jueves, 15 de julio de 2010

Invocación al Espíritu Santo

En Pentecostés, Hechos 2, los discípulos se consagraron a orar continuamente hasta que el Espíritu Santo se derramó sobre ellos como lenguas de fuego; llenó sus vidas y les dió el valor y el poder de ser testigos suyos para el mundo. Algunas personas llaman a este derramamiento, "bautizo" del Espíritu Santo, el "beso" del Espíritu. Su propósito primordial es el de dar el poder a los cristianos para llevar la Buena Nueva de Jesús al mundo. Su efecto primordial es una experiencia tangible del amor de Jesús. El abrazo del cielo. Vamos a dar gracias continuamente, diariamente por un derramamiento más profundo del Espíritu Santo en nuestras vidas. Cuando el poder del Espíritu se apodera de nuestras vidas, podemos cambiar el mundo. Un ministro de una ciudad universitaria, después de recibir el Espíritu Santo; dijo, "¡Ahora, lo que hago, trabaja!". De acuerdo a Hechos 2, esto debería ser la vida cristiana normal. Al orar la oración siguiente, cámbiala de tal manera, que la sientas como si fuera tuya.
Oración para recibir una fuerte efusión del Santo Espíritu de Dios "...van a recibir una fuerza, la del Espíritu Santo, que vendrá sobre ustedes, y serán mis testigos... hasta los confines de la tierra" . Hechos 1,8
Ven Espíritu Santo y bautízame con el fuego de tu amor. Yo me he entregado a ti, en lo mejor que mi capacidad me lo permite, y quiero llenarme de ti. Yo necesito tu poder en mi vida. Ven, por favor, y lléname. Señor, yo creo que cuando me entregué a ti y te proclamé como mi Señor, nos convertimos en uno. Tú eres el árbol y yo soy la rama del árbol. Todo lo que tú eres, está dentro de mí. Mi vida procede de tí. Yo creo que al darte paso y pedírtelo, tú vas a derramar tu fuerza, tu sabiduría, tu sanación, para satisfacer mis necesidades actuales. Estoy abierto a recibir tus dones de santificación de Isaías 12,2, Sabiduría, Inteligencia, Prudencia, Valentía, Conocimiento y Temor de Dios. Yo necesito éstos dones en mi vida para crecer como cristiano. Yo permito y pido que tú derrames tus dones de servicio, como están expresos en 1Cor 12, sabiduría, enseñanza, fe, hacer curaciones, milagros, profecía, discernimiento, hablar en lenguas, e interpretación de lenguas. Yo necesito estos dones para dar testimonio a un mundo herido. Sólo con tu poder, y guiado por tu Espíritu; puede mi vida ser fructífera. Espíritu Santo, ven. Espíritu Santo, ven. Yo lo quiero todo, envuelto en el don más grande de todos, el Amor. "...pero el mayor de los tres es el amor". 1Cor 13,13. Derríteme, moldéame, lléname, úsame. Dame oportunidades para usar tus dones para revelar tu amor y tu misericordia. Estírame, Señor. Yo no voy a poner límites a tus dones por mi propia percepción de lo que yo puedo recibir. Espíritu Santo, engrandece mi capacidad. Trabaja en mí de manera poderosa. Yo quiero que todos los fines que tú tienes para mi vida, sean realizados. Y yo te necesito, Espíritu de Dios poderoso, para que traigas esa realización completa. Ven Espíritu Santo, ven,
Cuando pasas a través de mí para servir a otros, yo sé que tú estás pasando también a través de mí, para sanar mi vida. Gracias por inundar los lugares más profundos de mi vida con tu amor eléctrico. Gracias por lavar y limpiar cualquier herida y cicatriz del pasado que todavía tiene el poder de dominar mis pensamientos y suprimir mi libertad física y emocional. Gracias por traer luz a las sombras, y calor a cualquier cuarto frío y oscuro que haya en mi alma. Espíritu Santo compasivo, gracias por venir y sacar las lágrimas que no he llorado, los sufrimientos que no han pasado, el dolor de una pérdida, los traumas, el temor, los dolores emocionales tan dolorosos que fueron "enterrados vivos". Espíritu de Sabiduría, gracias por venir a la raíz de cualquier fallo crónico en mi vida. Espíritu Santo, gracias por caminar conmigo a través de mis años pasados y hacer frente a ese pasado conmigo. Gracias por recordarme que el amor de Jesús ha estado siempre ahí, llenando este trecho entre el amor que necesitaba y el amor que recibí.
Da las gracias al Espíritu Santo por recorrer tu vida y traer a la mente cualquier recuerdo que necesitaba sanación. Cuando surjan, di simplemente, "Espíritu Santo, yo te entrego este evento; para que sea sanado. Gracias por traer el bien para cubrir el dolor.". Romanos 8,28. Alabado seas, Jesús. "Deja que esta sea una oportunidad para un derrame más profundo del Espíritu Santo al liberar más tu vida emocional".
Gracias, Espíritu Santo, por tú presencia en mí, que fluye libremente en mí y a través de mí. Gracias por ser mi amigo, mi maestro, mi intercesor, mi consolador, y el dador de dones extraordinarios. Gracias especialmente por __________ Inserta aquí lo que haz recibido en estos momentos.
Cierra tus ojos y canta, “Espíritu Santo, ven”, “Divino Espíritu”, “Mi alma alaba al Señor”, o cualquier otro canto que invite al Espíritu Santo a vivir en ti, que ya vive, ¡pero no se nota! Así sea.
Tenemos una muy buena noticia para el hombre y la mujer de hoy. Ya salió el libro digital: “Él me Sanó”. 77 testimonios de sanación que nos muestran que ¡Jesús está vivo! Además en el libro digital están las oraciones de sanación física y espiritual del P. Emiliano Tardif... Recuerda que mientras se sigan leyendo los testimonios de sanación... Jesús seguirá sanado a tus enfermos del cuerpo, del alma y del espíritu... ¡Gloria a Dios! Lo único que tienes que hacer es mandar $ 39. por libro digital o más según sea tu generosidad. Te recordamos que estos recursos son aplicados para seguir llevando el mensaje de la Buena Nueva de la salvación... ¡a todo el mundo! Acude a BANORTE y deposita en la cuenta 05 19 40 88 49 ó depósito interbancario CLABE 072 470 00519408849 4 a nombre de Aurelio Prado Flores y recibirás el libro digital en tu buzón electrónico. Mándanos la ficha de tu depósito a: lapalabra@jesusestavivo.org.mx para tener tu dirección electrónica y poder enviarte el libro digital inmediatamente. Es muy importante este último paso porque allí están tus datos completos. Para más información abre nuestra página web: www.jesusestavivo.org.mx y ahí está esta BUENA NUEVA... En este libro digital hay sanaciónes de leucemia, cáncer, lesiones cerebrales, síndromes, parálisis, sida, resurrección de muertos y todo lo que se le parezca...
La misa que celebró hoy domingo Monseñor Rafael Chávez Ponce de León en el templo de San Pedro a las nueve de la mañana, se subió en vivo a la televisión mundial en nuestro canal y también la puedes seguir viendo en nuestros archivos de Youtube y Ustream. También subimos a nuestra página web la Misa que se celebró en la Catedral hoy a las 9 de la mañana. Escucha y ve en la televisión mundial en vivo por internet, nuestro programa “La Palabra”. Cuarenta y cinco minutos en comunicación con Jesús que está vivo en la Z radio. La cita con el Doctor de doctores que todo lo sana es a las seis de la tarde por 96.3 FM estéreo y 1340 AM digital. Mañana en el templo de El Carmen a las cinco de la tarde, por la televisión mundial en vivo por internet, proclamación de la Palabra y oración por la salud de tus enfermos. Ya salió nuestro Boletín electrónico “Yo Soy” número 1 y lo podrás recibir en tu buzón completamente gratis en cuanto nos mandes tu dirección electrónica a: lapalabra@jesusestavivo.org.mx A las personas que soliciten su boletín electrónico se les hará llegar el libro de 77 testimonios de sanación en su correo electrónico.
¡Alabado sea Jesucristo!
BUENAS NOTICIAS PARA EL HOMBRE DE HOY
Grupo Apostólico Nueva Evangelización

El P. Emiliano visita un enfermo

José Ramón Rosario Sánchez nació en la comunidad de San Víctor, jurisdicción del municipio de Moca, el 2 de enero de 1949. Según relato de sus padres, Pedro Antonio Rosario y Edilia Encarnación Sánchez, José, desde su nacimiento, tuvo profundos problemas de salud. Siempre se necesitó de una atención clínica permanente para salvaguardar su integridad. Los primeros problemas de salud detectados por los médicos fueron de índole diabética. Los galenos sostuvieron por largo tiempo que el niño tenía insuficiencia de insulina, conllevando ello que se le sometiera a una rigurosa dieta, que no tardó en dejar su secuela de anemia en su delicado organismo. El problema fue tal, que se precisó internarlo en el entonces Hospital Angelita de la ciudad capital. Infructuosos fueron los esfuerzos médicos. Los efectos de la anemia cada día avanzaban en su cuerpo y consumían al menor. Con el tiempo fue necesario replantear el cuadro clínico, pues su diabetes presentaba rasgos que no le son comunes. Los médicos se entregaron a un estudio más detenido del caso. Mientras tanto, el cuerpo de José sufría los flagelos de periódicos dolores.
Al fin se arribó a una conclusión: José estaba padeciendo de anemia falsifórmica o anemia plástica. Sus glóbulos rojos tenían una estructura anormal.
Las crisis se sucedían, produciéndole dolores indescriptibles. Los médicos sólo suministraban paliativos al problema, pues se estaba en presencia de un mal hasta la fecha incurable.
El 14 de mayo de 1971 José fue internado en el Hospital Salvador B. Gautier, de la ciudad de Santa Domingo. Allí duró un año y tres meses tratando de recuperar la facultad de caminar, perdida la consecuencia del desarrollo que la enfermedad había alcanzado en su organismo. El Dr. González Cano, especialista en anemia plástica, afirmó que era imposible que José volviese a caminar, en razón de que la médula espinal se hallaba seriamente afectada. El caminar de nuevo le causaría irremisiblemente un derrame cerebral, refirió el especialista a los parientes del paciente. González Cano aconsejó a los padres de José que lo llevasen nuevamente a la ciudad de Moca, donde tenía su domicilio el paciente, para que tratara de llevar la vida con conocimiento de que no volvería a caminar. Este dictamen fue dado a mediados de 1972; José llevaba recluido en cama, sin poder caminar. A los familiares nos pareció todo perdido, y nos suminos en un mundo de angustias inconfesables.
El 17 de junio de 1975 se convertiría en un día memorable para la comunidad mocana.
En horas de la mañana de ese día estaba José con unos niños que habían venido a hacerle compañía, cuando sorpresivamente llegó un grupo de fieles cristianos miembros del floreciente Movimiento Carismático con el P. Emiliano Tardif, cura canadiense que simbolizaba el espíritu del ese movimiento en la zona norte del país. El Reverendo, una vez en la casa y después de haber hablado con José, procedió a orar invocando al Señor para que le otorgara su sanación. Instantes después, el P. Tardif le dijo a José que se levantara de la silla en que se encontraba sentado y caminara junto a él. José se mostró extrañado. ¿Cómo era posible que caminara, si el especialista le había dicho que no volvería a hacerlo jamás?
Cumplió el mandato del Padre, y dio varios pasos. El sudor cubrió su cuerpo. El asombro cundió en el ánimo de todos: José estaba caminando. La comunidad mocana se resistía a aceptar esta realidad, y nuestra casa rebosó de gente. Todo el mundo se quedaba asombrado; muchos lloraban de la alegría, otros daban palmadas y desorbitaban sus ojos por el asombro.
En lo que respecta a mí, confieso que me sentí aturdido al ver a mi hermano caminar. Hasta el tercer día acepté la realidad no sólo de que mi hermano había vuelto a caminar, sino que también habían desaparecido de su cuerpo los permanentes dolores que durante años lo habían confinado a la inmovilidad.
José se reintegró a la vida diaria de manera normal; viajó a diversas ciudades del país y a muchos campos de la provincia como el más saludable de los hombres.
Los moradores de Moca se acercaron más al Movimiento Carismático, después de conocer este milagro.
Mi hermano se dedicó a dar testimonio de su sanación en diversos templos de la provincia, y las personas miraban así los efectos del poder de Dios sobre ese hombre condenado por la ciencia a no alcanzar su salud.
Confieso que aún hoy, cuando ya han pasado más de ocho años de ese acontecimiento milagroso, se me conoce como "el hermano de José el del milagro" , más que como abogado, profesión que ejerzo desde hace varios años. Lic. Pedro Rosario Sánchez.
Tenemos una muy buena noticia para el hombre y la mujer de hoy. Ya salió el libro digital: “Él me Sanó”. 77 testimonios de sanación que nos muestran que ¡Jesús está vivo! Además en el libro digital están las oraciones de sanación física y espiritual del P. Emiliano Tardif... Recuerda que mientras se sigan leyendo los testimonios de sanación... Jesús seguirá sanado a tus enfermos del cuerpo, del alma y del espíritu... ¡Gloria a Dios! Lo único que tienes que hacer es mandar $ 39. por libro digital o más según sea tu generosidad. Te recordamos que estos recursos son aplicados para seguir llevando el mensaje de la Buena Nueva de la salvación... ¡a todo el mundo! Acude a BANORTE y deposita en la cuenta 05 19 40 88 49 ó depósito interbancario CLABE 072 470 00519408849 4 a nombre de Aurelio Prado Flores y recibirás el libro digital en tu buzón electrónico. Mándanos la ficha de tu depósito a: lapalabra@jesusestavivo.org.mx para tener tu dirección electrónica y poder enviarte el libro digital inmediatamente. Es muy importante este último paso porque allí están tus datos completos. Para más información abre nuestra página web: www.jesusestavivo.org.mx y ahí está esta BUENA NUEVA... En este libro digital hay sanaciónes de leucemia, cáncer, lesiones cerebrales, síndromes, parálisis, sida, resurrección de muertos y todo lo que se le parezca...
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BUENAS NOTICIAS PARA EL HOMBRE DE HOY
Grupo Apostólico Nueva Evangelización

