ANUNCIAMOS A JESÚS
Aurelio Prado Flores
Evangelizar con los evangelios
Tenemos que Marcos es el evangelio del catecúmeno porque contiene lo esencial para introducir al bautismo; Mateo, es el evangelio del catequista porque introduce a la vida de la comunidad de la Iglesia, Lucas, es el evangelio del testigo, en cuanto prepara al cristiano a la evangelización; Juan, es el evangelio del presbítero porque muestra la síntesis espiritual a la que llega un cristiano maduro que, después de haber pasado por las tres experiencias precedentes, se hace capaz de asumir la responsabilidad de una comunidad como presbítero o como padre-madre de familia.
De estas cuatro etapas en las cuales se anuda el camino cristiano ha encaminado aspectos particulares preguntándose, por ejemplo: ¿Cuál es el estado de oración propio de cada etapa? Porque, evidentemente, no es lo mismo orar como catecúmeno que orar como catequista o como evangelizador o como cristiano perfecto, iluminado. ¿Cuáles son los ministerios de cada etapa? ¿Cuáles son las formas de inteligencia de la fe, de la cultura cristiana? Supuesta la cuádruple división de los evangelios según diversos niveles de vida cristiana ha agregado una ulterior reflexión sobre la conversión.
La conversión es un evento muy importante, fundamental para el hombre. Cristiano es quien se convierte de los idolos en Cristo Jesús, revelador del Padre, y vive su existencia en un modo nuevo, con aquel modo nuevo de mirar la realidad típico de quien se reconoce pecador, pero salvado, hijo de Dios, amado y perdonado.
Si examinamos de cerca el evento de la conversión nos damos cuenta que comporta diversos aspectos -no propiamente etapas-, y que históricamente se presentan, a veces, por separado.
Podemos hablar asi de conversión religiosa, de conversión moral, de conversión intelectual y de conversión mística. A título puramente de ejemplo y en el intento de iluminar mejor el tema contempla cuatro figuras de santos, -Agustín, Ignacio de Loyola, Newman y Teresa de Avila- para aferrar, en cada uno de ellos, un rostro de la conversión cristiana. Teniendo presente, con todo, que esta faceta, en ellos no es la única. Todo cristiano, en efecto, después de la primera conversión, la bautismal, debérra alcanzar gradualmente también las demás.
Proceso de conversión. La conversión religiosa. Agustín nos muestra claramente el paso del desconocimiento del Dios de la Biblia al conocimiento del Dios de Jesucristo. El estaba muy confundido en su idea de Dios y pensaba inclusive en una doble divinidad, el principio del Bien y del Mal. Así que todavia antes de una conversión moral o de una conversión mística, Agustín tuvo una radical conversión religiosa, gracias al contacto con Cicerón.
Lo relata en sus "Confesiones" cuando habla de su lectura de "Ortensio": Aquél libro, debo admitirlo, cambió mi modo de sentir, cambió las mismas oraciones que te dirigía, Señor; suscitó en mi nuevas aspiraciones y deseos; despojó en un instante ante mis ojos toda vana esperanza y me hizo desear la sabiduria inmortal con increible ardor del corazón. Asi comenzaba a levantarrne para volver a ti.
El retorno, el cambio de dirección del camino, es el inicio de la conversión religiosa: "Como ardia, Dios mio, como ansiaba volar de las cosas terrenas hacia ti, aun ignorando que cosa querias hacer de mi" (m, 4.7-8). Todavía estaba incierto su futuro, vivía todavía una existencia desordenada, pero ya había intuido que, en todo caso, Dios es todo, está sobre todas las cosas, que Dios tiene el primado.
Esto mismo se encuentra indudablemente en Marcos: el proclama la «Buena noticia de Jesús, el Cristo, Hijo de Dios» (1,1) y llama al hombre a una opción irrevocable por el Padre de Jesús, el Cristo, por el Dios de un Jesús muerto en la cruz. El evangelio de Marcos representa el nivel de la conversión religiosa cristiana.
La conversión moral. Ignacio de Loyola nos permite ver un segundo aspecto de la conversión. Creía en Dios, había sido educado en la fe cristiana, se dedicaba incluso a algunas prácticas religiosas, pero le gustaban las vanidades del mundo y su vida era bastante desordenada.
Encontrándose enfermo, a consecuencia de una herida en la pierna, se puso a leer una “Vida de Cristo” y algunas biografias de santos, que lo pusieron en confrontación consigo mismo. Reflexionando seriamente sobre su pasado, comprendió que no obstante reconocer ya el primado de Dios, para ser digno del amor de Jesús, muerto para salvarnos, debía cambiar su modo de comportarse. Desde aquel momento comenzó un camino que lo llevaría a ser un verdadero hombre de Iglesia, profundamente obediente a la realidad y a la institución eclesiástica.
La suya es una conversión moral también en los aspectos sociales, porque desemboca en el servicio a la comunidad eclesial.
A tal aspecto de la conversión orienta el evangelio de Mateo dirigido en particular a aquellos fieles que, habiendo ya aceptado Cristo como plenitud de la ley y el anunciado por los profetas, se deben convertir a la Iglesia como cuerpo de Cristo y deben acogerla en su disciplina, en sus reglas, en su estructura dogmática.
La conversión intelectual es sutil y difícil de definir. La leemos en la figura del Cardenal Newman. El creía profundarnente en Dios y en Jesús, moralmente era muy recto, de gran austeridad y santidad de vida. Pero, intelectualmente, estaba muy confundido. No sabía que la Iglesia representaba verdaderamente la Iglesia instituída por Cristo. Es interesante leer, en su biografia, la fatiga mental que ha padecido. No, pues, una fatiga moral y ni siquiera religiosa, sino precisamente la fatiga de aprehender entre los diversos razonamientos, las diversas argumentaciones, las múltiples teologías y filosofias, aquella justa.
Newman habla de una "iluminación" que cambió su vida. La conversión intelectual es propia de quien ha aprendido a pensar con su propia cabeza, a comprender 'la razonabilidad' de la fe gracias a un camino, quizá fatigoso, que lo hace capaz de iluminar a otros.
La obra de Lucas, -Evangelio y Hechos- representa aquél estadio del itinerario cristiano en que una persona, después de la decisión religiosa de ser toda del Dios de Jesús, el Cristo y después de la moral de vivir una existencia según la disciplina y enseñanzas de la Iglesia, quiere a toda costa comprender el camino cristiano del mundo, en el conjunto de filosofías y de teologías diversas entre si, con una claridad que deriva precisamente de haber anendido a orientarse en medio de un contexto difícil.
