es un pasaje hasta cierto punto también un poquito contrastante, cuenta el Evangelio de San Juan en el capítulo tercero que una noche un hombre fue a visitar a Jesús, iba de noche porque tenía miedo que los demás dijeran, mira este también anda con Jesús, ¿por qué tenía este miedo? porque era un hombre muy instruido, porque era un hombre de autoridad en Israel, autoridad política, autoridad religiosa, se llamaba Nicodemo, y este personaje fue a visitar a Jesús. Yo creo que fue bien difícil para él ir a ver a Jesús, porque ya se había decidido que todo aquel que siguiera a Jesús iba a ser expulsado de la Sinagoga, es decir de la religión de Israel, y éste con sus reservas con todo lo que ustedes quieran decide y va a visitar a Jesús, y cuando llega a ver a Jesús, Jesús le dice una palabra muy misteriosa, le dice: "Nicodemo en verdad, en verdad te digo: el que no nazca de lo alto, no puede ver el Reino de Dios".
Nicodemo tu ya le hiciste, tú tienes títulos, tú eres maestro de Israel, tú estás en la verdadera religión, era religión revelada por Dios, a Abraham, Moisés, los profetas, el judaísmo era la verdadera religión, le dice: pero no basta eso, tienes que nacer de nuevo, tienes que nacer de lo alto porque si no, no puedes entrar, no puedes ver el Reino de Dios.
Nicodemo tal vez representando a cualquiera de nosotros, tiene una objeción y dice: ¿pero cómo puedo yo nacer otra vez? si ya soy viejo, ¿acaso puedo entrar en el seno de mi madre y volver a nacer? una objeción muy lógica muy normal, Jesús le está diciendo tienes que nacer de nuevo, pero como es eso dice él, y la respuesta de Jesús:
"En Verdad en verdad te digo: el que no nazca del agua del Espíritu no puede entra en el Reino de Dios porque lo nacido de la carne es carne, lo nacido del Espíritu, Espíritu es". Jesús le está diciendo a Nicodemo "tienes que nacer de nuevo" ¿pero que voy a entrar en el vientre de mi madre? No Nicodemo no va por ahí, tienes que nacer del agua y del Espíritu tienes que nacer otra vez, pero no por la voluntad de los hombres sino por la voluntad de Dios, por el poder del Espíritu Santo El Espíritu Santo tiene que hacerte nacer de nuevo, a veces creemos que la salvación está en pertenecer a la verdadera religión, Nicodemo pertenecía, a veces pensamos que está en hacer ciertas cosas, Nicodemo cumplía con el sábado con toda la legislación, con todas las costumbres y tradiciones de los judíos, ¿Y Nicodemo podía entrar al Reino de Dios por ese camino que iba? NO, hasta que Jesús le dio la clave hasta que Jesús le reveló, Nicodemo todo eso que haces es bueno pero con eso no entras al Reino de los cielos, necesitas nacer de nuevo, nacer del Espíritu que el Espíritu Santo te de un nuevo nacimiento, es decir un cambio total y completo eso significa nacer de nuevo, un volver a comenzar a vivir, porque hasta donde tu llevas este camino aunque no es malo no vas a llegar a la meta, hay que volver a empezar.
Y como se nos dificulta volver a empezar. No pos si ya voy a medio camino. Sales de la casa rumbo a la escuela o tu trabajo, y dices se me olvidó tal cosa en mi casa, ¿me regreso o no me regreso? ¡Bueno! ya después, casi siempre seguimos adelante ¿por qué? porqué a todos nos cuesta trabajo volver a empezar.