Las maravillas del nombre de Jesús

Hemos oído y repetido desde la infancia el nombre de Jesús, pero muchos, demasiados, no tienen una idea adecuada de las grandes maravillas de este Nombre.
¿Qué sabes tú del nombre de Jesús? Sabrás que es un nombre santo y que habrías de que inclinar la cabeza cada vez que lo dices. Eso es muy poca cosa. Es como si uno viera un libro cerrado y se fijara solamente en el título de la portada. No sabes nada de los preciosos pensamientos que el libro contiene.
Así es, cuando pronuncias el nombre de Jesús, sabes muy poco de los tesoros que en ello se oculta. Este divino nombre, en verdad, es una mina de riquezas, es un manantial de la más alta santidad y el secreto de la felicidad mas grande que el hombre puede esperar y gozar en esta tierra. Lee, y lo verás.
Es tan poderoso, tan seguro, que nunca deja de producir en nuestras almas los más maravillosos resultados. Consuela al más triste corazón y hace fuerte al más débil pecador. Nos obtiene todo tipo de favores y gracias, tanto espirituales como temporales.
Debemos de hacer dos cosas. Primero, entender claramente el significado y el valor del nombre de Jesús. Segundo, debemos habituarnos a decirlo devota y frecuentemente cientos y cientos de veces todos los días. Lejos de ser algo aburrido, será algo de inmenso gozo y consolación.
El santo nombre de Jesús es, primero que todo, una oración todopoderosa. El mismo, nuestro Señor solemnemente promete que todo aquello que pidiéramos al Padre en su nombre lo recibiríamos. Dios nunca falla en su Palabra. Cuando decimos "Jesús", pedimos a Dios todo lo que necesitamos con la absoluta confianza de ser oídos. Por esta razón, la Iglesia termina sus oraciones con estas palabras: "Por Jesucristo," que da a la oración una nueva eficacia divina.
Pero, el santo nombre es algo aún más grande.Cada vez que decimos: "Jesús," glorificamos a Dios con un gozo y gloria infinito porque le ofrecemos todos los infinitos méritos de la pasión y muerte de Jesucristo.
Pablo nos dice que Jesús mereció el nombre "Jesús" por su pasión y muerte.Cada vez que decimos: "Jesús," claramente deseamos ofrecer a Dios todas las misas dichas en todo el mundo por nuestras intenciones. Nosotros verdaderamente participamos en aquellas cientos de misas.
Cada vez que decimos: "Jesús," es un acto de perfecto amor, por el cual ofrecemos a Dios el infinito amor de Jesús. El santo nombre de Jesús nos salva de innumerables males, y nos rescata especialmente del poder del demonio que está constantemente buscando la ocasión de hacernos daño. El nombre de Jesús gradualmente irá llenando nuestras almas con una paz y un gozo que nunca tuvimos antes. El nombre de Jesús nos refuerza de una manera tal, que nuestros sufrimientos parecen ligeros y fáciles de soportar.
Pablo nos dice que debemos de hacer todo lo que hacemos tanto sea en palabras o en el trabajo en el nombre de Jesús. "Todo cuanto hacéis, sea de palabra o de obra, todo en nombre de nuestro Señor Jesucristo." (Col 3,17).
De esta manera todos los actos se hacen en un acto de amor y mérito. Y más aún, recibimos la gracia y la ayuda para hacer todas nuestras acciones perfectamente bien. Debemos, sin embargo, hacer lo que mejor podamos en acostumbrarnos en decir "Jesús, Jesús, Jesús," muy a menudo todos los días. Podemos hacerlo cuando nos vestimos, en el trabajo -no importa lo que estamos haciendo- paseando, en momentos de tristeza, en casa y en la calle, en todas partes.
No hay nada más fácil si nos esforzamos en hacerlo con regularidad. Lo podemos hacer muchísimas veces al día.
Piensa que cada vez que decimos "Jesús" devotamente, damos gran gloria a Dios, recibimos grandes gracias, y ayudamos a las almas del purgatorio. Pongamos ahora algunos ejemplos que demuestran el poder del santo nombre.
EL MUNDO EN PELIGRO SALVADO POR EL SANTO NOMBRE. En el año 1274 grandes males amenazaron al mundo. La Iglesia fue asaltada por furiosos enemigos desde adentro y fuera. Fue tan grande el peligro que el Papa Gregorio X, que reinaba por entonces, convocó un concilio de obispos en Lyons para determinar la mejor manera de salvar a la sociedad de la ruina en la que estaba cayendo. Entre muchas de las formas propuestas, el Papa y los obispos eligieron la que ellos consideraron más fácil y eficaz de todas, es decir, la frecuente repetición del santo nombre de Jesús.
El santo Padre entonces pidió a los obispos del mundo y a sus sacerdotes que invocaran el nombre de Jesús y urgieran a sus fieles el poner toda su confianza en éste poderoso nombre, repitiéndolo constantemente con ilimitada confianza. El Papa encargó especialmente a la Orden de Santo Domingo la gloriosa tarea de predicar las maravillas del santo nombre, trabajo que ellos cumplieron con ilimitado celo.
Sus hermanos franciscanos les secundaron. San Bernardino de Siena y San Lorenzo de Puerto Mauricio fueron ardientes apóstoles del santo nombre de Jesús. Sus esfuerzos fueron coronados con el éxito. Fueron barridos los enemigos de la Iglesia y desaparecieron los peligros que amenazaban a la sociedad y la suprema paz reinó una vez más.
Esta es la lección más importante para nosotros porque, en nuestros días, terribles sufrimientos están aplastando muchas naciones. Y aún mayores tribulaciones están amenazando a todas las demás.
Ningún gobierno o gobiernos parecen lo bastante fuertes y hábiles como para detener este tremendo torrente de males. No hay más que un remedio y es la oración.
Todo cristiano debe volver a Dios y pedirle misericordia. La oración más fácil de todas las oraciones, como hemos visto, es el nombre de Jesús. Todos sin excepción pueden invocar este santo nombre cientos de veces al día, no solamente por sus propias intenciones, sino también para pedir a Dios que libre al mundo de una inminente ruina.
Es asombroso lo que una persona que ora puede hacer para salvar su país y a la sociedad. Leemos en la Sagrada Escritura como Moisés salvó por sus oraciones al pueblo de Israel de la destrucción y como una piadosa mujer, Judith de Betulia, salvó su cuidad y su gente cuando los gobernadores estaban desesperados y a punto de rendirse a sus enemigos.
De nuevo notamos, que las dos ciudades Sodoma y Gomorra, que Dios destruyó con fuego, por causa de sus pecados y crímenes, ¡les hubiera perdonado si hubiera habido solamente diez personas que oraran por ellos!
Una y otra vez leemos de reyes, emperadores, hombres de estado y famosos comandantes militares que pusieron toda su confianza en la oración, y así obraron maravillas. Si las oraciones de un hombre pueden hacer tanto, ¿cuánto más harán las oraciones de muchos?
El nombre de Jesús es la más corta, más fácil, y más poderosa de las oraciones. Todos pueden decirlo incluso en medio de su trabajo diario. Dios no puede rehusar de oírlo.
Invoquemos el nombre de Jesús pidiéndole que nos salve de las calamidades que nos amenazan.
Una devastadora plaga aparece en Lisboa en 1432. Todos los que pudieron hacerlo, huyeron aterrorizados de la ciudad y de este modo se extendió por todos los rincones del país de Portugal. Miles de hombres, mujeres y niños de todas clases fueron barridos por la cruel enfermedad. Fue tan virulenta la epidemia que los hombres caían muertos en todas partes, en la mesa, en las calles, en sus casas, en las tiendas, en los mercados, en las iglesias. Usando las palabras de los historiadores, estalló como rayo de hombre a hombre, por un abrigo, un sombrero, o cualquier prenda que hubiera sido tocada por la sacudida plaga. Sacerdotes, médicos y enfermeras fueron arrastrados en tal número que muchos cuerpos yacían en las calles, sin enterrar. Los perros lamían la sangre de los muertos, como resultado fueron éstos contagiados con la terrible enfermedad que se extendió aún más entre la infortunada gente.
Entre aquellos que asistieron a los moribundos con inquebrantable tenacidad, fue un venerable obispo, Monseñor André Días, que vivió en el convento o monasterio de Santo Domingo. Este santo varón, viendo que la epidemia, lejos de disminuir, crecía a diario en intensidad y perdiendo la esperanza en la ayuda humana, urgió a la infeliz gente a que invocaran el santo nombre de Jesús. Donde quiera que la enfermedad fuera más furiosa, se le había visto, urgiendo, implorando a los enfermos y moribundos y a aquellos a los cuales no les había tocado la enfermedad, el repetir: "Jesús, Jesús." "Escribidlo en estampas, -decía- y guardadlas dentro de vosotros. Ponedlas por la noche debajo de las almohadas. Ponedlas en las puertas, pero por encima de todo, invocad constantemente con vuestros labios y en vuestros corazones este nombre que es de lo más poderoso."
El fue, como ángel de paz, llenando a los enfermos y moribundos con coraje y confianza. Los pobres dolientes sentían dentro de ellos una nueva vida, y nombrando a Jesús, ponían las estampas en sus pechos o en sus bolsillos.
Entonces citándoles en la gran iglesia de Santo Domingo, les habló una vez más del poder del nombre de Jesús y bendijo agua en el mismo santo nombre. Ordenando que toda la gente se salpicara con ella y que salpicaran la cara de los enfermos y moribundos. ¡Maravilla de maravillas! Los enfermos sanaron, los moribundos resucitaron de sus agonías, la plaga cesó y la ciudad fue librada en pocos días del más espantoso azote que jamás la había visitado.
Las noticias se extendieron por todo el país, y todos empezaron al unísono a invocar el nombre de Jesús. En un increíble y corto período de tiempo todo Portugal se vio libre de la horrorosa enfermedad.
La gente agradecida, teniendo presente las maravillas que habían presenciado, continuaron su amor y confianza en el nombre de nuestro Salvador. Así que en sus problemas, en todos los peligros, cuando males de cualquier clase les amenazaban, ellos invocaban el nombre de Jesús. Fueron fundadas confraternidades en las iglesias, fueron hechas procesiones del santo nombre mensualmente, fueron levantados altares en honor de este bendito nombre, así que la mayor maldición que jamás había caído en el país fue transformada en una de las más grandes bendiciones.
Por siglos, esta confianza en el nombre de Jesús continuó en Portugal y así mismo se extendió a España, Francia, y al resto del mundo.
En el reino de Genseric, el rey arriano de los Godos, uno de los favoritos cortesanos del rey, el conde de Armogasto, fue convertido del arrianismo a la Iglesia Católica.
El rey, oyendo el hecho, se enfureció de tal manera que llamó al joven noble a su presencia y trató por todos los medios en su poder inducirle a rechazar su fe y volver a la secta arriana. Ni las amenazas ni las promesas le importaron. El conde rehusó toda insinuación y conservó su nueva fe. Genseric dió rienda suelta a su furia y ordenó que ataran al joven con fuertes cuerdas y que los fornidos verdugos las apretaran con todas sus fuerzas. El tormento era inmenso pero la víctima no mostraba señales de dolor. Repitió por dos o tres veces "Jesús, Jesús, Jesús," y las cuerdas se ablandaron como telas de araña y cayeron a sus pies.
Enfurecido sin medida el tirano, ordenó ahora que fueran traídos tendones de bueyes, tan fuertes como el alambre. El conde fue atado de nuevo y el rey pidió a los verdugos que usaran todas sus fuerzas. Una vez más, su víctima invocó el nombre de Jesús. Y las nuevas ligaduras como las viejas se aflojaron como hilos. Echando espuma por la boca de odio, ordenó que el mártir fuera atado por los pies y colgado de la rama de un árbol, cabeza abajo.
Sonriendo a esta nueva moda de tortura, el conde Armogasto cruzó los brazos en su regazo y repitiendo el santo nombre, se durmió tranquilamente como si estuviera echado en el más suave y cómodo sofá.
Tenemos otro incidente parecido de la misma clase narrado por el mártir chino, el venerable dominico y obispo, Don Melchior. En una de las muchas persecuciones que atacaron a China, y que dio tantos santos a la Iglesia, este obispo fue perseguido y después de haber resistido los más brutales tormentos, era condenado a una muerte cruel. Fue arrastrado al mercado en medio del populacho, los cuales vinieron a satisfacerse con sus sufrimientos.
Le desnudaron y cinco verdugos armados con afiladas espadas empezaron a cortar sus dedos, uno por uno, coyuntura por coyuntura, después sus brazos, luego sus piernas, causándole una agonía extremadamente dolorosa. Finalmente rajaron su encarnadura y le rompieron los huesos.
Durante este prolongado martirio, sin visibles signos de dolor por parte del obispo, sonreía y decía despacio y en alta voz, "Jesús, Jesús, Jesús." Esto le daba una maravillosa fuerza ante el asombro de sus verdugos.
No hubo una lágrima o queja que se escapara de sus labios, hasta que finalmente, después de horas de tortura, calladamente, expiró con la misma dulce y pacífica sonrisa en su cara.
Qué maravillosa consolación no sentiríamos cuando confinados en cama por una enfermedad o desgarrados por el dolor, repitiéramos devotamente el nombre de Jesús.
Muchas gentes que no pueden dormir encontrarían ayuda y consolación si invocaran en estos momentos de insomnio el santo nombre y muy probablemente caerían en un tranquilo sueño.
¡Alabado sea Jesucristo!
BUENAS NOTICIAS PARA EL HOMBRE DE HOY
Grupo Apostólico Nueva Evangelización