La conversión intelectual requiere esfuerzo, voluntad, paciencia, tiempo. Habrá que dárselo: conducir una vida devota, pia, santa, sacrificada, no significa alcanzar la inteligencia espiritual de la situación de la iglesia. No basta distinguirse por la piedad o por la moralidad, hay que adquirir aquella inteligencia que puede juzgar por sí lo que es bueno y lo que es malo, que pueda 'dar razón' de las propias opciones de fe.
El evangelio de Juan delínea el cuarto aspecto de la conversión cristiana, la mística; Teresa de Avila la ejemplifica bien. Teresa creía en Dios, vivia una vida buena. Con todo, -y ella misma lo escribe- el monasterio no la habia ayudado a realizar verdaderamente un salto de calidad.
Después de veinte años de 'mediocridad' ella entra, por gracia, en aquel estado de simplificación en el cual contempla al Señor presente en ella, en todo miembro de su Cuerpo místico, en toda persona y en toda situación, y contempla toda la realidad en él.
La conversión mística es, efectivamente, aquella condición que nos permite aferrar inmediatamente la presencia de Dios en todas partes. Es el estadio contemplativo del IV evangelio, el más consonante para quien tiene responsabilidades presbiterales. Porque el presbitero es el hombre de la síntesis, el hombre que sabe ver siempre el Espiritu Santo en acción en la historia y toda la historia en Dios. No es solamente el evangelizador que proclama la Palabra, sino también el responsable y, como tal, debe aferrar la unidad en los fragmentos, la unidad en las actividades más disparatadas, a través de la oración continua y el sentido de la omnipresencia divina.
Los evangelios nos presentan un ideal del camino cristiano, del que estamos ciertamente lejanos todavía, nos conforta saber que Dios nos llama a recorrerlo.
Te invitamos a ver los videos de sanación en nuestra página web: www.jesusestavivo.org.mx El primero después de la bienvenida es: “Quiero, queda sano”. La respuesta de Jesús a los que confían en él, los que ponen ante el Señor Jesús sus necesidades esperando del Espíritu Santo lo que el Padre Misericorioso tiene para ellos desde toda la eternidad: su sanación física y espiritual.
El segundo video se refiere al Buen Pastor que cuida, reúne, alimenta y sana a sus ovejas. Si tú te le saliste a Jesús del rebaño, eres el “único” que regresa montado en los hombros del Redentor. Las 99 ovejas restantes no tuvieron la gracia de subirse en la espalda de Jesús y menos ser tomado con sus manos taladradas por los clavos de la cruz y besados hasta recobrar la completa libertad. Jesús te quiere sanar seas quien seas y seas como seas.
Un tercer video trata de una razón, una misión y una promesa. La razón es que a Jesús le fue dado TODO el poder en los cielos y en la tierra, la misión, hacer discípulos a todas las gentes enseñandolas a guardar lo que Jesús ha mandado y la promesa: Yo estaré con ustedes todos los días hasta el fin del mundo. Esto de verdad nos alienta y nos motiva el que Jesús es el más interesado en nuestra misión cumpliendo su promesa de estar presente en nosotros. Otro video será el de Jesús que se sale de la Sinagoga para entrar en tu casa, vida, familia...
También tenemos varios programas en nuestra sección radio. Iniciamos con: “La primera vez”, continuamos con “Seguir a Jesús de lejos”, “Perdonar es sanar”, “Mi resurrección” y “Jesús tiene todo el poder”. Los domingos a las seis de la tarde tienes una cita con el Médico de médicos. Jesús te anda buscando para darte el regalo de su Palabra que todo lo sana, ahí recordamos: “No lo sanó hierba ni emplasto alguno sino tu Palabra que todo lo sana”. Confirma tu cita en “La Zeta radio” 96.3 FM y 1340 AM. La Palabra de Dios en viva y eficaz y cumple lo que contiene. El cielo y la tierra pasarán, mi Palabra no pasará, ¡se quedará con ustedes!
¡Alabado sea Jesucristo!
BUENAS NOTICIAS PARA EL HOMBRE DE HOY
Grupo Apostólico Nueva Evangelización
Yo soy Jesús a quien persigues
Concepción Cabrera de Armida
Jesús perseguido quiere perdonar, viene al que ha pecado y se arrepiente de sus culpas, para enseñarle a amar y a acoger su salvación.
"Yo soy Jesús a quien tú persigues", contesté a Pablo cuando, cegado por el resplandor del cielo, al ir a Damasco, cayó en tierra; y asombrado al oír su nombre, me preguntó: ..¿Quién eres tú, Señor?" En el instante que escuchó quién era Yo, replicó: «¿Qué quieres que haga?", qué bello ejemplo de correspondencia inmediata te señalo hoy.
A ti te he circundado de resplandores del cielo, al hacerte contemplar mi doctrina. También muchas veces has caído a mis pies contrito y humillado al ver tus pecados e ingratitudes. Has escuchado en el fondo de tu ser mi voz que te ha dicho: Mira, tú me persigues siendo soberbio, sensual, envidioso, murmurador, avariento, perezoso, colérico, etc.
Esas actitudes hieren al prójimo, te lastiman a ti y a mi Corazón, cuya esencia es la caridad.
¿Por qué me persigues en tus hermanos? ¿Por qué me persigues rechazando el mandamiento del amor? ¿Qué te he hecho, sino beneficios? ¿Por qué me desprecias y te avergüenzas ante los hombres de pertenecerme? ¿Por qué la ambición, el odio y la venganza, la indiferencia y tantas cosas, que sólo tú y Yo sabemos, lastiman mi Corazón, cuyo único crimen es el de amarte?
¿Por qué me espinas con tus tibiezas; por qué me desechas con tus respetos humanos; por qué prefieres la tentación a mi gracia; por qué te buscas a ti mismo, te detienes en propias complacencias, empañas tu ser con la vanagloria y me crucificas con tus malos ejemplos? ¿Por qué me persigues? ¿Por qué?
¿Qué he podido hacer por ti que no lo haya hecho? ¿No te he dado el ser, el alimento, la alegría, la salud, los dones naturales, los dones de la gracia, los de la gloria, la Redención, los Sacramentos y mi Sangre y mi Cuerpo en la Eucaristía para que borren todos tus pecados? ¿Por qué, entonces, ese lujo de ingratitudes para con este Corazón amante que se dejó traspasar por ti?