¿Como que volver a empezar otra vez? Esto es exactamente lo que hacemos en nuestra vida. Mejor le arreglo, mejor una parchadita, mejor, aunque sea peor decirlo así pero es palabra de Jesús, el sepulcro que está ahí todo apestoso, podrido, mejor le damos una encaladita por fuera, cuantas veces es eso lo que hacemos, lo que nos preocupa es que esté muy limpia por fuera, dice Jesús, NO lo que más importa es que esté limpia por dentro, ¿que significa esto? TENGO QUE VOLVER A NACER para que todo absolutamente todo sea nuevo, porque el que está en Cristo, es creatura nueva, dice el apóstol Pablo y aquí el ejemplo de María Magdalena a mi me gusta muchísimo, esa pecadora, la más grande pecadora de todo el Evangelio, ¿Jesús la convirtió en una mujer buena?, NO, la convirtió en una mujer NUEVA. Es muy distinto MUJER NUEVA, totalmente otros criterios, otros valores, otra manera de vivir de sentir, otra manera de servir, totalmente diferente, cambió, no solamente se transformó en algo su vida, no solamente Jesús le puso un parchecito, NO. Magdalena fue una mujer completamente NUEVA. Hoy domingo a las 18:00 horas escucha por la Z radio La Palabra 45 minutos de oración con el Doctor que todo lo sana.
¡Alabado sea Jesucristo!
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Grupo Apostólico Nueva Evangelización

Regalos del Espíritu de Dios

“El Abogado, el Espíritu Santo, que el Padre enviará en mi nombre, él les enseñará todo y les hará entender todo lo que Yo les he dicho”. Jn 14,26 El Espíritu Santo es Dios mismo, es la tercera persona de la Santísima Trinidad. Por lo tanto es Dios, como Jesucristo y como Dios Padre. Los bautizados somos templos del Espíritu Santo, quien actúa en nosotros dándonos consejos, inteligencia para resolver problemas, fuerzas necesarias para seguir a Jesucristo.
Su acción santificadora se inicia en nuestra alma el día de nuestro bautismo, permanece en nosotros y se fortalece en nuestra alma, siempre que realizamos un acto de intensa virtud: Sacramentos, Eucaristía, comunión, confesión, oración. Para recibir los dones del Espíritu Santo debemos corresponder a la gracia purificando nuestro corazón y deseando la santidad.
El Espíritu Santo es un maestro dulce y sabio, pero también exigente, porque nos da sus dones si estamos dispuestos a pasar por la Cruz y a corresponder a su Gracia.
Nadie puede arrebatarnos al Espíritu Santo, vive dentro de nosotros, cuando lo poseemos, solo podemos alejarlo de nuestro corazón nosotros mismos por el abuso de nuestra libertad: el pecado.
El Espíritu Santo permanece para siempre en el alma del que cree y que ama a Dios, actuando sin darnos cuenta, a través de sus siete dones. Es nuestro amigo, nos aconseja y nos anima en los momentos difíciles. Su misión es ayudar al hombre en su santificación y sus frutos son: amor, alegría, paz, tolerancia, agrado, generosidad, lealtad, sencillez, dominio de sí.
Cualidades ideales en cualquier momento y circunstancia de la vida: en casa, con los padres, hermanos y hermanas; en la escuela, con los profesores y compañeros; en las fábricas y en las universidades y con todas las personas. Para dejarnos aconsejar y dirigir por el Espíritu Santo debemos desear ser por entero de Dios, sin poner límites a su acción en nosotros.
Los dones y frutos del Espíritu Santo nos ayudan a superar dificultades y somos capaces de llevar a cabo cualquier tarea y de superar cualquier dificultad. Nuestras vidas nos pertenecen, y el Espíritu actúa en cada uno de nosotros de forma diferente, de acuerdo con nuestra personalidad propia y las características heredadas de nuestros padres y adquiridas a través de la educación.
Estando tan cercano a nosotros y actuando de forma tan discreta debemos dirigirnos a El, en todas nuestras necesidades y pedirle que nos guíe y ayude.
María siempre escuchó la voz del Espíritu en su alma y no se equivocó. Imitad el ejemplo de nuestra santa Madre, modelo perfecto de fe en Dios y de generosa cooperación en su plan salvífico para toda la humanidad. Recordad su consejo a los servidores de Caná: “Haced lo que Él os diga”.