Los siete mandamientos de la Palabra de Dios

Hay ciertos puntos fundamentales que debe tener en cuenta cualquier persona que se acerca a la Biblia. Podríamos decir que son los siete mandamientos de la Palabra de Dios: La Palabra se lee y se escucha. Dichoso el que lea y los que escuchen las Palabras de esta profecía: Ap 1,3.
¿Para qué escribimos una carta a una persona querida que se encuentra lejos? Para que leyéndola sepa de nosotros y no perder nuestra relación de amor. Así también Dios nos ha escrito una carta para que la leamos, le conozcamos y le amemos más.
Si cada uno de nosotros prestamos atención a toda nuestra correspondencia, hasta la de Teléfonos y la CFE donde nos cobran. ¿por qué no leer ávidamente aquella carta que nos regala vida eterna?
Una de las fiestas más solemnes del judaísmo es cuando un hijo de Israel cumple 13 años y celebra su Bar Mitzba que consiste en la primera vez que este jovencito va a leer públicamente la Escritura.
Podríamos decir que es tan importante y solemne como para nosotros "La Primera Comunión" Sin duda que Jesús la celebró con gran júbilo. ¿Qué podríamos nosotros hacer para darle su importancia a la Lectura de la Palabra; tanto a nivel personal como comunitario?
Hasta hace pocos años no se tenía la costumbre de leer las Escrituras. Algunos hasta afirmaban que estaba prohibido. Ciertamente escaseaban las traducciones, pocos las adquirían, y la mayor parte las guardaban empolvadas en un librero, Sin embargo, el Concilio Vaticano nos ha abierto de par en par la Biblia para que tengamos acceso al alimento de la Palabra de Dios.
Por otro lado, la Palabra se escucha. El procurador Sergio Pablo estaba deseoso de escuchar la Palabra de Dios: Hech 13,7. Cf. 13, 46; ya que la fe entra por la escucha de la Palabra de Cristo": Rm 10,17.
El primer mandamiento de Dios es: "Escucha Israel" (Mc 12,29). Antes de cualquier cosa debemos escuchar a Dios. La Palabra proclamada en la liturgia goza de una eficacia especial, ya que en ese ambiente efectúa su contenido.
Recomendamos que durante la Eucaristía no leamos nuestras hojitas, sino dejemos que la Palabra, como agua que fecunda la tierra, penetre por nuestro oído. En el texto de Apocalipsis 1,3 uno lee y los demás escuchan.
La Palabra se cree: Jn 20, 30-31. Muchos de los que oyeron la Palabra, creyeron: Hech 15.7. La palabra no es, sólo para escucharla o leer la sino que principalmente es para creerla; lo cual significa confiar verdaderamente que es Dios quien nos está hablando a través de ella, por tanto, se nos está revelando la Verdad, por encima de todos los criterios y valores del mundo.
Lo escrito en este libro ha sido para que crean que Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios, y para que creyendo, tengan vida en su nombre: Jn 20, 30-31.
Al creer en la Palabra se está teniendo fe en Aquél que la pronunció. Este acto de fe desencadena la acción salvífica de Dios: "tras haber oído la Palabra de la Verdad, la Buena Nueva de la salvación, y haber creído en él, fueron sellados con el Espíritu Santo de la Promesa": Ef 1, 13, ya que "el Evangelio es una fuerza de Dios para todo el que cree": Rm 1, 16.
La Palabra se estudia: Lc 1,3-4; 2Tm 3,15. No basta leerla superficialmente sino que es necesario adentrarse más profundamente en ella. Cf. Mt 13,23. Para esto es necesario siempre un estudio sistemático y progresivo que nos vaya haciendo conocer más y más el mensaje de salvación. Lo cierto es que entre más se estudia, más se adentra uno a ese mundo fascinante de la Biblia y más y más quiere saber de ella.
Los judíos de Berea "examinaban diariamente las Escrituras": Hech 17,11; y Pablo, "enseñó la Palabra de Dios durante un año y medio en Corinto": Hech 18,11. Jesús por su parte nos ha invitado a escudriñar las Escrituras para encontrar testimonio de él (Jn 5,39).
Este estudio se puede hacer en Institutos Bíblicos, con maestros suficientemente preparados o por lo menos leyendo libros serios sobre la Escritura.
La Palabra se ora: Col 3,16. Cuando Dios nos habla espera siempre nuestra respuesta. La Biblia no se reduce a un libro de estudio. Más que eso, es un libro de oración.
Después de cada mensaje, de cada parábola o cada Salmo, Dios guarda silencio para escucharnos. Pablo nos recomendaba que la Palabra de Cristo habitara en nosotros con toda su riqueza. Luego, nos explicitaba lo que haríamos con esa Palabra: "instrúyanse, amonéstense, canten agradecidos a Dios en sus corazones con Salmos, himnos y cánticos inspirados: Col 3,16. No hay mejor libro de oración que la Biblia.
La Palabra se memoriza: Dt 6, 4-9. Nuestra memoria es como un cassette en blanco que todo lo que registra lo puede reproducir después. Así pues, si en nuestra memoria se graban las bienaventuranzas, los Salmos y los mandamientos de la Ley de Dios, eso mismo será lo que luego se vaya reproduciendo en nuestra vida.
La transformación de nuestra mente comienza con la incubación de recuerdos de elementos positivos, y no puede existir nada más sanador y transformador que la Palabra de Dios que es viva y eficaz, espíritu y vida (Heb 4,12; Jn 6,63).
Por eso Dios había mandado a su pueblo repetir constantemente sus Palabras para que de esa manera se quedaran bien grabadas en su memoria y así estuvieran más dispuestos a cumplirlas: Queden grabadas en tu corazón estas Palabras que yo te mando hoy. Se las repetirás a tus hijos. Se las dirás tanto si estas en casa como si vas de viaje, cuando te acuestes y cuando te levantes, las atarás a tu mano como una señal como un recordatorio ante tus ojos. Las escribirás en las jambas de tu casa y en tus puertas: Dt 6, 6-9.
Por esta razón los judíos piadosos al orar amarraban sobre su frente una cajita conteniendo versículos de la Escritura, para significar que la Palabra debía estar en la mente.
Si al memorizar "un texto" nos aprendemos también "la cita", nos servirá como un instrumento de gran utilidad; no para usarlos con presunción frente a los demás, sino como auxiliar en la evangelización. Así como sabemos de memoria el número telefónico de quienes amamos, podemos aprender que el texto: "yo he venido para que tengan vida y la tengan en abundancia" lo encontramos en Juan 10,10.
A este respecto, cuando se cite, no se debe decir: "como dice Juan yo he venido...", sino: "como dice Jesús: “yo he venido...": Jn 10,10. Porque no es Juan quien lo dice, sino Jesús.
La Palabra se vive: Mt 7, 24-27. Dios nos ha dado su Palabra precisamente para que sea una lámpara que guíe nuestros pasos (Sal 119,105).
Todo el que oiga estas Palabras y las ponga en práctica, será como el hombre prudente que edificó su casa sobre roca, cayó la lluvia, vinieron los torrentes, soplaron los vientos, y embistieron contra aquella casa: pero ella no cayó, porque estaba cimentada sobre roca. Y todo el que oiga estas palabras mías y no las ponga en práctica será como el hombre insensato que edificó su casa sobre arena: cayó la lluvia, vinieron los torrentes, soplaron los vientos, embistieron contra aquella casa y cayó, y fue grande su ruina: Mt 7,24-27.
Los judíos se amarraban unos listones con inscripciones bíblicas en sus manos para significar que la palabra debía "hacerse", llevarse a cabo; que no bastaba con que estuviera inscrita en los rollos, ni siquiera era suficiente con llevarla en la mente.
Jesús nos ha aclarado que seremos sus amigos, si hacemos lo que él dice (Jn 15,14); pues no basta con que le llamemos "Señor, Señor", sino que es necesario primordialmente cumplir la voluntad de su Padre celestial (Mt 7,21).
La Palabra se proclama: Mc 16,15. A todos quienes escucharon y creyeron en su Palabra los envió a predicarla, anunciando en los tejados lo que él les había dicho al oído y a la luz lo que habían escuchado en lo secreto. La Palabra no es para esconderla debajo de la mesa sino para que sirva de ayuda para que los demás caminen. Vayan por todo el mundo y proclamen la Buena Nueva a toda la creación: Mc 16.15.
Y, como los primeros evangelizadores, hemos de pedir el poder de Dios para predicar con toda valentía, con curaciones, signos y prodigios que muestren que Jesús está vivo: Hech 4,29-31.
La Biblia no nos habla de Dios, sino que es Dios hablándonos. La Palabra de Dios no es algo sino Alguien; no es un librito sino una persona que entenderemos en la medida que la tratamos.
Por eso, la estudiaremos y profundizaremos en las mismas tres etapas en que conocemos a una persona: primeramente en su presentación, luego los rasgos de su exterior para finalmente llegar a su interior.
Como muchas personas, también ella tiene varios nombres. Sus nombres no son sólo un apelativo sino la externa manifestación de los más íntimo de su personalidad expresado realmente lo que es: La Biblia
Su primer nombre es de origen griego y recuerda su nobleza y singularidad. Se le llama La Biblia, que significa “El Libro”. No solamente es un libro más, sino que es “El Libro” por excelencia, el más importante que posee la humanidad.
Su segundo nombre es Santa Escritura. Sin embargo, no fue bautizada con ese nombre debido a las personas o ejemplos llenos de santidad que en ella encontramos. No. La Biblia es Santa porque es capaz de santificar a quien la lee, la ama y la pone en práctica.
La Biblia es Santa porque no sólo nos proporciona un camino de santidad, sino la santidad misma que es Dios, fuente de toda santidad.
También se le llama La Palabra. La Palabra es lo mas personal e individual que existe. La Biblia es la Palabra de Dios. Palabra que es Espíritu y Vida, viva y eficaz. Pero al mismo tiempo es la palabra del hombre, pues el misterio de Dios está expresado en palabras humanas.
Al conocer los principales nombres de nuestra amiga nos hemos dado cuenta de quién es y qué hace. En verdad en ella existe algo más de lo que sospechábamos en un principio... y es todavía mucho más lo que guarda para nosotros.
Tenemos una muy buena noticia para el hombre y la mujer de hoy. Ya salió el libro digital: “Él me Sanó”. 77 testimonios de sanación que nos muestran que ¡Jesús está vivo! Además en el libro digital están las oraciones de sanación física y espiritual del P. Emiliano Tardif... Recuerda que mientras se sigan leyendo los testimonios de sanación... Jesús seguirá sanado a tus enfermos del cuerpo, del alma y del espíritu... ¡Gloria a Dios! Lo único que tienes que hacer es mandar $ 39. por libro digital o más según sea tu generosidad. Te recordamos que estos recursos son aplicados para seguir llevando el mensaje de la Buena Nueva de la salvación... ¡a todo el mundo! Acude a BANORTE y deposita en la cuenta 05 19 40 88 49 ó depósito interbancario CLABE 072 470 00519408849 4 a nombre de Aurelio Prado Flores y recibirás el libro digital en tu buzón electrónico. Mándanos la ficha de tu depósito a: lapalabra@jesusestavivo.org.mx para tener tu dirección electrónica y poder enviarte el libro digital inmediatamente. Es muy importante este último paso porque allí están tus datos completos. Para más información abre nuestra página web: www.jesusestavivo.org.mx y ahí está esta BUENA NUEVA... En este libro digital hay sanaciónes de leucemia, cáncer, lesiones cerebrales, síndromes, parálisis, sida, resurrección de muertos y todo lo que se le parezca...
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¡Alabado sea Jesucristo!
BUENAS NOTICIAS PARA EL HOMBRE DE HOY
Grupo Apostólico Nueva Evangelización