Mi vida, mis méritos y mi muerte fueron por ti; y mi gloria, mis eternos premios serán para ti. ¿Verdad que ya no me perseguirás en adelante?
Así lo deseo, hijito, a quien cubro de perdones y misericordias. Basta un acto, por breve que sea, de sincero arrepentimiento, para que Yo olvide cien años de persecución y de horrendos crímenes. Soy el Dios de amor y estoy más pronto a perdonarte que una madre a librar del fuego a su hijo. No temas, y acércate con entera confianza. Si te he enumerado tus pecados, ha sido para cubrirlos después con las misericordias mías y lavarlos con mi Sangre.
Ven, pues, oveja descarriada, que soy tu Padre, que soy tu Pastor, que soy tu Jesús a quien has perseguido, pero a quien amarás de hoy en adelante con todas tus fuerzas. Ven arrepentido a mí.
Jesús, abre mis ojos como los de Saulo y dame un guía que dirija mi vida. Enséñame la ley del amor; desde el fondo de mi miseria, te digo, lleno de confianza en ti: ¿Señor, qué quieres que haga?
Maestro bueno, enséñame tus caminos. "Crea en mí un corazón puro, y renueva cada día en mis entrañas un espíritu que me lleve a ti".
Me pongo en tus manos, como pobre instrumento, lleno de celo y ardor para extender tu Nombre, para hacer que el mundo te conozca, para anunciarte a todos los corazones, para dar mi sangre y mi vida por ti.
Por mucho que yo pecara, infinitamente mayores serán tus perdones. Quiero glorificarte, aun cuando tenga que padecer, que, como a san Pablo, me hagas ver todos los trabajos que he de padecer en tu Nombres ¿Qué me importaría, si quiero reparar mis faltas; si quiero predicar con mi ejemplo la cruz?
"Estoy crucificado para el mundo y el mundo lo está para mí". "No quiero gloriarme en otra cosa sino en la cruz de mi Señor Jesucristo". "Quiero sobreabundar en gozo en medio de las penas, persecuciones y tormentos de cualquier género, que todo lo podré en Aquel que me conforta".
«¿ Qué me podrá apartar jamás de la caridad de Jesucristo?, -te repetiré con tu Apóstol- ni el hambre ni la sed, ni la espada, ni la vida, ni la muerte, serán capaces de apartarme de ti". Dame tu amor "qué la amor lo es todo y a pesar de que tuviera todas las virtudes y por más que pudiera cambiar los montes, si no tuviera amor nada sería".
Jesús, dame el fuego que inflamó a Pablo, para que te ame y te haga amar, hasta dar la sangre y la vida por ti.
María, Refugio de pecadores, vaso precioso de elección como lo fue Pablo, Madre mía, dame ese amor más poderoso que la muerte; que me consuma viviendo sólo de Jesús, para poder decir con verdad: "Mi vivir es Cristo"; ..ya no yo, sino Cristo en mí".
¡Alabado sea Jesucristo!
BUENAS NOTICIAS PARA EL HOMBRE DE HOY
Grupo Apostólico Nueva Evangelización
HACIA EL TERCER MILENIO
Aurelio Prado Flores
El Padre Pío vino a sanarme
Hoy terminamos el testimonio extraordinario que Susana vivió: la mañana del jueves 27 vino a examinarme el experto broncopulmonar de la UTI, el doctor F. S., que se sorprende de mi mejoría y me dice que en unas horas más volverá a visitarme y que si me encuentra un poco mejor me enviará a la Unidad de Cuidados Intermedios, pues todavía no estoy en condiciones de irme al quinto piso, desde donde llegué, pues aún necesito cuidados especiales.
El doctor G. R. se siente muy orgulloso de ser él quien en la UTI está a cargo de mi caso y la evolución de mi tratamiento. Como le tomé cariño por su humildad y su afectuosa dedicación decido contarle algo de lo sucedido. Le digo, a modo de secreto y en forma breve, indicándole el libro: “Es el Padre Pío, le ofrecí mi enfermedad y él junto a ustedes ha colaborado en esta recuperación”. Me mira muy sorprendido por lo que escucha y pienso que me cree por lo insólito de la rapidez con que evoluciono. A mediodía vuelve a visitarme el doctor F. S. que me examina y dice: “¡Pero es que no puede ser! ¡Tú estás para que te envíe al quinto piso! Ya no es necesario que vayas a cuidados intermedios”. Todos están contentos y asombrados. De inmediato hacen las gestiones para devolverme al quinto piso. Esta vez llego a la cama 5043, cuya sala queda cerca de la cual donde fui visitada por el Padre Pío. A esta alturas recibo con mucho agrado y plenitud todos los designios de Dios... La promesa se ha cumplido, la gravedad de la enfermedad fue momentánea y sufrí muy poco.
Esa tarde recibo la visita de la kinesióloga Oriana Molina y le cuento lo sucedido con el Padre Pío. Ella sonríe y me dice que también es devota de él y compruebo que en su presencia desde la UTI, todos los ejercicios me resultan más fáciles y menos extenuantes que con los demás kinesiólogos. Cuando camino por los pasillos aferrada a ella, que lleva mi tubo de oxígeno, mis débiles piernas pueden pisar mejor. Me emociono mucho por el gran regalo que me ha hecho el Padre: esta kinesióloga de la cual me he hecho muy amiga y de la cual aprendo mucho con su propio y admirable testimonio de fe. Es una bendición haberla conocido. Su afecto y preocupación para conmigo me asombra. Ella concurrió a la UTI a verme porque un colega le dijo: “Hay una chica en la UTI que está gravísima, está muy mal y pensamos que ya no la vamos a poder sacar adelante. Te suplico que me ayudes”. Oriana solicitó mi ficha médica y conmovida fue a ayudarme...