Los dones del Espíritu son siete: Don de Sabiduría. Don de Entendimiento. Don de Consejo. Don de Fortaleza. Don de Ciencia. Don de Piedad. Don de Temor de Dios. El Profeta Isaías anunció que el Santo Espíritu de Dios, traerá a quien es fiel, siete preciosos regalos o dones. (11,2) Estos dones nos fueron regalados desde el día de nuestro bautismo y se van aumentando si así lo pedimos en la oración.
Don de Sabiduría. El Espíritu Santo mediante este don, pone al alcance de almas sencillas, el conocimiento de Dios y de lo que a Él se refiere. Es un gusto especial por todo lo que se refiere a Dios o al bien de las almas. Nos hace saborear con simpatía y convicción las verdades y atributos divinos, por ejemplo: que Dios es Creador, Redentor, Santificador, etc. Hace que la persona goce con la oración y encuentre verdadero gusto en las lecturas de buenos libros especialmente en la Biblia. Hace que ya no obremos por ser admirados o por que nos agradezcan o estimen, sino solamente para que Dios quede contento. Después de saborear con este don lo que es de Dios, ya todo lo que es pecado y egoísmo material causa disgusto.
Don de Entendimiento. Mediante este don le es dado al cristiano un conocimiento más profundo de los misterios de Dios. El hombre tiene una mayor certeza de lo que cree, todo es más claro. Para llegar a este conocimiento es necesaria la luz que da el Espíritu Santo, que recibimos en la medida de la pureza de nuestro corazón y de los deseos de santidad. El también ilumina nuestro entendimiento para que comprendamos la Palabra de Dios en la Biblia.
Don de Consejo. Este don está muy relacionado con la virtud de la prudencia, y se refiere a los medios que se deben emplear en cada situación. Hace que al momento de tomar una decisión, escojamos lo que más nos conviene, inspira lo que debemos hacer y cómo se debe hacer, y lo que se debe decir cómo se debe decir. Lo que se debe evitar y lo que se debe callar. A veces por medio de una buena lectura el don de Consejo, nos ilumina qué es lo que Dios está esperando de nosotros. También ayuda a encontrar soluciones rápidas para causas urgentes, y guiar a otros para que eviten lo que no les conviene.
Don de Fortaleza. Es una fuerza especial para realizar lo que Dios quiere de nosotros y para resistir con paciencia y valor las contrariedades de la vida. Si dejamos que el Espíritu Santo tome posesión de nuestras vidas comprenderemos que el Señor escoge al débil y que no pide más que la buena voluntad para poner todo lo que está de nuestra parte, para que Él lleve a cabo maravillas. La vida es a ratos tan dura que sin el don de fortaleza, no seríamos capaces de aguantar sin desesperación. Hay tentaciones, tan violentas e inesperadas que si no fuera por la intervención del Espíritu Santo no podríamos resistir.
Don de Ciencia. Es una facilidad para distinguir entre lo verdadero y lo falso. Muchas personas creen como verdadero lo que es falso y en cambio no aceptan lo que es verdad. Mediante el don de la ciencia, el cristiano sabe distinguir con perfecta claridad lo que lleva a Dios y lo que le separa de Él, también te advierte cuando las cosas buenas y rectas pueden convertirse en malas para el hombre, y lo convence de que lo que más vale no es lo material sino lo espiritual.
Don de Piedad. Las personas que reciben este don, tienen hacia Dios un cariño como hacia un Padre amorosísimo, y todo lo que sea por su Reino les llama la atención y lo hacen con gusto Les mueve a tratar a Díos con ternura y el cariño de un buen hijo con su padre y a los demás hombres como a hermanos que pertenecen a la misma familia. Dios quiere que le tratemos con entera confianza, como hijos pequeños y necesitados, sabiendo que quiere lo mejor para cada uno de sus hijos. Este don nos mueve y nos facilita el amor filial a nuestra Madre del cielo, la devoción a los ángeles y santos.