jueves, 8 de julio de 2010

El escapulario

La medalla-escapulario tiene en una cara la imagen del Sagrado Corazón de Jesús y la imagen de la Bienaventurada Virgen María en su reverso. En 1910, el Papa Pío X declaró que, una persona válidamente investida en su escapulario de tela podía llevar la medalla-escapulario en su lugar, provisto que tuviera razones legítimas para sustituir su escapulario de tela por la medalla- escapulario. Esta concesión fue hecha a petición de los misioneros en los países del trópico, donde los escapularios de tela se deterioran pronto. Ahora bien, el Papa Pío X y su sucesor, el Papa Benedicto XV, expresaron su profundo deseo de que las personas continuaran llevando el escapulario de tela cuando fuera posible, y que no sustituyeran el escapulario de tela por la medalla escapulario sin que medie primero razón suficiente. La vanidad o el miedo a profesar su fe en público no pueden ser razones que satisfagan a Nuestra Señora. Personas de esta clase corren el riesgo de no recibir la promesa del escapulario del Carmen.
Una vez bendecido el primer escapulario, el devoto no necesita pedir la bendición para escapularios posteriores. Los escapularios gastados, si han sido bendecidos no se deben echar a la basura. Se pueden quemar o enterrar como signo de respeto.
Alerta contra abusos: El escapulario NO salva por si solo como si fuera algo mágico o de buena suerte, ni es una excusa para evadir las exigencias de la vida cristiana. Mons. Kilian Lynch, antiguo general de la Orden Carmelita nos dice: "No lleguemos a la conclusión que el escapulario está dotado de alguna clase de poder sobrenatural que nos salvará a pesar a pesar de lo que hagamos o de cuanto pequemos... Una voluntad pecadora y perversa puede derrotar la ´omnipotencia suplicante´ de la madre de la misericordia."
Los Papas y Santos han muchas veces alertado acerca de no abusar de la promesa de nuestra madre como si nos pudiéramos salvar llevando el escapulario sin conversión. El Papa Pío XI nos advierte: "aunque es cierto que la Virgen María ama de manera especial a quienes son devotos de ella, aquellos que desean tenerla como auxilio a la hora de la muerte, deben en vida ganarse dicho privilegio con una vida de rechazo al pecado y viviendo para darle honor"
Vivir en pecado y usar el escapulario como ancla de salvación es cometer pecado de presunción ya que la fe y la fidelidad a los mandamientos es necesaria para todos los que buscan el amor y la protección de Nuestra Señora.
San Claude de la Colombiere advierte: "Tu preguntas: ¿y si yo quisiera morir con mis pecados?, yo te respondo, entonces morirás en pecado, pero no morirás con tu escapulario"
El Privilegio Sabatino: Este privilegio es una promesa de la Virgen que consiste en la liberación del purgatorio el primer sábado (día que la Iglesia ha dedicado a la Virgen) después de la muerte por medio de una intercesión especial de la Virgen
Se originó en una bula o edicto que fue proclamado por el Papa Juan XXII en marzo 3, 1322 como resultado de una aparición que tuvo de la Virgen en la que prometió para aquellos que cumplieran los requisitos de esta devoción que "como Madre de Misericordia, con mis ruegos, oraciones, méritos y protección especial, les ayudaré para que, libres cuanto antes de sus penas, sean trasladadas sus almas a la bienaventuranza".
Condiciones para que aplique este privilegio 1) Usar el escapulario con fidelidad. 2) Observar castidad de acuerdo al estado de vida. 3) Rezo del oficio de la Virgen (oraciones y lecturas en honor a la Virgen) o rezar diariamente 5 décadas del rosario.
El Papa Pablo V confirmó en una proclamación oficial que se podía enseñar acerca del privilegio sabatino a todos los creyentes.
El Escapulario y la Virgen de Fátima: Es evidente que la Virgen  María quiere revelarnos de manera especial el escapulario. Reporta Lucia, vidente de Fátima, hoy Hermana María del Inmaculado Corazón, que en la última aparición (Octubre, 1917, día del milagro del sol), la Virgen vino vestida con el hábito carmelita y con el escapulario en la mano y recordó que sus  verdaderos hijos lo llevaran con reverencia. También pidió que los que se consagraran a ella lo usaran como signo de dicha consagración.
Hablan los Papas y los santos. El Beato Papa Gregorio X fue enterrado con su escapulario solo 25 años después de la Visión del Escapulario. 600 años mas tarde cuando abrieron su tumba, su escapulario estaba intacto.
El Papa Pío XII habló frecuentemente del Escapulario. En 1951, aniversario 700 de la aparición de Nuestra Señora a San Simón Stock, el Papa ante una numerosa audiencia en Roma exhortó a que se usara el Escapulario como "Signo de Consagración al Inmaculado Corazón de María" (tal como pidió la Virgen en Fátima).  El Escapulario también representa el dulce yugo de Jesús que María nos ayuda a sobrellevar. Y finalmente, el Papa continuó, El Escapulario nos marca como hijos escogidos de María y se convierte para nosotros (como lo llaman los alemanes) en un 'Vestido de Gracia".
El mismo día que S. Simón Stock recibió de María el escapulario y la promesa, el fue llamado a asistir a un moribundo que estaba desesperado. Cuando llegó puso el escapulario sobre el hombre, pidiéndole a la Virgen que mantuviera la promesa que le acababa de hacer. Inmediatamente el hombre se arrepintió, se confesó y murió en gracia de Dios"
San Alfonso Ligorio y S. Juan Bosco tenían una especial devoción a la Virgen del Carmen y usaban el escapulario. Cuando murió San Alfonso Ligorio le enterraron con sus vestiduras sacerdotales y con su escapulario. Muchos años después cuando abrieron su tumba encontraron que su cuerpo y todas las vestimentas estaban hechas polvo, sin embargo su escapulario estaba intacto. El escapulario de San Alfonso está en exhibición en su Monasterio en Roma.
¡Alabado sea Jesucristo!
BUENAS NOTICIAS PARA EL HOMBRE DE HOY
Grupo Apostólico Nueva Evangelización