A mediodía pido ayuda a una enfermera para llegar al baño de la sala porque deseo ducharme. Le ruego que me deje sola, que conectada al tubo de oxígeno y sentada en un piso bajo la ducha podré hacerlo sin problema. La enfermera asiente sólo bajo la promesa que tocaré el timbre de emergencia si me pasa algo. Dentro del baño y siempre conectada al tubo me siento y abro la llave de la ducha. Es cuando comienzo a llorar como una Magdalena, pues recién dimensiono la gravedad de la enfermedad que yo sentía sólo como un resfriado muy fuerte y doy gracias infinitas a Dios por todo lo que me regala y me quita a diario y al Padre Pío por haberme hecho promesas tan dulces sin haberlas pedido. Comprendí que Dios había aceptado mi enfermedad por la Iglesia, las vocaciones sacerdotales y religiosas, por el arrepentimiento de los sacerdotes que se han portado mal, por las conversiones de muchas personas y por el trabajo de evangelización al que estamos abocados. Doy gracias porque ante mi completa confianza, se me había vaticinado que sufriría un poco, que sería momentáneo y que nunca más volvería a tener esta enfermedad y por si fuera poco se me revelarían detalles de mi trabajo. Yo, punto indigno, había llegado al corazón de nuestro Padre Dios. Entonces recuerdo con mucha emoción que el Padre Pío decía que lo apenaba que todos le pidieran que les quitara la cruz de encima: una enfermedad, una cesantía, un problema, etc. y que nadie le solicitase que le enseñara a llevar esa cruz y comprendo que si él me miraba tan radiante de felicidad, era no sólo porque no le había pedido que me quitara la cruz, sino que le había pedido que me la hiciera aún más pesada, a causa de toda la Iglesia, lo mismo que él había pedido a Cristo...
En la tarde me fue a visitar el doctor F. S. que me dice textualmente: “Llama la atención la intensidad de tu neumonia... Si te digo que estuviste grave ¿tú sabes a lo que yo llamo grave?”. Me examina y sorprendido me expresa que estoy mejor. Le digo, siempre con mascarilla: “Es que yo tengo un secretito” y me dice: “a ver, cuéntame” y le relato en forma breve lo sucedido. A lo que me responde: “Te creo absolutamente todo”. Entonces le hablo que el Padre Pío decía que la ciencia y la fe son hermanas, que si él me vino a enfermar, él también iba a disponer los médicos y la tecnología necesaria para sanarme, a lo que el doctor me contesta: “Eso es algo que nunca te voy a discutir, porque sé que es así”. Antes de irse me pide que una vez fuera del hospital me controle sólo con él.
Desde la visita del Padre Pío, recibí muchos regalitos de él que me alegraban el alma, pero que no quiero detallar, por lo extenso que ya resulta este testimonio. También me enviaron regalitos el Padre Hurtado y Mario Hiriart, a los que también fui encomendada. Nunca me faltó el sacerdote, la religiosa o ministra de comunión que diariamente me proporcionaba oraciones, la lectura del Evangelio y el Cuerpo de Cristo. Todos ellos supieron de este milagro y todos se emocionaron hasta las lágrimas. El primer sacerdote al que conté este hecho estaba tan conmovido con mi pedido que me dijo algo así: “Nosotros, la mayoría de los sacerdotes, nos esforzamos tanto por todas las personas, las asistimos, rezamos por ellas pero nadie ora por nosotros, sólo nos critican. ¡Le agradezco tanto que haya pedido al Padre Pío por nosotros! El es el modelo de sacerdote al que aspiramos y ahora tengo la certeza que gracias a lo que usted ofreció y a la visita del Padre Pío que él está intercediendo por nosotros, los sacerdotes”.
En la mañana del sábado 29 se aprecia el avance de mi recuperación. Puedo alimentarme mejor y han ido subiendo la cantidad de agua para beber. Dado el colapso que sufrieron mis pulmones es peligroso que me descongestione fuertemente. A mediodía caminamos con Oriana por los pasillos, esta vez sin oxígeno, lo que era toda una osadía, ya que mi saturación, o grado de oxigenación de mi cuerpo, marcaba 90, el límite. El doctor G. E. me vio caminar apoyada en Oriana, sin oxígeno, y casi se le salieron los ojos. Preocupado y asombrado exclamó “¿Y sin oxígeno?” y no me quitó la vista de encima mientras estuve en el pasillo. A la vuelta no estaba oxigenando tanto más del límite, pero sin embargo no me había cansado, lo que ya era harto. El médico, en una visita posterior ese día me dice, de seguir así, me dará de alta el lunes.
El domingo 30 ya puedo caminar mejor y me ejercito en la habitación. Ese día recibí la visita de mi marido, mi mamá y mis dos hijitos. Mi madre estaba emocionadísima con el relato.
El lunes 31, mando a decir a Roberto que me traiga la máquina fotográfica, pues en algún minuto deseo retratar la cama donde fui visitada por el Padre y me gustaría tomar el espacio exacto donde él estuvo de pie a mi lado. Me imagino que talvez tendré que pedir a alguien que lo haga por mí, aunque en realidad preferiría hacerlo yo misma pues ¿quién retrataría con más cariño aquel espacio santo? A mediodía, luego de otra caminata, el doctor G. E. ordena otro test de saturación. Marca 89, así es que no me da el alta. Pienso que es razonable esperar un poco, además estoy convencida que Dios lo quiere así porque algo me depara... no tengo dudas, soy un barquito de papel en el océano que sólo debe confiar en nuestro Padre... Si hago un recuento de mi vida, veo que Dios ha hecho mi historia de manera maravillosa, así es que confío plenamente. Pienso que a lo mejor el Padre Pío ha intercedido para otorgarme un día más en el hospital y así poder tomar la fotografía que tanto deseo... Mi amado Padre Pío parece escuchar hasta mis caprichos...
Esa tarde salgo a caminar con otro kinesiólogo y lo hago sin oxígeno. De regreso a mi sala observo que las enfermeras están sacando mis cosas y mi cama. Me explican que una paciente de la sala ha dado positivo el test de influenza, por lo que deben trasladar al resto y aislar la habitación. Veo atónita que me llevan a la misma sala donde me visitó el Padre Pío días atrás y me ubican frente y en diagonal a la cama 5022. Con culpable alegría sospecho que podré tomar la fotografía en la misma posición que había deseado. Eso sí, debo hacerlo de manera respetuosa para no tomar la imagen con la paciente sobre la cama. Esa noche, la joven de la cama 5022 va al baño y allí aprovecho de fotografiar un par de veces la cama, que parece estar igual que cuando recibí la visita del Padre Pío, a quien agradezco de corazón el permitirme este capricho.
Fui dada de alta el martes 1 de junio. Ya en mi casa, relato a Oscar y a Pía, su señora, todo lo ocurrido. Oscar me explica que el Padre Pío me visitó para enfermarme de gravedad, para llevarme a la cruz de Cristo cuando impuso sus manos en mi cuerpo y pienso que puede ser cierto lo que dice.