Don de Temor de Dios. Es un temor cariñoso, que nos inspira miedo a ofender a Dios, por ser Él un Padre tan generoso y lleno de bondad hacia nosotros, y también porque sabemos que Dios no dejará ni un solo pecado sin castigar todo menos que apartarnos de nuestro Dios. Es pues un temor que nace del amor.
Pentecostés. Cincuenta días después de la Resurrección del Señor, Pascua, mientras los apóstoles estaban en oración, recibieron al Espíritu Santo y perdieron todos sus temores e ignorancia, adquiriendo una gran decisión y conocimiento para predicar la doctrina de Cristo, De esta misma manera el Espíritu Santo puede transformar nuestra vida haciéndonos apóstoles.
El Sacramento de la Confirmación es una acción especial del Espíritu Santo, por el cual una persona que ha sido bautizada lo recibe a él y a todos sus dones en plenitud. Por el Bautismo, formamos parte de la Iglesia, pero la Confirmación busca también un compromiso del cristiano que es enviado a una misión especial y con una gran responsabilidad de defender la fe, llevarla a los demás a través del apostolado y ser testigo de Jesucristo con la palabra y el ejemplo Al recibir el Sacramento de la Confirmación nos convertimos en verdaderos soldados de Cristo siempre dispuestos a luchar de palabra y obra por nuestra fe.
Ven Espíritu Santo y envía desde el cielo un rayo de tu luz. Ven, Padre de los pobres. Ven, dador de los dones. Ven, Luz de los corazones, consolador magnífico. Ven dulce huésped del alma, tregua en el arduo trabajo, brisa en las horas de fuego, consolador en el llanto. Gozo que conforta en el duelo. Entra hasta el fondo del alma, divina Luz y enriquecemos, sin tu ayuda, nada hay en el hombre, nada que sea bueno.
Mira el vacío del hombre si tu le faltas por dentro. Mira el poder del pecado cuando no envías tu aliento. Lava lo que está sucio, riega lo que está seco, sana lo que está enfermo. Doblega lo que está rígido, calienta lo que está frío, endereza lo que está torcido. Concede a los fieles que en ti confían, tus siete sagrados dones. Dale al esfuerzo su mérito, salva al que busca salvarse y danos tu gozo eterno. Así sea.
Te invitamos a ver por la televisión en vivo nuestro programa “La Palabra” de la Z radio, 96.3 FM estéreo y 1340 AM digital. La cita es en el consultorio de sanación más grande de Morelia a las seis de la tarde. Si abres nuestra página web www.jesusestavivo.org.mx y haces clik en la imagen de televisión aparecen más de 30 vídeos que salieron en vivo y ahora forman parte de nuestro archivo que puedes ver cada ves que quieras. Algunos de nuestros nuevos vídeos que bendijo el P. Miguel Contreras son: la Hostia palpitando, Bienvenida con el P. Miguel Contreras, Oración de sanación por Rocío, Jesús da la sanación a sus ovejas, Oración de sanación en la Z radio, Oración de sanación por Minerva, Jesús enseña y sana, Misa dominical en San Pedro, Yo vi a la Virgen María, por decir algunos. Quiera Dios que el próximo vídeo de testimonio de sanación sea el tuyo. Si deseas oración de sanación por tus enfermos, manda tu petición a: lapalabra@jesusestavivo.org.mx y en todo el mundo se orará por la salud de tus enfermos.
¡Alabado sea Jesucristo!
BUENAS NOTICIAS PARA EL HOMBRE DE HOY
Grupo Apostólico Nueva Evangelización

viernes, 14 de mayo de 2010

Año sacerdotal

Salido de la mano del Padre -la Vida- y de su Espíritu -la Luz-, el Hijo de Dios se ha manifestado en carne humana: puso su tienda entre los hombres y para ellos. Jesús ¡"Dios con nosotros"! y ¡"nosotros con Dios"!