María del Carmen

Desde los antiguos ermitaños que se establecieron en el Monte Carmelo, los Carmelitas han sido conocidos por su profunda devoción a la Santísima Virgen. Ellos interpretaron la nube de la visión de Elías (1Reyes 18,44) como un símbolo de la Virgen María Inmaculada. Ya en el siglo XIII, cinco siglos antes de la proclamación del dogma, el misal Carmelita contenía una Misa para la Inmaculada Concepción.
En las palabras de Benedicto XVI, 15,VII,06: "El Carmelo, alto promontorio que se yergue en la costa oriental del Mar Mediterráneo, a la altura de Galilea, tiene en sus faldas numerosas grutas naturales, predilectas de los eremitas. El más célebre de estos hombres de Dios fue el gran profeta Elías, quien en el siglo IX antes de Cristo defendió valientemente de la contaminación de los cultos idolátricos la pureza de la fe en el Dios único y verdadero. Inspirándose en la figura de Elías, surgió al Orden contemplativa de los «Carmelitas», familia religiosa que cuenta entre sus miembros con grandes santos, como Teresa de Ávila, Juan de la Cruz, Teresa del Niño Jesús y Teresa Benedicta de la Cruz (en el siglo, Edith Stein). Los Carmelitas han difundido en el pueblo cristiano la devoción a la Santísima Virgen del Monte Carmelo, señalándola como modelo de oración, de contemplación y de dedicación a Dios. María, en efecto, antes y de modo insuperable, creyó y experimentó que Jesús, Verbo encarnado, es el culmen, la cumbre del encuentro del hombre con Dios. Acogiendo plenamente la Palabra, «llegó felizmente a la santa montaña» (Oración de la colecta de la Memoria), y vive para siempre, en alma y cuerpo, con el Señor. A la Reina del Monte Carmelo deseo hoy confiar todas las comunidades de vida contemplativa esparcidas por el mundo, de manera especial las de la Orden Carmelitana, entre las que recuerdo el monasterio de Quart, no muy lejano de aquí [Valle de Aosta]. Que María ayude a cada cristiano a encontrar a Dios en el silencio de la oración.
La estrella del Mar y los Carmelitas. Los marineros, antes de la edad de la electrónica, dependían de las estrellas para marcar su rumbo en el inmenso océano. De aquí la analogía con La Virgen María quien como, estrella del mar, nos guía por las aguas difíciles de la vida hacia el puerto seguro que es Cristo.
Por la invasión de los sarracenos, los Carmelitas se vieron obligados a abandonar el Monte Carmelo. Una antigua tradición nos dice que antes de partir se les apareció la Virgen mientras cantaban el Salve Regina y ella prometió ser para ellos su Estrella del Mar. Por ese bello nombre conocían también a la Virgen porque el Monte Carmelo se alza como una estrella junto al mar.
Los Carmelitas y la devoción a la Virgen del Carmen se difunden por el mundo. La Virgen Inmaculada, Estrella del Mar, es la Virgen del Carmen, es decir a la que desde tiempos remotos se venera en el Carmelo. Ella acompañó a los Carmelitas a medida que la orden se propagó por el mundo. A los Carmelitas se les conoce por su devoción a la Madre de Dios, ya que en ella ven el cumplimiento del ideal de Elías. Incluso se le llamó: "Los hermanos de Nuestra Señora del Monte Carmelo". En su profesión religiosa se consagraban a Dios y a María, y tomaban el hábito en honor ella, como un recordatorio de que sus vidas le pertenecían a ella, y por ella, a Cristo.
La devoción a la Virgen del Carmen se propagó particularmente en los lugares donde los carmelitas se establecieron. Entre los lugares en que se venera en España la Virgen de España como patrona está Beniaján, Murcia. América: Es patrona de Chile; en el Ecuador es reina de la región de Cuenca y del Azuay, recibiendo la coronación pontificia el 16 de Julio del 2002. En la iglesia del monasterio de la Asunción en Cuenca se venera hace más de 300 años. Es además venerada por muchos en todo el continente.
"La devoción del escapulario del Carmen ha hecho descender sobre el mundo una copiosa lluvia de gracias espirituales y temporales” (Pío XII, 6-VIII-1950).
¿Qué es el Escapulario Carmelita? Un sacramental es un objeto religioso que la Iglesia haya aprobado como signo que nos ayuda a vivir santamente y a aumentar nuestra devoción. Los sacramentales deben mover nuestros corazones a renunciar a todo pecado, incluso al venial. El escapulario, al ser un sacramental, no nos comunica gracias como hacen los sacramentos sino que nos nos disponen al amor a Dios y a la verdadera contrición del pecado si los recibimos con devoción.
Los seres humanos nos comunicamos por símbolos. Así como tenemos banderas, escudos y también uniformes que nos identifican. Las comunidades religiosas llevan su hábito como signo de su consagración a Dios.
Los laicos no pueden llevar hábito, pero los que desean asociarse a los religiosos en su búsqueda de la santidad pueden usar el escapulario. La Virgen dio a los Carmelitas el escapulario como un hábito miniatura que todos los devotos pueden llevar para significar su consagración a ella. Consiste en un cordón que se lleva al cuello con dos piezas pequeñas de tela color café, una sobre el pecho y la otra sobre la espalda. (ver ilustración arriba). Se usa bajo la ropa. Junto con el rosario y la medalla milagrosa, el escapulario es uno de los mas importantes sacramentales marianos.
Dice San Alfonso Ligorio, doctor de la Iglesia: "Así como los hombres se enorgullecen de que otros usen su uniforme, así Nuestra Señora Madre María está satisfecha cuando sus servidores usan su escapulario como prueba de que se han dedicado a su servicio, y son miembros de la familia de la Madre de Dios."
¿Cómo se originó el escapulario? La palabra escapulario viene del Latín "scapulae" que significa "hombros". Originalmente era un vestido superpuesto que cae de los hombros y lo llevaban los monjes durante su trabajo. Con el tiempo se le dio el sentido de ser la cruz de cada día que, como discípulos de Cristo llevamos sobre nuestros hombros.  Para los Carmelitas particularmente, pasó a expresar la dedicación especial a la Virgen Santísima y el deseo de imitar su vida de entrega a Cristo y a los demás.
La Virgen María entrega el escapulario el 16 de julio de 1251. En el año 1246 nombraron a San Simón Stock general de la Orden Carmelita. Este comprendió que, sin una intervención de la Virgen, a la orden le quedaba poco tiempo. Simón recurrió a María poniendo la orden bajo su amparo, ya que ellos le pertenecían. En su oración la llamó "La flor del Carmelo" y la "Estrella del Mar" y le suplicó la protección para toda la comunidad.
En respuesta a esta ferviente oración, el 16 de julio de 1251 se le aparece la Virgen a San Simón Stock y le da el escapulario para la orden con la siguiente promesa: "Este debe ser un signo y privilegio para ti y para todos los Carmelitas: quien muera usando el escapulario no sufrirá el fuego eterno"
Aunque el escapulario fue dado a los Carmelitas, muchos laicos con el tiempo fueron sintiendo el llamado de vivir una vida mas comprometida con la espiritualidad carmelita y así se comenzó la cofradía del escapulario, donde se agregaban muchos laicos por medio de la devoción a la Virgen y al uso del escapulario. La Iglesia ha extendido el privilegio del escapulario a los laicos.
La Santísima Virgen se apareció al Papa Juan XXII en el siglo XIV y le prometió para quienes cumplieran los requisitos de esta devoción que "como Madre de Misericordia con mis ruegos, oraciones, méritos y protección especial, les ayudaré para que, libres cuanto antes de sus penas, (...) sean trasladadas sus almas a la bienaventuranza".
Explicación de la Promesa: Muchos Papas, santos y teólogos católicos han explicado que, según esta promesa, quien tenga la devoción al escapulario y lo use, recibirá de María Santísima a la hora de la muerte, la gracia de la perseverancia en el estado de gracia (sin pecado mortal) o la gracia de la contrición (arrepentimiento). Por parte del devoto, el escapulario es una señal de su compromiso a vivir la vida cristiana siguiendo el ejemplo perfecto de la Virgen Santísima.
El escapulario tiene 3 significados: El primero. El amor y la protección maternal de María: El signo es una tela o manto pequeño. Vemos como María cuando nace Jesús lo envuelve en un manto. La Madre siempre trata de cobijar a sus hijos.
Envolver en su manto es una señal muy maternal de protección y cuidado. Señal de que nos envuelve en su amor maternal. Nos hace suyos. Nos cubre de la ignominia de nuestra desnudes espiritual.
Vemos en la Biblia:-Dios cubrió con un manto a Adán y Eva después de que pecaron. (manto - signo de perdón) -Jonatán le dio su manto a David: símbolo de amistad. -Elías dio su manto a Eliseo y lo llenó de su espíritu en su partida. -S. Pablo: revístanse de Cristo: vestirnos con el manto de sus virtudes.
El segundo. Pertenencia a María: Llevamos una marca que nos distingue como sus hijos escogidos. El escapulario se convierte en el símbolo de nuestra consagración a María.
Consagración: 'pertenecer a María' es reconocer su misión maternal sobre nosotros y entregarnos a ella para dejarnos guiar, enseñar, moldear por Ella y en su corazón. Así podremos ser usados por Ella para la extensión del Reino de su Hijo. -En 1950 Papa Pío XII escribió acerca del escapulario: "que sea tu signo de consagración al Inmaculado Corazón de María, lo cual estamos particularmente necesitando en estos tiempos tan peligrosos"
En las palabras del Papa vemos mas vez mas devoción a la Virgen del Carmen es devoción a la Inmaculada.
Quien lleve el escapulario debe estar consciente de su consagración a Dios y a la Virgen y ser consecuente en sus pensamientos, palabras y obras.
El tercero. El suave yugo de Cristo: "Carguen sobre ustedes mi yugo y aprendan de mi, porque soy paciente y humilde de corazón, y así encontrarán alivio. Porque mi yugo es suave y mi carga liviana". (Mt 11:29-30) -El escapulario simboliza ese yugo que Jesús nos invita a cargar pero que María nos ayuda a llevar.
Quién lleva el escapulario debe identificarse como católico sin temor a los rechazos y dificultades que ese yugo le traiga.
El escapulario es un signo de nuestra identidad como católicos, vinculados de íntimamente a la Virgen María con el propósito de vivir plenamente según nuestro bautismo. Representa nuestra decisión de seguir a Jesús por María en el espíritu de los religiosos pero adaptado a la propia vocación.  Esto requiere que seamos pobres (un estilo de vida sencillo sin apegos materiales), castos   y obedientes por amor a Dios.
Al usar el escapulario constantemente hacemos silenciosa petición de asistencia continua a la Santísima Madre. La Virgen nos enseña e intercede para que recibamos las gracias para vivir como ella, abiertos de corazón al Señor, escuchando Su Palabra, orando, descubriendo a Dios en la vida diaria y cercano a las necesidades de nuestros hermanos.  El escapulario además es un recuerdo de que nuestra meta es el cielo y todo lo de este mundo está pasando.
En momentos de tentación, tomamos el escapulario en nuestras manos e invocamos la asistencia de la Madre, resueltos a ser fieles al Señor.   Ella nos dirige hacia el Sagrado Corazón de su Hijo Divino y el demonio es forzado a retroceder vencido.
Imposición del Escapulario: -La imposición se hace preferentemente en comunidad. -Es necesario que en la celebración quede bien expresado el sentido espiritual de las gracias unidas al Escapulario de la Virgen del Carmen y los compromisos asumidos con este signo de devoción a la Santísima Virgen. -El primer escapulario debe ser bendecido por un sacerdote e impuesto por él mientras dice la oración: "Recibe este escapulario bendito y pide a la Virgen Santísima que por sus méritos, lo lleves sin ninguna mancha de pecado y que te proteja de todo mal y te lleve a la vida eterna"
¿Puede darse el escapulario a quien no es católico? Sí. El escapulario es signo de la Maternidad Espiritual de María y debemos recordar que ella es madre de todos. Muchos milagros de conversión se han realizado en favor de buenos no-católicos que se han decidido a practicar la devoción al escapulario. 
Testimonios de Conversiones. Un anciano fue llevado al Hospital de San Simón Stock en la ciudad de Nueva York, inconsciente y moribundo. La enfermera al ver al paciente con el Escapulario Carmelita llamó a un sacerdote. Mientras rezada las oraciones por el moribundo, éste recobró el conocimiento y dijo: "Padre, yo no soy católico". "¿Entonces, ¿por qué está usando el Escapulario Carmelita?", preguntó el sacerdote. "He prometido a mis amigos usarlo", explicó el paciente. "Además rezo un Ave María diariamente." "Usted se está muriendo" replicó el sacerdote. "¿Quiere hacerse católico?" 'Toda mi vida lo he deseado", contestó el moribundo. Fue bautizado, recibió la Unción de los Enfermos antes de fallecer en paz.
Tenemos una muy buena noticia para el hombre y la mujer de hoy. Ya salió el libro digital: “Él me Sanó”. 77 testimonios de sanación que nos muestran que ¡Jesús está vivo! Además en el libro digital están las oraciones de sanación física y espiritual del P. Emiliano Tardif... Recuerda que mientras se sigan leyendo los testimonios de sanación... Jesús seguirá sanado a tus enfermos del cuerpo, del alma y del espíritu... ¡Gloria a Dios! Lo único que tienes que hacer es mandar $ 39. por libro digital o más según sea tu generosidad. Te recordamos que estos recursos son aplicados para seguir llevando el mensaje de la Buena Nueva de la salvación... ¡a todo el mundo! Acude a BANORTE y deposita en la cuenta 05 19 40 88 49 ó depósito interbancario CLABE 072 470 00519408849 4 a nombre de Aurelio Prado Flores y recibirás el libro digital en tu buzón electrónico. Mándanos la ficha de tu depósito a: lapalabra@jesusestavivo.org.mx para tener tu dirección electrónica y poder enviarte el libro digital inmediatamente. Es muy importante este último paso porque allí están tus datos completos. Para más información abre nuestra página web: www.jesusestavivo.org.mx y ahí está esta BUENA NUEVA... En este libro digital hay sanaciónes de leucemia, cáncer, lesiones cerebrales, síndromes, parálisis, sida, resurrección de muertos y todo lo que se le parezca...
La misa que celebró hoy domingo Monseñor Rafael Chávez Ponce de León en el templo de San Pedro a las nueve de la mañana, se subió en vivo a la televisión mundial en nuestro canal y también la puedes seguir viendo en nuestros archivos de Youtube y Ustream. Escucha y ve en la televisión mundial en vivo, nuestro programa “La Palabra”. Cuarenta y cinco minutos en comunicación con Jesús que está vivo en la Z radio. La cita con el Doctor de doctores que todo lo sana es a las seis de la tarde por 96.3 FM estéreo y 1340 AM digital. Mañana en el templo de El Carmen a las cinco de la tarde, por la televisión mundial en vivo, proclamación de la Palabra y oración por la salud de tus enfermos. En unos cuantos días saldrá nuestro boletín electrónico número 1 y lo podrás recibir en tu buzón completamente gratis en cuanto nos mandes tu dirección electrónica a: lapalabra@jesusestavivo.org.mx
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Virgen del Monte Carmelo