Ahora sé que mis radiografías son muy valiosas, pues son la garantía de que durante mi estadía en el Hospital Clínico de la Universidad Católica, un hecho maravilloso ha ocurrido. Días después del alta, con toda la angustia vivida, mi marido se enfermó y tuvimos que llamar a la casa a un médico broncopulmonar. Vino el doctor Ramón Viñals. Le contamos de mi neumonia grave y que en tres días había salido de la UTI a la sala general. Escéptico me pidió las radiografías para verlas a contraluz en el ventanal del living, y consternado me dijo: “¿Y usted pasó por todo esto y ahora está aquí viva al lado mío? ¡Pero esto se ve clarísimo en las radiografías! ¡Es demasiado grande!... nunca había visto algo así, por favor explíqueme...” Eso hice, le conté a grandes rasgos que soy devota del Padre Pío, que le ofrecí mi enfermedad, que vino a visitarme, que me agravé y que me recuperé rápidamente. Muy emocionado me dijo: “Usted debe seguir siendo devota del Padre Pío, usted si es escuchada por él. Por favor pídale por todas las cosas malas que están pasando en el mundo, se necesita mucho” y salió de la casa muy pensativo.
Posteriormente me he enterado que en mi ficha médica, que aún está en el Hospital Clínico, aparecen varios signos de interrogación que pueden deberse a que ciertos detalles no tienen explicación. Pero yo si la tengo. Mi teoría a estas alturas, muy personal, es la siguiente: El Padre Pío debe haberle dicho a Dios la noche de ese sábado 22 de mayo que ha recibido, como siempre, muchos pedidos pero que hay alguien acá abajo que ha ofrecido su enfermedad por la Iglesia, el Papa, los sacerdotes, las vocaciones religiosas y por las conversiones. Dios debe haberle preguntado que tan grave era la enfermedad y el Padre Pío posiblemente le haya contestado: “no es mucho, pero si la agravamos un poco nos puede servir. Si la visito y yo mismo se lo digo ella estará feliz de colaborar...”
El 9 de julio, el doctor F. S. me ha examinado y ha visto el informe y la última radiografía tomada hace dos días. La enfermedad ha desaparecido por completo y mis pulmones están absolutamente sanos, sin indicio alguno de la neumonia. Como había llevado todas las radiografías le pedí que me explicara aquella que evidenciaba la gravedad de la enfermedad. El doctor la puso en la pantalla de luz, junto a la más reciente y admirado exclamó: “¡Nadie podría creer que pertenecen a la misma persona!”. Después de explicarme en forma muy simple las diferencias entre ellas me las pidió prestadas para copiarlas, pues desea mostrarlas a sus alumnos en la Universidad.
Con esta maravillosa visita del Padre Pío, que yo llamo el ANTI MILAGRO, compruebo que Dios se complace más cuando ofrecemos que cuando pedimos y que en verdad nos regala todo lo que necesitamos, aunque a veces no lo percibamos así y que el Padre Pío, en un signo de humildad extrema, ha querido hacer de mí un instrumento de su inagotable labor.
El Padre Pío necesita llegar al corazón de todos los sacerdotes para que no dejen de anunciar la Vida Eterna, porque CRISTO SÍ RESUCITÓ Y ESTÁ VIVO, para que no duden en perseverar en su vocación, para que no decaigan ni equivoquen el camino, para que no se sientan solos, abandonados y desprotegidos, porque él, desde la entrada del cielo, sigue velando e intercediendo por cada uno de ellos, y quiere decirles que la pureza en el celibato si es posible, porque él la amó y la vivió y siendo hombre como todos pudo vencer las tentaciones. SI ES POSIBLE VIVIR EN OBEDIENCIA, POBREZA Y CASTIDAD.
La gran obra de este humilde fraile, pero gran sacerdote, fue crear los Grupos de Oración, a los que invitó a participar a todos sus hijos espirituales, encargándoles encarecidamente la misión de orar con insistencia por la Iglesia y por quienes la conforman, en particular por nuestros sacerdotes, intenciones que sin saberlo ( porque me he enterado sólo hace unos días ) son las mismas por las que pedí cuando recé su novena en el hospital. Sin duda fue el propio Padre Pío quien me inspiró a hacerlo, y quien me inspira ahora a pedir que lo acompañemos suplicando a Dios Padre por las mismas intenciones.
Este inesperado suceso lo he relatado a algunos sacerdotes, religiosas, diáconos, catequistas y ministros de comunión, y todos se han emocionado hasta las lágrimas. Llenos de alegría han dado alabanzas a Dios y me han dicho que lo sucedido más que un milagro ha sido un mensaje trascendental, dado el momento en que ha ocurrido.
Días atrás, una de las doctoras que me examinó en el hospital, ha escrito para contarme que leyó el relato y que se ha emocionado mucho porque ella sabe lo grave que estuve, que vio las radiografías y el informe interno y que da testimonio de mi milagrosa recuperación. Me sorprendió que me pidiera rezar al Padre Pío para que interceda por su papá que está muy enfermo. He visto como ella que trabaja para la Medicina, una disciplina que en general es tan reticente de los favores de Dios, acepta humildemente que sólo Él es TODOPODEROSO... Me ha dicho que gracias a lo que me sucedió ha recobrado la fe en su Iglesia, mi Iglesia.
Un fraile capuchino me ha dicho que es bueno divulgar lo sucedido entre quienes no traten de pisotear nuestra fe, pues con todo lo que se ha criticado a la Iglesia, se necesita conocer estos testimonios. Me ha dicho que él ve en esto la naturalidad con que lo trascendente se manifiesta en lo cotidiano y que esta gracia es un regalo que Dios me ha hecho para que lo viva y disfrute como prueba del inmenso Amor que nos tiene...
Hoy domingo te invitamos a escuchar la “Z” 96.3 FM y 1340 AM a las seis de la tarde. Pediremos la intercesión del P. Pío para que recobren la salud los enfermos que confian en Jesús vivo. Recuerda que tienes una cita con el Doctor de doctores: Jesús. Jesús está vivo... en ti.
¡Alabado sea Jesucristo!