Siempre Dios y, una vez hombre, siempre hombre, su Humaanidad, misterio de plenitud, recogió también nuestra condición de límites y necesidades; la misericordia de su corazón sacerdotal le permite experimentar nuestras flaquezas y compadecerse de ellas.
Su carne, con la hechura de la tienda de los hombres, sufrió la pasión y la muerte, pero una vez resucitado guarda de Dios las cualidades porque en ella reside la plenitud de la divinidad.
Si la suprema acción sacerdotal de Jesús consistió en ofrecer al Padre su propia vida, su pasión y su muerte por la salvación de los hombres, la misión que nuestro Sumo Sacerdote, comunica al pueblo santa por la unción de su Espíritu es: "hacer de nuestra vida una ofrenda continuada".
Y todavía, de este pueblo sacerdotal escoge algunos amigos para compartirles el precioso regalo de su sacerdocio ministerial, de modo que puedan ofrecer los frutos de la tierra y del trabajo del hombre y consagrarlos en su propio Cuerpo y en su Sangre. Conviene recordar que lo que no se ofrece no se consagra.
Los sacerdotes, misericordiosamente investidos de este ministerio, no se predican a ellos mismos, sino a Cristo Jesús como Señor, y a ellos como siervos nuestros por Jesús. Pues el mismo Dios que dijo "De las tinieblas brille la luz", ha hecho brillar la luz en nuestros corazones para irradiar el conocimiento de la gloria de Dios que está en la faz de Cristo.
Llevan este Tesoro en recipientes de barro para que aparezca que una fuerza tan extraordinaria, es de Dios y no de ellos. Por eso no desfallen. Aún cuando su hombre exterior se va desmoronando, el hombre interior se va renovando día a día. Y con el rostro descubierto reflejan como en un espejo la gloria del Señor y se van transformando en esa misma imagen, cada vez más gloriosos porque así actua el Señor que es Espíritu.
A nuestro Santísimo Padre Benedicto XVI, Envuélvelo Señor en tu gracia. A los Cardenales, Nuncios y Delegados, Envíales tu luz Señor. A los Arzobispos y Obispos, Dáles tus dones, Señor. A los sacerdotes religiosos, Haz que busquen la perfecta caridad, Señor. A los sacerdotes seculares, Nunca los dejes, Señor. A los sacerdotes de seminarios, Dales tu ciencia, Señor. A los sacerdotes enfermos, Sánalos, Señor. A los sacerdotes tibios Enfervorízalos, Señor. A los sacerdotes en peligro, Líbralos, Señor. A los sacerdotes débiles, Fortalécelos, Señor. A los sacerdotes manchados, Purifícalos, Señor. A los sacerdotes tentados, Dales el triunfo, Señor. A los sacerdotes en pecado, Dales tu gracia, Señor. A los sacerdotes pobres, Socórrelos, Señor. A los sacerdotes celosos, Ayúdalos, Señor. A los sacerdotes que desean amarte, Enciéndelos, Señor. A los sacerdotes tristes, Consuélalos, Señor. A los sacerdotes turbados, Dales la paz, Señor. A los sacerdotes ancianos, Sosténlos, Señor.
A los sacerdotes jóvenes, Impúlsalos a tu gloria, Señor. A los sacerdotes aislados, acompáñalos, Señor. A los sacerdotes atados a lo terreno, Rompe sus cadenas, Señor. A los sacerdotes suspensos, Conviértelos, Señor. A los sacerdotes misioneros, Protégelos, Señor. A los sacerdotes predicadores, IIumínalos, Señor. A los sacerdotes directores de almas, Instrúyelos, Señor. A los sacerdotes párrocos, Dales un gran celo apostólico, Señor. De los sacerdotes vicarios, No te apartes, Señor. A los sacerdotes agonizantes, Aliéntales con tu presencia, Señor. A los sacerdotes difuntos, Dales la gloria, Señor. De toda la Iglesia militante y purgante, Apiádate, Señor.