Es evidente que la Virgen María quiere revelarnos de manera especial su escapulario. Reporta Lucia, vidente de Fátima, que en la última aparición, Octubre, 1917, día del milagro del sol, la Virgen vino vestida con el hábito carmelita y con el escapulario en la mano y recordó que sus verdaderos hijos lo llevaran con reverencia. También pidió que los que se consagraran a ella lo usaran como signo de dicha consagración.
El escapulario y los Papas. El Beato Papa Gregorio X fue enterrado con su escapulario solo 25 años después de la Visión del Escapulario. 600 años mas tarde cuando abrieron su tumba, su escapulario estaba intacto.
El Papa Pío XII habló frecuentemente del escapulario. En 1951, aniversario 700 de la aparición de Nuestra Señora a San Simón Stock, el Papa ante una numerosa audiencia en Roma exhortó a que se usara el escapulario como "Signo de Consagración al Inmaculado Corazón de María", tal como pidió la Virgen en Fátima.
El escapulario también representa el dulce yugo de Jesús que María nos ayuda a sobrellevar. Y finalmente, el Papa continuó: el escapulario nos marca como hijos escogidos de María y se convierte para nosotros en un 'Vestido de Gracia".
Juan Pablo II reconoció que él mismo llevaba el escapulario desde sus años de juventud. "¡También yo llevo sobre mi corazón, desde hace mucho tiempo, el escapulario del Carmen!".
El escapulario y los Santos. El mismo día que san Simón Stock recibió de María el escapulario y la promesa, el fue llamado a asistir a un moribundo que estaba desesperado. Cuando llegó puso el escapulario sobre el hombre, pidiéndole a la Virgen que mantuviera la promesa que le acababa de hacer. Inmediatamente el hombre se arrepintió, se confesó y murió en gracia de Dios"
San Alfonso Ligorio y san Juan Bosco tenían una especial devoción a la Virgen del Carmen y usaban el escapulario. Cuando murieron los enterraron con sus vestiduras sacerdotales y con su escapulario. Muchos años después cuando abrieron sus tumbas encontraron que sus cuerpos y todas las vestimentas estaban hechas polvo, sin embargo sus escapularios estaban intactos. El escapulario de San Alfonso está en exhibición en su Monasterio en Roma.
San Alfonso Ligorio nos dice: "Herejes modernos se burlan del uso del Escapulario. Lo desacreditan como una insignificancia vana y absurda." San Pedro Claver, se hizo esclavo de los esclavos por amor. Cada mes llegaba a Cartagena, Colombia un barco con esclavos. San Pedro se esforzaba por la salvación de cada uno. Organizaba catequistas, los preparaba para el bautismo y los investía con el escapulario. Algunos clérigos acusaron al santo de celo indiscreto. Sin embargo él continuó su obra hasta tener mas de 300,000 conversos.
San Claudio de Colombiere (director de santa Margarita María) «Yo quería saber si María en realidad se había interesado en mí, y en el escapulario Ella me ha dado la seguridad más palpable. Sólo necesito abrir mis ojos, Ella ha otorgado su protección a este escapulario: 'Quien muera vestido en él no sufrirá el fuego eterno`.»
Dijo también: "Debido a que todas las formas de amar a la Santísima Virgen y las diversas maneras de expresar ese amor no pueden ser igualmente agradables a ella y por consiguiente no nos ayudan en el mismo grado para alcanzar el cielo, lo digo sin vacilar ni un momento, ¡El Escapulario Carmelita es su predilecto!" y agrega "Ninguna devoción ha sido confirmada con mayor número de milagros auténticos que el Escapulario Carmelita.
Consagración a la Virgen del Carmen. El devoto de la Virgen del Carmen procurará cada día -cuando mejor pueda- hacer esta consagración a su Madre:"!Oh, María, Reina y Madre del Carmelo! Vengo hoy a consagrarme a ti, pues toda mi vida es como un pequeño tributo por tantas gracias y beneficios como he recibido de Dios a través de tus manos.
Y porque tú miras con ojos de particular benevolencia a los que visten tu escapulario, te ruego que sostengas con tu fortaleza mi fragilidad, ilumines con tu sabiduría las tinieblas de mi mente y aumentes en mi la fe, la esperanza y la caridad, para que cada día pueda rendirle el tributo de mi humilde homenaje. El santo escapulario atraiga sobre mí tus miradas misericordiosas, sea para mi prenda de tu particular protección en luchas de cada día y constantemente me recuerdes el deber de pensar en ti y revestirme de tus virtudes. De hoy en adelante me esforzaré por vivir en suave unión con tu espíritu, ofrecerlo todo a Jesús por tu medio y convertir mi vida en imagen de tu humildad, caridad, paciencia, mansedumbre y espíritu de oración.
¡Oh, Madre amabilísima! Sosténme con tu amor indefectible, a fin de que a mí, pecador indigno, me sea concedido un día cambiar tu escapulario por el eterno vestido nupcial y habitar contigo y con los santos del Carmelo en el reino de tu Hijo". Así sea.
A los que viven y mueren llevando el Escapulario. El escapulario es el gran don que María, omnipotente ante su Hijo Dios, toda corazón para con sus hijos, los hombres tesorera de todas las gracias, nos trajo del cielo, haciéndonos en él las más preciosas promesas que pudiéramos desear. Muy bien ha sido llamado el SACRAMENTO DE MARIA.
"La creencia general del mundo católico, dice el sabio jesuita P. Clarke, la promulgación de la Iglesia doncente, la aceptación de la iglesia discente, o sea, los fieles, nada falta de lo que puede probar el origen sobrenatural del Escapulario".
"Su misma nobleza de origen, decía el Papa León XIII, su venerada antigüedad, su extraordinaria propagación, así como los saludables efectos de piedad por él obtenidos, y los insignes milagros obrados por su virtud, lo recomiendan con el mayor encarecimiento". A él ha vinculado la Virgen dos maravillosas promesas:
Primera promesa. Es la gran promesa, el privilegio de preservación o exención del infierno para cuantos mueren revestidos con el Escapulario Carmelitano. Orando con fervor a la Virgen san Simón Stock, General de la Orden Carmelitana, apareciósele circundada de ángeles la Santísima Virgen, 15 de Julio de 1251, y entregándole, como prenda de su amor maternal y de ilimitado poder, el Escapulario, prometióle que cuantos murieren revestidos de él no se condenarían. Las palabras de la Virgen fueron éstas: "El que muriere con el Escapulario no padecerá el fuego del infierno".
Segunda promesa. Estando orando el Papa Juan XXIII, se le apareció la Virgen, vestida del hábito carmelitano, y le prometió sacar el purgatorio del sábado después de la muerte al que muriese con el Escapulario. María dijo al Papa: "Yo Madre de misericordia, libraré del purgatorio y llevaré al cielo, el sábado después de la muerte, a cuantos hubieses vestido mi Escapulario".
Tal es el privilegio Sabatino, otorgado por la Reina del Purgatorio, a favor de sus cofrades carmelitas, el Papa Juan XXII y promulgado por éste en la Bula Sabatina, de Marzo de 1322, aprobada después por más de veinte Sumos Pontifices.
Por él, el Sábado siguiente a la muerte de los cofrades carmelitas, o como lo interpreta la iglesia, cuanto antes, pero especialmente el sábado, según declaración del Paulo V, la Virgen del Carmen, con cariño maternal, los libra de la cárcel expiatoria y los introduce en el Paraíso. El Papa Paulo V expidió el 20 de enero de 1613 el siguiente Decreto: "Permítase a los Padres Carmelitas predicar que el pueblo cristiano puede piadosamente creer que la bienaventurada Virgen María con sus intececiones continuas, piadosas sufragios y méritos y especial protección, ayudara después de la muerte, principalmente el sábado, día a ella dedicado, a las almas de sus cofrades que llevaren el habito carmelitano".
Condiciones para vivir estos privilegios. Para merecer la primera promesa de la perseverancia final, se requiere haber recibido el Escapulario de manos de sacerdote, llevarlo siempre puesto, especialmente en la hora de la muerte, e inscribir el nombre en el libro de la cofradía.
Para ganar la segunda promesa, el privilegio Sabatino, sobre los tres requisitos anteriores, se exige guardar castidad, según el propio estado, rezar siete padrenuestros, 7 avemarías y 7 glorias.
Guardar abstinencia, si pueden hacerlo, los miércoles y los sábados; esta obligación puede un confesor conmunitarla por otras oraciones.
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¡Alabado sea Jesucristo!
BUENAS NOTICIAS PARA EL HOMBRE DE HOY
Grupo Apostólico Nueva Evangelización

viernes, 2 de julio de 2010

Una mujer con mucha sed

Cuando se leen algunas entrevistas, que aparecen en revistas en donde artistas de cine muy famosas externan sus opiniones acerca de todo, y se muestran muy seguras de sí mismas y hasta felices, uno piensa en la mujer samaritana, reportada en el evangelio de Juan. También ella se exhibió muy segura de sí misma ante Jesús; hasta pretendió darle clases de religión. Pero resultó que, en el fondo, aquella mujer era muy infeliz. Su seguridad era sólo apariencia. Una máscara cubría su verdadera personalidad.
La mujer samaritana había querido vivir a lo grande; había intentado sacarle jugo a la vida: pero, por más que tenía un pozo cerca de su casa, se estaba muriendo de sed. Es que ella había pretendido vivir a espaldas de Dios. Y por ese camino nunca se encuentra la felicidad. En el salmo primero de la Biblia sólo se promete la felicidad al individuo que es como un árbol junto al río de Dios. Sólo él tendrá frutos y hojas verdes en todo momento.
La mujer samaritana empleó un sutil mecanismo de defensa ante Jesús. Cuando sintió la presencia de la luz, cerró inmediatamente la ventana de su alma. Así como el párpado se cierra ante un amenazante granito de polvo que quiere introducirse en la pupila. Ella, que no practicaba la religión, ni le interesaba, quiso precisamente discutir de religión con Jesús. Es que no quería que Jesús se fijara en ella. Le tenía miedo a la luz. Por eso mejor hablaba de cosas de religión: y, más aún, mejor, acusaba...
Este curioso mecanismo de defensa es muy común: personas a quienes las cosas de religión les interesan un comino, son las que tienen siempre en la punta de la lengua algún reproche a la religión, algo que discutir y criticar. En el fondo también ellas están huyendo de la luz. Quieren enfilar sus dardos contra lo externo mejor si es religioso como para tranquilizarse, porque tienen temor de ver hacia dentro en donde no reina la luz y, más bien, las tinieblas han ingresado y oscurecido el pensamiento.
Afortunadamente hubo un momento en que la mujer samaritana se supo callar y no siguió discutiendo. Fue cuando Jesús le hizo ver su mal vivir. Ella se calló. Podía haber seguido con sus peroratas, pero no. Hizo silencio. Eso le bastó a Jesús para continuar su ingreso en el corazón de aquella mujer.
Lo decisivo en este encuentro fue cuando la mujer samaritana llegó a creer que aquel individuo, que no tenía una cubeta para sacar agua del pozo, le podía quitar a ella la sed para siempre. Ella le dijo: "Dame de esa agua". Este fue el punto central de su conversión. Le había sido concedida la fe.
En este cuadro de vivos colores, se destacan varias las tácticas que Jesús emplea con los descarriados -que no por eso dejan de ser hijos de Dios. Primero emplea la táctica del buen pastor que va en busca de la oveja descarriada. Jesús se sienta a la orilla del pozo para esperar a que llegue la mujer descarriada. En segundo lugar emplea la táctica de hacerla sentir importante. Comienza pidiéndole un poco de agua. El, que era la fuente de agua viva, estaba mendigando un poco de agua. Esta sutil política divina la empleó también Jesús con Zaqueo; todos los del pueblo lo despreciaban por extorsionador; Jesús, en cambio, le pidió que lo hospedara en su casa. Y Zaqueo se sintió muy importante. No se imaginaba que, al abrir las puertas de su casa, estaba abriendo también las de su corazón.
Aunque Jesús empleara la política, su política era limpia. Y por eso no trató de adular a la mujer de Samaria. Fue directo al blanco y le hizo ver su mal proceder. Que el agua de los charcos no puede quitar la sed. Y ella dejó que aquel extranjero, con cara de profeta, le dijera esas cosas, las mismas que repetían los del pueblo, pero a sus espaldas... Su silencio fue su confesión. Como el buen ladrón confesó su maldad. La confesión del ladrón, en la cruz, fue también indirecta. Reprendió a su compañero que insultaba a Jesús. Ellos estaban allí por ser malvados, pero ése del centro era muy diferente. Y al Señor le bastó ese abrir la ventana del corazón para conceder le la fe y el perdón. Sí se acordó de él ese mismo día cuando juntos ingresaron en el paraíso. Al Señor le basta que alguien acepte que anda mal para poner en juego su acción liberadora. Hasta que el enfermo decida someterse a la operación, hasta entonces el médico puede extirpar el tumor.
En este cuadro de Juan, se capta, con profundidad de dimensión, lo que Pablo recalca en su segunda carta a los corintios en donde hace ver que el que está en Cristo es "nueva persona". Aquella mujer había ido al pozo a sacar agua, a medio día. Lo apunta muy bien Juan. En Palestina a nadie se le ocurre ir a sacar agua al pozo a medio día. El calor es insoportable. Aquella mujer escoge esa hora porque no quiere relacionarse con nadie del pueblo. La han herido terriblemente. Pero para el encuentro con Jesús no hay una hora establecida. También puede ser bajo el ardoroso sol del mediodía de Palestina. Al final, cuando llegó la conversión de esa mujer, salió a buscar a los del pueblo para contarles lo que Jesús había hecho en su vida. Esa era la "nueva creatura" -nueva persona que recién salida de las manos de Jesús volvía a entablar diálogo con los del pueblo a quienes ya no odiaba porque había experimentado el amor del perdón. "Vengan a ver" fue la expresión redentora de su cárcel de silencio rencoroso.
Evidencia de un verdadero encuentro con el Señor es que la persona se ve impulsada a ir a los otros, a perdonarlos y amarlos como advierte el mismo Juan, no se puede decir que se ama a Dios a quien no se ve, si se odia al hermano a quien se ve. La prueba para demostrar que se ama a Dios no es nuestra habitación, sino la calle. En nuestra habitación nos sentimos muy seguros, pero en la calle sale a relucir lo que somos en realidad.
Algo más. Señal del verdadero encuentro de alguien con Jesús es la necesidad imperiosa de hablar de su salvador, de su transformador. Esta mujer, que antes le daba tanta importancia a los detalles para el culto de Dios -¿En el monte Garizim o en Jerusalén?-, ahora, en media calle, comienza a proclamar el nombre de Jesús. Ya no le importaban los lugares.
Señal de que alguien de veras se ha encontrado con Dios es que, como los apóstoles en Pentecostés, necesita ir a las calles a contarle a todo el mundo que Jesús es el Señor de su vida porque es el único que ha podido quitarle su sed.
Abundan las personas que pregonan que pueden construir su vida siguiendo una religión "a su manera" o sin ella. Se muestran muy seguras, y, en el calor de la discusión, hasta afirman que encontraron la felicidad. Pero les pasa como a las artistas de cine que son entrevistadas por los periodistas: sonríen mucho por fuera, pero en su interior hay un nubarrón de ansiedades. Muchos han experimentado el camino de religiones orientales que están muy de moda. Muchos han ido y regresado de sus experiencias múltiples, buscando calmar sus inquietudes e inconformidades. Hasta que confíen en que Jesús puede darles agua viva, hasta que crean que él, que no tiene cubeta para sacar agua, puede quitarles la sed, hasta entonces saldrán gritando de júbilo por las calles con el deseo ardiente de contarles a todos lo que Jesús ha realizado en sus vidas.
Eso se logra cuando dejamos que Jesús extraiga nuestros tumores cancerosos y nos dé a beber agua viva que brota de su corazón.
¡Alabado sea Jesucristo!
BUENAS NOTICIAS PARA EL HOMBRE DE HOY
Grupo Apostólico Nueva Evangelización