BUENAS NOTICIAS PARA EL HOMBRE DE HOY
Grupo Apostólico Nueva Evangelización
Ven Señor Jesús
Aurelio Prado Flores
Vuelve a ver
Hoy recordamos lo que nos sucedió hace tiempo en el templo de El Carmen durante la oración por los enfermos:n Hace dos semanas nuestro hermano Nicolás recobró la vista durante la oración. Era la segunda vez que asistía cuando lo sanó el Señor Jesús, la primera llegó tarde. Desde entonces asiste con su familia a las oraciones que tenemos los viernes. El recobrar la vista es un signo mesiánico que solo Jesús vivo puede hacer. Le dijimos a Jesús en esa ocasión que el que más ganaba con estas sanaciones era él. Ciertamente Nicolás ganó pues recuperó la vista, ganamos los que oímos y vimos en directo, a todo color y en el mismo templo. Pero el que más gana es Jesús porque reafirma que él está vivo y se cumplió lo que dijo en la Sinagoga de Nazareth. "El Espíritu de Dios está sobre mí y me ha ungido, me a enviado ha proclamar a los pobres la Buena Nueva del Reino, regresar la vista a los ciegos, la libertad a los cautivos y proclamar un año de gracia del Señor". Esto fue como la presentación que hizo Jesús de lo que iba a ser su plan de trabajo mientras estuviera proclamando la Palabra de Dios. Si Jesús sigue rescatando de la oscuridad a sus hermanos, a los más pequeños, a los más pecadores, es porque él tiene el mismo poder de hace 2,000 años: TODO.
La Escritura dice que la persona en la que se cumplieran estas condiciones era la elegida para ocupar el trono de David por siempre y por toda la eternidad. En Jesús se ha cumplido toda la Escritura, él es el verdadero y único Hijo de Dios Vivo. Jesús instituyó un plan de salvación y tiene vigencia hasta la consumación de los tiempos.
Israel esperaba con ansia su liberador, la persona que los sacara de la opresión.
Nicolás también esperaba al único que lo podría sacar de su oscuridad, de sus tinieblas y recobró la vista después de que oró a Jesús y le dijo: "si tú quieres quedó sano, mira que tengo la retina desprendida de mi ojo derecho y no veo", Jesús le dijo: "Quiero, queda sano". En ese preciso momento nuestro hermano empezó a ver y lo primero que vió fue a Jesús Eucaristía, el único que lo podía sanar.
Después en la Plaza de Armas, hace tres días, Jesús de Nazareth (hoy de Morelia) volvió a hacer lo mismo, le regresó la vista a una mujer que estaba vendiendo frituras en una canasta. En vez de promover sus productos nuestra hermana Briznia se puso a alabar a Dios en pleno horario de trabajo y Jesús en su infinita misericordia la sanó, le dijo: "si tu te ocupas de alabarme, yo te regreso tu vista."
Hace dos mil años un muchachito en vez de ir a vender su mercancía para dar de comer a sus hijos se encontró con un hombre que se decía el Hijo de Dios, y lo siguió. Guardó para después sus peces y panes y no los quiso vender a pesar de que había gran demanda, no faltó quien se los quisiera comprar incluso a un precio mucho más alto que el que pudieran tener. Gracias a que no quiso hacer negocio guardó la materia prima indispensable para que Jesús hiciera la primera multiplicación de los panes y que hoy la sigue haciendo en la Eucaristía.
Lo del jueves pasado aconteció de la siguiente manera: desde las 6:00 de la tarde inició la alabanza, invocamos a María, Madre de Dios y de los que proclamamos que Jesús es nuestro hermano mayor, invocamos al Espíritu Santo y proclamamos que Jesús está vivo y sigue siendo el mismo de hace 2,000 años. Después leimos el pasaje que nos narra Marcos en el capítulo 1 del versículo 21 al 38 donde nos dice lo que hizo Jesús el primer día de su ministerio, o sea la primera jornada completa de la vida de Jesús.
No se trata únicamente del primer día de su ministerio, sino que quiere darnos a entender cómo era la agenda diaria de la vida del Maestro. Se trata, pues, de una visión panorámica de las prioridades de la vida de Jesús.
En primer lugar se trataba de un sábado, día de riguroso descanso, y cuya observancia sintetizaba la fidelidad a la Ley. Lo que Jesús haga y diga ese día, se transformará en la norma de vida para todos sus seguidores, suplantándose de esa forma la antigua legislación.
Cuatro puntos cardinales están delineados en este primer día del ministerio del Maestro: Si tienes Biblia ve por ella y ponte a leer este texto Mc 1, 21-38, si no la tienes a la mano la transcribimos:
De la Palabra de Dios: "Llegan a Cafarnaúm. Al llegar el sábado entró en la sinagoga y se puso a enseñar. Y quedaban asombrados de su doctrina, porque les enseñaba como quien tiene autoridad, y no como los escribas. Había precisamente en su sinagoga un hombre poseído por un espíritu inmundo, que se puso a gritar: «¿Qué tenemos nosotros contigo, Jesús de Nazareth? ¿Has venido a destruirnos? Sé quién eres tú: el Santo de Dios.» Jesús, entonces, le conminó diciendo: «Cállate y sal de él.» Y agitándole violentamente, el espíritu inmundo dio un fuerte grito y salió de él. Todos quedaron pasmados de tal manera que se preguntaban unos a otros: «¿Qué es esto? ¡Una doctrina nueva, expuesta con autoridad! Manda hasta a los espíritus inmundos y le obedecen.» Bien pronto su fama se extendió por todas partes, en toda la región de Galilea.
Cuando salió de la sinagoga se fue con Santiago y Juan a casa de Simón y Andrés. La suegra de Simón estaba en cama con fiebre; y le hablan de ella. Se acercó y, tomándola de la mano, la levantó. La fiebre la dejó y ella se puso a servirles.
Al atardecer, a la puesta del sol, le trajeron todos los enfermos y endemoniados; la ciudad entera estaba agolpada a la puerta. Jesús curó a muchos que se encontraban mal de diversas enfermedades y expulsó muchos demonios. Y no dejaba hablar a los demonios, pues le conocían.
De madrugada, cuando todavía estaba muy oscuro, se levantó, salió y fue a un lugar solitario y allí se puso a hacer oración. Simón y sus compañeros fueron en su busca; al encontrarle, le dicen: «Todos te buscan.» El les dice: «Vayamos a otra parte, a los pueblos vecinos, para que también allí predique; pues para eso he salido.». Palabra de Dios.
Jesús, en primer lugar escoge la Sinagoga para desde allí enseñar el mensaje que Papá Bueno le encomendó. A medio día se va a la casa de sus amigos y en la tarde, a la puesta del sol, le llevan a los enfermos y endemoniados. La ciudad entera estaba reunida con él y termina muy de mañana, cuando todavía estaba oscuro, se levantó, salió y se fue a un lugar solitario y allí se puso a hacer oración.