A todos los sacerdotes, Dales pureza, Señor. Dales tu ciencia, Señor. Dales virtudes, Señor. Dales paciencia y caridad, Dales obediencia y benignidad Dales el amor al estudio y a,tu ley, Dales el celo ardiente por las almas. Dales fuego divino para que abrasen los corazones. Dales intenso amor a la Eucaristía. Dales humildad y talento. Dales docilidad para observar las normas Iitúrgicas. Dales grande sumisión a sus Prelados. Dales gran adhesión a la Sede Apostólica. Dales desprendimiento de las cosas del mundo. Dales respeto a su dignidad. Dales un gran amor a María. Dales rectitud y justicia. Dales el don de Consejo. Dales fortaleza en sus trabajos. Dales un gran amor a la Cruz. Dales resignación en sus penas. Dales caridad universal con las almas. Dales humildad y generosidad. Dales vida sobrenatural y'divina. Aparta de su corazón la avaricia. Aparta de ellos la pereza y la ociosidad. Haz que vivan con el corazón en el cielo. Haz que sean la luz de las almas. Haz que sean espejo de santidad. Haz que sean la sal de la tierra. Haz que practiquen el sacrificio y la abnegación, Hazlos apóstoles del amor a María. Haz que salven muchas almas. Haz que sean otros Cristos. Hazlos apóstoles de tu Corazón, Hazlos santos de cuerpo y alma.
Que sus Misas sean siempre dignas. Que su conducta edifique. Que su trato atraiga a las almas a Dios. Que siempre estén practicando alguna virtud. Que sean modelos para todo el mundo. Que comuniquen pureza. Que sean hombres de oración. Que procuren la hermosura de los templos. Que irradie en ellos la fe. Que no les preocupe sino la salvación de las almas. Que siempre señalen al cielo. Que sean fieles a su vocación sacerdotal. Que nunca claven espinas a tu Corazón. Que en los confesionarios sean otro Jesús. Que sólo toquen la tierra para santificarla. Que ardan en tu amor y en el de María. Que jamás den un mal ejemplo. Que no se cansen en alabarte. Que sus pasos sean todos para gloria de Dios. Que su porte exterior sea sencillo y santo. Que no se mezclen en cosas mundanas. Que se den siempre a respetar. Que utilicen todos los medios en bien de las almas. Que sus manos sólo sepan bendecir. Que sus labios se ocupen siempre de tu alabanza. Que sus pies sólo caminen en pos de las almas. Que sus ojos miren siempre a María. Que sus cuerpos sean siempre tu sagrario. Que sus pensamientos sean sobrenaturales. Que su corazón sea un continuo incensario. Que el Espíritu Santo los posea, les regale con profusión sus dones y sus frutos, los enamore de la Trinidad Santísima, y entonces se renovará la faz de la tierra.
El próximo sábado estaremos celebrando la venida de “La Promesa”. Hay muchas promesas en la Palabra de Dios pero una sola es llamada con mayúscula y es precisamente la venida del Santo Espíritu de Dios. La Tercera persona de la Santísima Trinidad en pleno estará con nosotros y contigo en el templo de El Carmen. Ven y goza la presencia del Espíritu que resucitó a Jesús y te anda buscando a ti, seas quien seas y seas como seas. Pentecostés es lo contrario de la torre de Babel, allí hubo confusión de lenguas y Pentecostés es la unidad de todas las lenguas del mundo... La hora de la cita es de: 21:00 a 23:00 horas del próximo sábado.
Te invitamos mañana lunes al templo de El Carmen a la “Oración de Sanación de Recuerdos”. Muchas veces estamos tan enfermos que ni cuenta nos damos que la causa es por los recuerdos que nos tienen atados a nuestro pasado. Estamos tristes y ya es tiempo de que regrese la alegría que Jesús ganó para nosotros. Atrévete a sanar y romper con las ataduras que puedas tener incluso antes de nacer. Esta oración será grabada por Grupo Marmor y Televisa. El Lic Julio Hernández Granados nos certificó la transmisión de este evento en la televisión local.