Un fornido pastor

En las catacumbas de Santa Priscila, en Roma, se encontró que los primeros cristianos habían grabado en las paredes la imagen de un fornido pastor, que llevaba una oveja sobre las espaldas. Así les gustó a los cristianos de catacumba perseguidos y marginados imaginar a Jesús. Cada uno se sentía como esa oveja. Eran llevados sobre los hombros de Jesús y por eso se sentían muy seguros. Cuando Jesús se presentó como buen pastor, quiso que lo sintiéramos así: vivo, amoroso, cercano y pastor responsable que no deja las ovejas solas en el peligro, sino que las carga sobre los hombros y las lleva a "verdes pastos y aguas tranquilas". Cuando nos lleguemos a sentir como ovejas sobre los hombros de Jesús, sabremos de veras, cómo es Dios, y nuestros temores se los llevará el viento.
Cada día, al abrir el periódico, nos encontramos con un sinnúmero de conflictos a nivel internacional. Casi podríamos decir que el tema de nuestros periódicos es quién va ganando la guerra, quién va perdiendo, quién cuenta con el arma más sofisticada y mortífera. También nos informan que agrupaciones especiales se han reunido para planificar la paz; pero en realidad, muchas veces, de esas reuniones lo único que resulta es un nuevo conflicto. Nuestro mundo es un mundo en pie de guerra. El temor de una catástrofe bélica flota en el ambiente.
Y todo esto comenzó aquel día infausto en el que el hombre quiso "pelear" con Dios. Rompió su relación con su Señor: no se contentó con lo que le había regalado, quiso competir con Él en sabiduría. Aquel día se inició la guerra: marido contra esposa. "La mujer que me diste por compañera, me dio de ese fruto, y lo comí". (Gen 3,12) Luego vino el conflicto entre los hermanos. Caín no descansó hasta que pudo golpear a su hermano Abel, y la muerte entró en el mundo con su río de sangre. Más tarde, unos hombres quisieron construir una torre, independientemente de Dios. Y resultó que ya no se entendieron entre ellos mismos: tuvieron que separarse; los que se separan es porque han tenido conflictos entre ellos.
Y así ha seguido la secuela de guerras, de enfrentamientos. Al principio fueron sólo pedernales, después vinieron las espadas, las lanzas, las pistolas, las ametralladoras y aviones, la bomba atómica, los misiles. Ahora hasta se habla de guerras bacteriológicas. Alguien escribió que en los cuatro mil años de existencia humana, solamente unos trescientos años han sido de paz. Casi se podría afirmar que el hombre nació para la guerra.
En hebreo la palabra paz, shalom, no significa ausencia de conflictos, sino todo aquello que contribuye al bienestar supremo busca "su" paz, que nadie lo moleste. Jesús se refería a los de noble corazón que luchan, se sacrifican por buscar la propia paz y la comparten con los otros.
El primer pacificador fue el mismo Jesús. La carta a los Efesios (2,14) lo llama "nuestra paz". "Jesús es nuestra paz", dice la carta a los Efesios. La paz que Jesús consiguió fue a base de su sacrificio, de su vida. "Pero ahora unidos a Cristo Jesús -dice la carta a los Efesios por la sangre que El derramó, ustedes, que antes estaban lejos, han sido acercados. Cristo es nuestra paz. El hizo de judíos y no judíos un solo pueblo". (Ef 2,14-13)
Jesús consiguió la paz con su sangre. Entregó su vida por nosotros.
Sólo tendremos paz cuando haya perfecta relación con Jesús, que es nuestra paz. El vino para traer "la paz a los hombres de buena voluntad". El día de su resurrección lo primero que les regaló a sus apóstoles fue el don de la paz: "La paz esté con ustedes". En la Ultima Cena, Jesús les dijo a sus apóstoles que les dejaba "su paz"; Judas no pudo recibirla porque su corazón estaba tapiado por el pecado, por eso se escapó apresuradamente de aquel recinto en donde se hablaba de paz.
Tampoco habrá paz en nuestra vida mientras no nos dejemos controlar y conducir por el Espíritu de Jesús: el Espíritu Santo. La mayoría de nuestros conflictos tienen su origen en nuestro egoísmo, en que nosotros escogemos "nuestro camino" y no el de Dios, que es tan diverso del nuestro. Nuestro camino se retuerce en el egoísmo, en nuestra conveniencia. El camino de Dios es recto como la verdad.
En el capítulo 11 del libro del Deuteronomio, se conserva aquel momento trascendental de la humanidad cuando el Señor entregó las tablas de la ley a su pueblo, y le dijo aquellas memorables palabras: "El día de hoy les doy a elegir entre bendición o maldición. Bendición, si obedecen los mandamientos del Señor su Dios, que hoy les he ordenado. Maldición, si, por seguir a dioses desconocidos, desobedecen los mandamientos del Señor su Dios y se apartan del camino que hoy les he ordenado". (Deut 11,26-28)

Muy claro: bendición o maldición. Paz o conflicto. Si lo consideramos desde el punto de vista positivo se encuentra aquí una promesa muy concreta y consoladora para los que van por el camino del Señor: bendición, es decir la paz de Jesús que nadie nos puede arrancar. Esta promesa fue confirmada por Jesús cuando dijo: "Busquen primero el reino de Dios y su justicia y lo demás se les dará por añadidura". (Mt 6,33)
La Misa que celebró Monseñor Rafael Chávez Ponce de León en el templo de San Pedro a las 9 de la mañana se transmitió por la televisión mundial en vivo por internet y ya está en nuestro archivo. Puedes verla las veces que quieras. En vivo, ya pasó o en repetición en nuestro sitio web: www.jesusestavivo.org.mx Haz clic en el rostro de Jesús en la imagen de la televisión y aparece todo nuestro archivo. La transmisión en vivo en la televisión mundial por internet del programa “La Palabra” es a las seis de la tarde. Escucha y “ve” 45 minutos en comunicación con Jesús que está vivo por la Z radio 96.3 FM estéreo y 1340 AM digital. Proclamación de la Palabra de Dios y oración por la salud de los enfermos con testimonios de sanación en el templo de El Carmen mañana lunes de 17 a 20 horas y también por internet en televisión en vivo a todo el mundo.
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La cruz siempre da miedo