Jesús es el Maestro que enseña una nueva doctrina, pero no con palabras y grandes discursos, sino con su propia vida. Es más, en estos pasajes casi ni abre la boca, porque su estilo de vida es ya elocuente. Su persona es la enseñanza. El es el mensaje. Basta observar un día de su vida para encontrar sus opciones preferenciales: - La Sinagoga, con el pueblo de Dios, para liberar a los oprimidos por el diablo. - La casa de los amigos donde restablece a la persona más necesitada. - La puerta, donde se administra la justicia y se sana de la injusticia. - el desierto, donde se encuentra consigo y con su Padre, para fortalecerse en su misión evangelizadora.
Muy bien podríamos decir que Jesús supo armonizar todos los elementos de la historia de los hombres. Hizo de su vida realmente una obra de arte, sabiendo conjugar sin extremos ni omisiones los aspectos más importantes de la existencia. En fin, marcó una jerarquía de valores.
Briznia se sintió como la suegra de Pedro: en cama, con fiebre, abandonada y todo lo que se le parezca. En la antigüedad la mujer era mal vista, no era tomada en cuenta, el mismo Evangelio nos dice que cuando Jesús hizo la primera multiplicación de los panes les dio de comer a más de 5,000 mil hombres, sin contar las mujeres ni los niños, o sea que la mujer no contaba y menos si estaba enferma y mucho menos si era suegra. Cuando la mujer estaba enferma no podía tocar nada pues todo lo contaminaba y lo hacía impuro, pero Jesús le dijo: qué importa que estés como estés, a mi no me vas a ensuciar, yo me acerco a ti, te doy la mano, te levanto y te doy una nueva dignidad, te reintegro a la sociedad a la que has servido. Quiero que la Piedra de mi Iglesia no tenga problemas de salud con su suegra. La Escritura nos dice que esta mujer tenía fiebre, o sea que esto era síntoma de que tenía una enfermedad mucho más grave, había perdido su dignidad de mujer, pero Jesús se acerca, la toca y la levanta.
Jesús no se conforma con ir a su casa sino que se acerca tanto que la toca y además la levanta. El verbo que usa Marcos para decir que Jesús la levantó es el mismo que usa para decir que Jesús resucitó o sea que Jesús resucitó a la suegra de Pedro, le dio nueva vida.
¡Alabado sea Jesucristo!
BUENAS NOTICIAS PARA EL HOMBRE DE HOY
Grupo Apostólico Nueva Evangelización
Jesús Está Vivo... en Morelia
José Prado Flores
Semejante a nosotros en todo
La comunicación a través de alegorías preñadas de significado, nunca pasa de moda. Al contrario, hoy día se amplían los horizontes del mundo de las imágenes, logotipos o iconos. Los símbolos están cobrando más valor que las palabras. ¿Será porque una imagen expresa más que mil palabras?
Estas líneas no son reflexión ni teología, sino la incursión en la magia cautivante del lenguaje analógico, donde se comunica con símbolos que tocan primero el corazón, antes que la mente.
Hoy domingo presentamos el mensaje siempre nuevo de la Palabra de Dios a través de metáforas y parábolas que nos ayudan a comprender mejor la revelación de Dios.
Si alguno precisa saberlo para saber cómo aterrizar sus predicaciones, lo tiene en sus manos. Esto nos ayudará a aterrizar y presentar las enseñanzas bíblicas de una forma emotiva y atractiva, con nuevas expresiones y métodos, como tantas veces lo pidió el Papa Juan Pablo II, El Grande.
Que la Palabra de Dios, que no está encadenada, corra por todos los medios posibles para que el mundo sepa y experimente el amor de Dios que salva gratuitamente.
La Encarnación del Hijo de Dios que se hizo hombre fue real y total. En el principio la Palabra estaba con Dios. Pero, llegada la plenitud de los tiempos, Jesús dijo al Padre: "Heme aquí, envíame". Y la Palabra se hizo carne y habitó entre nosotros. Por lo tanto tenemos un Sumo Sacerdote que puede compadecerse de nuestras flaquezas, porque él ha sido probado en todo, igual que nosotros, excepto en el pecado.
Acerquémonos, por tanto, confiadamente al trono de gracia, a fin de alcanzar misericordia y hallar gracia para una ayuda oportuna: Jn 1,1.14; Gal 4,4; Heb 4,15-16.
De esta forma, la naturaleza humana quedó penetrada por la divinidad y todo hombre goza de un valor y una dignidad más allá del color de su piel, cultura y hasta de su religión.
El perrito enfermo. En una tienda de mascotas, apareció un letrero el día de Navidad: "Cachorritos en venta". Una perra había parido cinco perritos, los cuales fueron puestos a la venta en el negocio. Muy pronto, un niño de grandes ojos y mirada curiosa, llamado Andrés se presentó en la tienda preguntando: ¿Cuál es el precio de los perritos? - Entre 300 y 500 pesos, respondió el dueño, abriendo las manos.
El niñito metió la mano en su bolsillo y sacó unas monedas y dijo al dueño:
- Esta Navidad mi papá me regaló 150. No me alcanza, para comprar uno, pero, ¿al menos puedo verlos?
El hombre sonrió. Abrió una puerta y de la trastienda salió la perra, seguida por cinco cachorritos. El último caminaba con dificultad, separándose de aquel hermoso desfile.
Andrés inmediatamente señaló el perrito rezagado que cojeaba: - ¿Qué le pasa a ese perrito? - Cuando nació, el veterinario me dijo que tenía una cadera defectuosa y que cojearía por el resto de su vida.
El niñito se enterneció y exclamó: - Entonces, ese es el perrito que yo quiero. El hombre, emocionado, le replicó: - Mira, si tú realmente quieres ese cachorro, yo te lo regalo.
El niño movió la cabeza negativamente, empuñó la mano y mirando directo a los ojos del hombre, le aclaró: - Yo no quiero que usted me lo regale. Éste vale tanto como los otros perritos, y yo le pagaré el precio completo. - Es cierto, reconoció el dueño de la tienda. Éste vale tanto como los otros cachorritos.
- Le vaya dar mis 150 pesos, y 30 pesos cada semana hasta que lo haya pagado por completo.
El hombre le advirtió a Andrés: - Pero él nunca será capaz de correr, saltar y jugar con los otros perritos... ¿por qué mejor no compras uno de los que no tienen problemas?
Andrés se agachó y levantó su pantalón para mostrar su pierna izquierda, cruelmente retorcida e inutilizada, soportada con un aparato de metal. Miró de nuevo al hombre le dijo con la mirada empañada por las lágrimas: - Yo tampoco puedo correr muy bien, y el perrito necesita alguien que lo entienda.