¡Alabado sea Jesucristo!
BUENAS NOTICIAS PARA EL HOMBRE DE HOY
Grupo Apostólico Nueva Evangelización

Los sordos sin oído ¡escuchan!

El testimonio es una comprobación de lo que Jesús está haciendo hoy por su pueblo, por sus hermanos, por los que creen en él, por los que lo buscan, por los que piden, por los que lo necesitan. Pero en el fondo, todos tenemos el sentimiento de no ser dignos de estar en la presencia de Dios, porque todos hemos pecado, nos sentimos sucios, como si quisiéramos escondernos, nos sucede lo que pasó a Adán y Eva.
Anteriormente se decía: Sé puro, sé limpio para entrar a la presencia de Dios. Pero, hoy te digo, “así como estás, DIOS TE AMA”. ¡Ven, acércate a la presencia de tu Creador! Él tiene en sus manos una palangana con agua, ¡AGUA VIVA! y una toalla, ¡ÉL TE LIMPIA! te purifica, te santifica, te da su Espíritu, te hace nacer de nuevo con toda su fuerza para cambiar tu vida.
Nuestra hermana Celia Covarrubias de Irapuato, Gto, movida por la fuerza que da el Espíritu Santo, nos da testimonio de su sanación, que equivale al de una persona que no tiene ojo y ve, a una persona que no tiene pie y camina, porque para Dios no hay nada imposible: Después de una oración con el P. Emiliano Tardif platiqué con Pepe Prado y le dije: Pepe, quiero dar mi testimonio. ¡Sí!, aceptó él. ¿Qué te sucedió? Pepe, ayer empecé a escuchar. Para eso es la predicación, para que la gente escuche, me dijo.
Pepe, -le dije- yo no tengo oído interno ni oído medio, tenía más de quince años sin escuchar. ¿Me permites?, dijo él, y en el momento en que Pepe observó mi oído, levantó las manos, se tomaba la cabeza y repetía: ¡Gloria a Dios! Sacó una libreta y empezó a escribir mi nombre, teléfono, dirección y se fue a hablar con el P. Tardif.
Posteriormente, Pepe Prado, ante el micrófono, dijo: Hermanos: los invito a prepararnos para la santa Misa. Entonemos un canto de entrada, y de ahí vino a decirme que el P. Tardif escogió mi testimonio para que se los contara en la Misa, que el testimonio era único en el mundo. Me tomó de la mano, me llevó ante el P. Tardif a saludarlo y él me invitó a sentarme a su lado.
Aproveché para preguntar a Pepe, cómo supo el Padre que yo estaba aquí. No fue el Padre, Celia, respondió. Fue Jesús el que te encontró. Él se hace presente en todas las oraciones, y camina entre las butacas, por los pasillos. Jesús te encontró, puso su mano en tu oído y por eso escuchas. Él habla al Padre Emiliano en su corazón y le dice lo que está haciendo, y con esa Palabra de Conocimiento el Padre Tardif lo transmite al micrófono.
Cuando supe esto me asombré más. ¡Estoy sentada al lado de un santo que escucha la voz de Dios!, pensé, y al sentir el brazo del Padre Tardif rodeándome la espalda, o apretándome la mano, volvió a mí ese llanto gozoso. Pensé que cuando me llamaran no podría hablar ni dar mi testimonio ante tanta gente.
Pepe, -le dije- siento que no voy a poder hablar, no se me va a entender nada. Puso su mano sobre mi frente y al momento empecé a sentirme bien. Yo no sabía de la oración con la imposición de manos; esa fue la primera vez que la recibí. Pidió a Jesús que tomara mi garganta y que él hablara a través de mí.