En una de sus fábulas, Esopo muestra a Prometeo fabricando al hombre con barro y ablandando la arcilla con lágrimas. Muy significativo y poético. Las lágrimas como algo esencial de la naturaleza humana. Lo dramático del hombre es empecinarse en no aceptar esta realidad. Como el niño rebelde que patalea cuando le ordenan algo que le disgusta, así el ser humano recalcitra cuando reflexiona que su barro está humedecido con lágrimas: pero esas rabietas no arreglan nada. A pesar de esfuerzos sobrehumanos del individuo por alargar sus noches de placer, a despecho del ingenio que busca desesperadamente un refinado confort, cada día se abren nuevas clínicas de psiquiatras adonde seres atormentados acuden a vaciar la amargura que los sofoca.
El cine, la literatura de nuestra época, tal vez sean los testigos más fehacientes de esta tristeza profunda del ser humano. El desenfrenado uso de las drogas y el licor no es otra cosa que la titánica lucha del hombre por construirse un paraíso artificial adonde poder escaparse de su angustia.
Nuestro mundo parece que quisiera arribar al cielo en un jet. Sería muy placentero. Una simpática aeromoza que invita a los viajeros a apretarse el cinturón. Motores que ronronean durante unas cuantas horas, y se aterriza. Todo muy fácil. Basta disponer de unos dólares. La verdad es que en el cielo no hay aeropuertos. Al paraíso sólo se va por un camino empedrado en el que se ven las sangrientas huellas de alguien que va adelante: Jesús.
Cuando los líderes políticos hacen su campaña electoral, prometen mares y montes: facilidad de conseguir una casa, mejor posición en el trabajo, arreglo de calles, etc. Con estudiada demagogia no hacen sino atacar el lado flaco de los hombres: su afán de vivir confortablemente. Si les prometieran algo espiritual, se quedarían sin adeptos. Lo que admira en el Evangelio es la desnuda sinceridad. Allí todo está claro, sin paliativos, sin agua azucarada para engañar a los ingenuos. A Pedro el Señor le asegura que los que lo han dejado todo por seguirlo, recibirán cien veces más, pero con persecuciones. (Mc 10,28-30)
Nada de casas a bajo precio, ni de aumento de sueldo. Condición indispensable que Jesús pone a sus seguidores es tomar sobre los hombros la propia cruz. A los discípulos, como despedida, Cristo les dice: "Así como me persiguieron a mí, así los perseguirán a ustedes",
Jesús hubiera sido el pesimista más grande del mundo, si sus discursos no constaran de dos partes; en la primera se habla de renuncia; en la segunda, se menciona la recompensa: "Ustedes gemirán y llorarán mientras el mundo reirá, pero su tristeza se cambiará en alegría…". Jn 16,20
El pesimista hace que los demás huyan de él. Es que todos buscan a alguien que les enseñe el camino de la felicidad. En la literatura moderna se da el caso de autores pesimistas que están de moda; lo cierto es que muchos de sus admiradores, en determinado momento, ya no los resisten más y sienten la urgente necesidad de ver una película de Walt Disney.
Cristo no fue ningún pesimista. Las masas lo seguían aunque les exponía la verdad cruda acerca de la vida. El mensaje del Señor está impregnado de optimismo. Allí se habla de sufrimiento que tiene un valor trascendental, de dolor que beneficia al que sufre. En el texto del Sermón de la Montaña hay un doble plano: en el primero, Cristo habla de los pobres, de los que sufren, de los que lloran. En el segundo plano están los oyentes que intuyen que se trata de pobres que se vuelven millonarios, de llorosos cuyas lágrimas se terminan, y se ponen a gritar de júbilo. Todo el Evangelio es la buena nueva de la esperanza, de la alegría. Con razón Pablo recomendaba: "Estén alegres, se los repito, estén siempre alegres". (Fil 4,4)
El drama del hombre consiste en no saber sacar partido de su dolor. Robert Stevenson habla de dos prisioneros que se acercaron a los barrotes de la prisión. Uno fijó la mirada en el suelo y vio barro; el otro levantó la vista hacia el cielo y contempló centenares de estrellas. Así sucede con el dolor. A unos los convierte en amargados; a otros, en cambio, los santifica.
El prototipo del hombre que supo sacar partido de su dolor es Simón Cireneo. Lo tuvieron que “obligar” a llevar la cruz del Señor. Cireneo al principio se “resignó” y avanzaba a desgana; pero luego captó el significado de su misión y “aceptó” ser el ayudante del Mesías. En ese momento su tristeza se convirtió en felicidad.
Con los santos se ha repetido la misma historia. Pedro quiso disuadir a Cristo de ir a Jerusalén para cumplir su trágica misión. Mientras Jesús hablaba de sufrimientos y renuncias; los discípulos discutían quién sería el primero en el reino; pero las cosas cambiaron. En los "Hechos de los Apóstoles", se lee que después que los discípulos habían sido maltratados y flagelados salían de los tribunales felices porque habían sido dignos de sufrir por Cristo. Los santos son los auténticos Cireneos que han sabido desentrañar el mensaje cifrado del dolor. Su vida es un fino tejido de sufrimientos y contradicciones. Hay muchas lágrimas; pero al mismo tiempo una sonrisa siempre fresca a flor de labios. Al aceptar la cruz, han detectado el verdadero significado del sufrimiento. Sólo así se explica la actitud casi humorística de San Lorenzo que, mientras es quemado vivo en una parrilla, le dice a su verdugo: "Voltéame, pues de este lado ya estoy asado".
A la par de Cristo fueron crucificados dos malhechores. Los dos eran ladrones; los dos sufrían igualmente. Para el de la izquierda el dolor sólo sirvió para hacerlo más malo y blasfemo. El de la derecha, en la frontera misma de la eternidad, llegó a intuir lo que valía sufrir a la par de Cristo. Y Jesús lo salvó. En la vida, queramos o no, todos tenemos que llevar una cruz; será de oro, de madera o de marfil; pero siempre será una cruz que pesa y que está fabricada a nuestra medida. Lo que interesa no es llevar "con resignación" la cruz, pues entonces hay un doble sufrimiento: el peso de la cruz que gravita sobre el hombro y la amargura del que sufre. El secreto de la vida está en saber "aceptar" la propia cruz. Entonces sólo se siente el peso externo de la misma, pues en el alma hay un gozo espiritual, la alegría del Cireneo que sabe que va a la par de Cristo que siempre conduce por un camino seguro hacia la felicidad.
Cuando los hombres nos ponemos a construir imágenes de Dios, nos salen muy mal. Algunos idearon a Dios en un sillón y nubes; quisieron hablarnos de su poder, pero resulta que les salió un dios lejano, distante. Otros delinearon un ojo en medio de un triángulo para hablarnos de que Dios está presente en todas partes; pero a muchos ese ojo les mira como con aire detectivesco, le tienen miedo. Jesús, que conocía muy bien el corazón del hombre nos dio una imagen inigualable de Dios; lo presentó, como Buen Pastor.
En tiempos de Jesús, en Palestina, se dedicaban más al pastoreo que a la agricultura. Todos tenían muy bien visualizada la imagen de un pastor; sabían que era una "vocación", algo “de sangre”, Por eso cuando Jesús se presentó como un Buen Pastor lo entendieron plenamente y no le tuvieron miedo.
En dos oportunidades, Jesús quiso servirse de la imagen del pastor para hablar de Dios. Cuando quiso referirse a la misericordia de Dios, lo insinuó como un pastor que en medio noche deja a las demás ovejas y va en busca de la oveja perdida. En otra oportunidad, Jesús dijo que El era un buen pastor que conocía a todas las ovejas, y las llamaba por su nombre.
Vivimos en una sociedad tecnificada. Nosotros hemos pasado a ser "cosas", "números". Lo que importa de nosotros no es nuestro nombre, nuestra personalidad, sino nuestra capacidad de producir. No es raro encontrarse con patrones que después de tener durante varios años a un empleado, le dicen: "Eh, usted, venga para acá", No conocen su nombre; sólo les interesa su aptitud de servicio. Ese es el peligro de nuestra sociedad; que nosotros pacemos a ser "piezas de un inmenso ajedrez", que una mano despiadada quiere mover a su antojo.
Para un pastor esto es inconcebible. Un pastor le ha puesto a sus ovejas nombres muy significativos. A una la llama “la que nació junto al río”, a otra la nombra “la de la patita quebrada”. Cada una tiene un nombre característico. Jesús, el buen pastor, llama a la gente por su nombre, Un día se encontró con un pescador y le dijo: "Tú te llamas Simón, pero en el futuro te llamarán Cefas".
Al curioso hombrecillo subido en un árbol, le dijo: "Zaqueo hoy quiero cenar en tu casa". Al emberrinchado apóstol, que quería meter su mano en el costado de Cristo, le dijo: "Tomás, no seas incrédulo". A todos se les acercaba y los llamaba por su nombre, porque para él son individuos, hijos de Dios. Uno de nuestros cantos religiosos, dirigiéndose a Jesús, le dice: "Me has mirado a los ojos, sonriendo has dicho mi nombre". Cuando se ha tenido un verdadero encuentro con Jesús, se experimenta que para él no somos números o cosas, sino que cada uno de nosotros tenemos un nombre que él repite con cariño.
El pastor tiene una costumbre muy cariñosa. Al volver al redil, cruza su vara sobre la puerta del redil para que cada oveja tenga que pasar debajo de la vara. Así se da cuenta si alguna oveja tiene algún rasguño; a cada una le va diciendo una palabrita alentadora.
Dios no debe ser algo abstracto, sino algo personal y concreto para cada uno. Así lo sintieron y expresaron los grandes santos de la Biblia. Jeremías (1,5) manifestó que Dios lo conocía ya antes de que se formara en el seno materno. San Pablo escribió: "Me apartó desde el vientre de mi madre y me llamó a su servicio".
Natanael se dio cuenta de que cuando se acercó a Jesús, El ya lo conocía, y le preguntó que cómo era eso. Jesús le contestó: "Cuando estabas debajo de la higuera, te vi", David, en el salmo 139, nos expone magistralmente cómo se sentía él, conocido a profundidad por Dios. Algunos versos de este salmo lo expresan maravillosamente: "Aun de lejos te das cuenta de mis pensamientos". "No tengo la palabra en la lengua y tú ya la conoces". "Me has rodeado por todos lados". "Si subo a los cielos, allí estás tú; si bajo al abismo, allí te encuentro", "Tus ojos vieron mi cuerpo en formación".
David experimentó a Dios rodeándolo, pero no persiguiéndolo como un verdugo. Intuía que Dios sondeaba sus pensamientos y que antes que sus palabras asomaran a sus labios, ya el Señor las conocía. David también, como Jeremías y Pablo, llegó a captar, que antes de nacer, Dios ya tenía no "un destino" -concepción pagana-, sino un "plan de amor" para su vida.
Cuando se experimenta a Dios así no se puede hablar de "lejanía de Dios", ni de "muerte de Dios", al estilo de pensadores modernos. Es que el Dios de algunos filósofos, muchas veces, es un Dios extraído de sus retorcidos pensamientos y no arrancado de las páginas de la Biblia, que es el único libro que nos puede decir cómo es Dios.
El pastor emplea una manera peculiar de comunicarse con sus ovejas. Ellas han aprendido a adivinar la voz de su pastor: será un silbido delicado, será una voz de mando o de aquietamiento, un grito para poner alerta contra el peligro.
Algo constante en los personajes bíblicos es que aprendieron a distinguir la voz de Dios en todo. Tal vez algunos se imaginan que Dios se les presentaba en forma humana y platicaba con ellos. A la luz de la Biblia no es así. Moisés escuchó la voz de Dios en el arder de una zarza. Más tarde, cuando Moisés había ido adquiriendo más y más confianza con Dios, le pidió "ver su rostro". Dios, metafóricamente le contestó que sólo le permitiría verlo de espaldas". En la Biblia se acentúa que nadie puede ver a Dios y seguir viviendo. Y así es. Porque en el momento que alguien haya visto a Dios, es señal de que ya está en un "mundo nuevo". Moisés tuvo la experiencia de sentir a Dios de una manera más experiencial. Estamos en un mundo lleno de voces e ideas. Como las ondas sonoras se arremolinan para entrar en nuestro radio receptor, así las voces humanas se entrelazan con la voz de Dios y quieren llegar hasta nosotros. Hay que aprender a sintonizar la voz de Dios en la frecuencia correspondiente.
Cuando las ovejas aprenden a distinguir la voz de su pastor de entre las voces de otras personas, llegan a gozar de paz, de seguridad. Saben que su pastor las pondrá al tanto de cualquier peligro, que les indicará lo que les convenga para su bien. Cuando aprendemos a distinguir y escuchar la voz de Dios en nuestra vida.
La oveja, tranquila, se dedica a producir lana; sabe que su pastor cuidará que ella tenga buenos pastos y agua pura. Entregar su lana al pastor es un acto de quietud por medio del cual la oveja le demuestra al pastor su agradecimiento. Así lo han experimentado los que aprendieron a confiarse en Jesús, el Buen Pastor.
Pablo, que había tenido que vivir en muchos lugares tan distintos y enfrentarse a sin número de penalidades, escribió: "Mi Dios, pues, suplirá todo lo que les falta conforme a las riquezas que tiene en Cristo Jesús. (Fil 4,19) Pedro, que en otro tiempo había sido muy impetuoso y desconfiado, también cambió de manera de pensar: "Echen en él sus ansiedades, escribió, porque Jesús cuida de ustedes". (1Pe 5,6)
Jesús nos puso alerta contra la ansiedad. Estar ansioso para Jesús equivalía a olvidar que se tiene un Padre que cuida de aves y lirios y que con mucha mayor razón tiene que cuidar a sus hijos. Jesús por eso afirmó: "Vengan a mí todos los que están atribulados y cansados que yo los haré descansar". Sabía Jesús que el peso de la tribulación nunca falta. Pero quiso que supiéramos que él seguía siendo nuestro buen Pastor para saber ayudamos a llevar esas cargas hasta el punto de que ya no les tuviéramos miedo, y sintiéramos paz junto a él.
“Yahvéh es mi pastor, nada me falta. Por prados de fresca hierba me apacienta. Hacia las aguas de reposo me conduce, y conforta mi alma; me guía por senderos de justicia, en gracia de su nombre. Aunque pase por valle tenebroso, ningún mal temeré, porque tú vas conmigo; tu vara y tu cayado, ellos me sosiegan. Tú preparas ante mí una mesa frente a mis adversarios; unges con óleo mi cabeza, rebosante está mi copa. Sí, dicha y gracia me acompañarán todos los días de mi vida; mi morada será la casa de Yahvéh a lo largo de los días”. Salmo 23
La Misa que celebró Monseñor Rafael Chávez Ponce de León en el templo de San Pedro a las 9 de la mañana se transmitió por la televisión mundial en vivo por internet y ya está en nuestro archivo. Puedes verla las veces que quieras. En vivo, ya pasó o en repetición en nuestro sitio web: www.jesusestavivo.org.mx Haz clic en el rostro de Jesús en la imagen de la televisión y aparece todo nuestro archivo. La transmisión en vivo en la televisión mundial por internet del programa “La Palabra” es a las seis de la tarde. Escucha y “ve” 45 minutos en comunicación con Jesús que está vivo por la Z radio 96.3 FM estéreo y 1340 AM digital. Proclamación de la Palabra de Dios y oración por la salud de los enfermos con testimonios de sanación en el templo de El Carmen mañana lunes de 17 a 20 horas y también por internet en televisión en vivo a todo el mundo.
¡Alabado sea Jesucristo!
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Grupo Apostólico Nueva Evangelización