El hombre se mordió el labio inferior. Sus ojos se llenaron de lágrimas. Sonrió y entregó al cachorrito enfermo, con estas palabras:
- Sólo espero que cada uno de estos otros cachorrito tenga un dueño como tú.
El Verbo de Dios, la Palabra, se hizo semejante a nosotros en todo para entendemos. Su carne humana se cansaba y sufría, explotaba de gozo y lloraba. Tenemos, pues, un Sumo Sacerdote que ha experimentado en carne propia de qué barro fuimos hechos. Él es nuestro abogado que toma en sus manos nuestro caso, porque él fue capaz de cargar sobre sí todas nuestras carencias, anhelos y necesidades. (Heb 4,14-15)
Jesús, Sumo y Eterno Sacerdote, tú me conoces, porque asumiste mi frágil naturaleza humana.
No tengo nada qué pedirte. Sólo agradecerte el que me hayas amado hasta el extremo de hacerte como yo, para ser capaz de tener misericordia, pues experimentas en carne propia, de qué barro quebradizo fui plasmado. Gracias, porque tú sí me entiendes. Así sea.
Tenemos Alguien que nos entiende, porque compartió nuestro mismo barro.
En nuestra página web www.jesusestavivo.org.mx tenemos dos nuevas secciones, videos y programas de radio. Puedes ver y oír cada vez que quieras la proclamación de la Palabra de Dios y la oración por los enfermos que repite sanaciones cada vez que lo necesites. Jesús te quiere completamente sano, si no, ¿para que derramó toda su sangre preciosa? Jesús ya se cansó de verte enfermo, él te entiende, sabe de tus caídas, de tus errores, pero también quiere verte arrepentido, alegre, sano, que quieres que su miericordia, sanación-salvación, sea derramada en ti y los tuyos. Visita nuestros videos y manda las peticiones de salud por tus enfermos a: aurelio@jesusestavivo.org.mx Te invitamos a seguir el proceso de tu sanación integral escuchando la Palabra de Dios en la “La Zeta radio” 96.3 FM y 1340 AM. Cuarenta y cinco minutos de bendiciones, sanación y misericordia. Tú que tienes oídos, escucha y serás salvo junto con tu familia. Recuerda que tienes una cita hoy y todos los domingos a las seis de la tarde en la “Z radio” con el Médico que TODO lo sana.
¡Alabado sea Jesucristo!
BUENAS NOTICIAS PARA EL HOMBRE DE HOY
Grupo Apostólico Nueva Evangelización
Maranathá
Aurelio Prado Flores
Puerta de la Iglesia
"El que no nazca de agua y del Espíritu no puede entrar en el Reino de Dios".
Nicodemo buscó a Jesús de noche. Busquemos la luz; vayamos al que es Luz increada, al Espíritu Santo, Dios de Dios, Luz de Luz, y hallaremos a todas horas en el sagrario a Jesús que nos espera y nos repite: "¡Yo soy la luz del mundo!".
Allí contestará a nuestras preguntas y disipará nuestras dudas. Jesús, clemente y lleno de paciencia, nos espera siempre y a toda hora, como a Nicodemo; nos acogerá con dulzura, responderá a nuestras preguntas y nos aconsejará el amor al Espíritu Santo, fuego divino de amor infinito.
¡Si comprendiéramos el amor que el Espíritu Santo ha infundido en el Corazón de Jesús hacia nosotros! ¡Nos ama con el amor de un Dios, AMOR infinito de la Trinidad!
Jesús, que por el Espíritu Santo venía a vivificar al mundo y a devolverle la vida perdida por el pecado, habló a Nicodemo del Espíritu Santo. Jesús nos enseñó en este pasaje que el Espíritu Santo es la puerta para entrar en la Iglesia. renaciendo del agua y del Espíritu.
¡Saciemos nuestra sed en esa fuente, en ese manantial que es el Espíritu Santo!
"El Espíritu Santo sopla donde quiere. En el seno de la santa Iglesia, su soplo vivificante mantiene a los fieles en la fe, mueve sus corazones y los convierte a Dios.
Jesús nos dijo que "oímos su voz y no sabemos de donde viene ni a donde va". Y ¿cuál es la voz del Espíritu Santo'? El Verbo, la Palabra de Dios Encarnada: ¡Palabra que brota de sí misma y se derrama por los labios de Jesús en doctrina salvadora y santificante!
Cuántas veces en el fondo del alma sintamos una voz que nos llama, que nos mueve a consagrarnos a Dios, a perdonar algún agravio, a vencernos, a callar, a ser generosos, a defender al inocente. a salir al encuentro del dolor, etc., ¡no desoigamos al Espíritu Santo!, cumpliendo con alegría lo que es del agrado de Dios y complaceremos así al Espíritu Santo. ¡Vayamos siempre conducidos por la mano bendita de María!
"Todo el que dijere palabras contra el Hijo del hombre, será perdonado; pero al que la dijere contra el Espíritu Santo, no se le perdonará". Jesús defiende los derechos del Espíritu Santo, ¡lo ama tanto que quiso enseñarnos a honrarlo y servirlo!
Desde ahora nos acogemos a la sombra del divino Espíritu en la Iglesia, amando sus mandamientos, queremos vivir en el santo temor de Dios que fomenta la caridad en el corazón y lo lleva a la pobreza espiritual.
Los pobres son bienaventurados porque confían en la Palabra de Dios: Si estamos en gracia de Dios, el Espíritu Santo es como el Alma de nuestra alma: constantemente trabaja impulsándonos al bien y defendiéndonos del mal; ni un buen pensamiento podríamos tener sin su ayuda.
La docilidad para con el Espíritu Santo es prenda de salvación eterna.
Nadie ha sido tan dócil al Espíritu Santo como Jesús y María; y después los santos que siempre se distinguen por la virtud de la correspondencia.
¡Ven, Espíritu Santificador, y haz que penetre hasta lo profundo de mi espíritu, la fuerza de tu gracia que sostenga mi flaqueza con tu brazo omnipotente!
Espíritu Santo, sólo tú puedes crear en mí un corazón nuevo que ame en el sacrificio.
¡Transfórmame desde ahora en caridad, para convertirme en un acto de amor eterno, perdido en la inmensidad de tu ser!
María, enséñame a ser dócil al Espíritu Santo que lleva a la verdad completa, y a la fidelidad a la Iglesia y a su Magisterio. Así sea.
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