Al terminar el Padre Tardif la predicación del Evangelio, me llamó para que les contara lo que había hecho el Señor Jesús en mí, un día antes.
Pude explicar mi enfermedad, la opinión de los médicos antes y después de la operación y sobre todo, les comenté que para mí no era tan importante oír, sino que lo más importante es que Jesús me encontró en medio de todos ellos y me lo hizo saber por mi oído.
¡Gloria a Dios!, gritó varias veces el Padre Emiliano, y empezaron a cantar: “Tú eres testigo del poder de Dios, por el milagro que Él ha hecho en ti. Yo estaba ciego, mas ahora veo la luz, la luz divina que me dio Jesús...” exclamaban con júbilo los ahí presentes en alabanza al Señor. Bajé del altar y emprendí el regreso a mi lugar en medio de abrazos y besos. ‘Dios te ama’, me decían, ‘Gracias por estar con nosotros’.
Antes de seguir con la profesión de fe, el Credo, anunció el Padre Emiliano: cuando nuestra hermana empezó a hablar en el micrófono, varios sordos aquí presentes empezaron a escuchar, y añadió: ¡Pónganse de pie para que den gloria a Dios!
Se pararon más de diez personas de diferentes edades y sexo. Algunos eran sordos de nacimiento, o sea sordomudos. No sabían qué estaba pasando, los llevó un familiar y ahí estaban de cuerpo presente, de repente, algo nuevo sucedía en sus oídos.
Es tremendo vivir en un silencio profundo y de pronto percibir ese ruido ensordecedor que casi los enloquece, se tapaban los oídos. A esos que son sordos de nacimiento, dijo el Padre Tardif, enséñenles a hablar como si fueran bebés, repítanles: pa, pá, ma, má. Ellos no hablan porque nunca habían oído, ahora ya escuchan. Otros tenían su aparato para sordera en la mano y lo levantaban. Dijeron que cuando empecé a hablar, ellos oyeron un ruido muy fuerte que los hizo rápidamente desconectar su aparato, y la sorpresa: ¡Escuchaban sin el aparato para sordera! Volvió el júbilo a llenar el lugar. ¡Bendito seas Señor!, gritábamos todos a coro repetidamente.
Se cumplió lo que profetizó Isaías: Entonces la lengua del mudo lanzará gritos de alegría: 35,6.
Por falta de espacio concluimos diciendo que Celia no tiene oído medio, ni oído interno y aun así escucha. En ese hueco o vacío le caben uno o dos vasos de agua. Esto que le pasó a Celia no es un milagro, sino un verdadero llamado a evangelizar con gran poder. Si tú llamas por teléfono a Irapuato al número (01462) 626 33 19 lo más probable es que te conteste con su oído renovado y te de con más fuerza testimonio de lo que Jesús hizo en ella y quiere hacer contigo. Si alguien hace contacto con ella, favor de avisar al correo electrónico: aurelio@jesusestavivo.org.mx para recibir sus últimos testimonios de sanación.
Que lo que le pasó a Celia te pase a ti también. Pedimos tu oración para que Jesús que está vivo… en Morelia, la reúna entre nosotros. Recuerda que “todo es posible para el que cree, yo te digo que si creyeres verás la gloria de Dios”.
Te invitamos mañana lunes al templo de El Carmen a la “Oración de Sanación de Recuerdos”. Muchas veces estamos tan enfermos que ni cuenta nos damos que la causa es por los recuerdos que nos tienen atados a nuestro pasado. Estamos tristes y ya es tiempo de que regrese la alegría que Jesús ganó para nosotros. Atrévete a sanar y romper con las ataduras que puedas tener incluso antes de nacer. Esta oración será grabada por Grupo Marmor y Televisa. El Lic Julio Hernández Granados nos certificó la transmisión de este evento en la televisión local.
¡Alabado sea Jesucristo!
BUENAS NOTICIAS PARA EL HOMBRE DE HOY
Grupo Apostólico Nueva Evangelización