viernes, 21 de agosto de 2009

La fotosíntesis espiritual

La fotosíntesis es uno de los fenómenos más extraordinarios de la naturaleza. Aunque es muy complejo, lo vamos a exponer de manera sencilla: Gracias a la luz del día, las plantas absorben agua y bióxido de carbono, que es un compuesto contaminante y venenoso. Activadas por la energía solar toman el carbono como alimento y liberan el oxígeno, el cual favorece la vida natural. Sin embargo, durante la noche, precisamente debido a la ausencia de luz, el proceso se invierte: toman oxígeno y producen bióxido de carbono que contamina el ambiente. Por esta razón muchas personas, antes de dormir, acostumbran sacar las plantas de sus habitaciones.
La fotosíntesis espiritual es todavía más maravillosa: gracias a la luz de Cristo Jesús nuestro corazón puede transformar la maldad, la injusticia, la soledad, la incomprensión y todo tipo de enfermedad o sufrimiento en un elemento que propicie la vida, la haga crecer y fortalecerse. Para que esto suceda se necesitan también dos elementos: la luz y el agua.
+ La luz: Así como los rayos solares activan un mecanismo celular que desarrolla la vida, así la luz de la nueva creación inaugurada gracias al sacrificio voluntario de Cristo Jesús (en el momento preciso de su muerte aparece la luz en medio de las tinieblas que habían cubierto la tierra), nos permite repetir el proceso de perdonar incondicionalmente como Jesús que dijo: "Padre, perdónalos porque no saben lo que hacen.
Sin luz no puede haber vida, y Cristo Jesús es la luz del mundo (Jn 8,12) que nos invita a ser como él, luz del mundo (Mt 5,14).
+ El agua: La planta, al absorber el agua juntamente con el bióxido de carbono, es capaz de liberar oxígeno. ¿Cuál es esta agua maravillosa que nos permite tal transformación? La que brota del costado abierto de Cristo en la cruz. En el evangelio de Juan, siempre que se habla del agua, se está refiriendo directamente al Espíritu Santo. Gracias al Espíritu Santo que perdona nuestros pecados somos nosotros capaces de liberar un elemento que permite no sólo la vida, sino que la hace crecer.
Con la fotosíntesis espiritual tenemos la posibilidad de transformar lo más negativo de este mundo en un elemento vivificante para los demás y para nosotros mismos. Sin embargo, cuando miramos estas mismas circunstancias a la sombra de la autocompasión o de nuestro complejo de víctima, esas heridas se infectan y comienzan a contagiar a los demás, produciendo un veneno que es nocivo para todos.
Por esta razón, el Señor nos mandó que no se pusiera el sol sobre nuestra ira (Ef 4,26), ya que en las tinieblas de nuestro corazón se produciría un veneno mortal que acabaría con nosotros mismos, lo cual sería prácticamente un suicidio.
El siguiente testimonio de una esposa nos muestra un maravilloso caso de fotosíntesis de fe: Mi vida transcurría felizmente después de que Dios me había dado un marido maravilloso y tres hijos. Mi esposo es un médico responsable, amante del deporte y sobre todo, buen hombre, magnífico padre y esposo ejemplar. Llevábamos ya 28 años de casados cuando todo cambió de la forma más inesperada.
El 29 de diciembre al medio día entraron unos hombres armados a su clínica y se lo llevaron secuestrado. Nunca hubo ninguna comunicación, ni de parte de los secuestradores ni de mi esposo. Comencé a experimentar la total incertidumbre sobre su vida o su muerte. Los primeros minutos me parecieron eternos, los siguientes días interminables y las noches nunca acababan.
Poco a poco la esperanza de reencontrarlo se transformó en estas preguntas: ¿Por qué a mí? ¿Por qué a mí? Rápidamente se me desarrolló una hipertensión con la cual yo parecía un cadáver ambulante. Tuve que ver al psiquiatra, pero el problema persistía a pesar de todos los antidepresivos que tomaba. Continuas jaquecas me atormentaban por varios días seguidos, mientras la amargura me consumía.
Después de un interminable calvario, una noche de insomnio me levanté y le dije al Señor: Señor, ¡ya es suficiente! Ahora sí quiero entregarte a mi esposo definitivamente. Es tuyo. Te doy las gracias por todo lo que ha sucedido. Materialmente sentí que una mano me arrancaba una presión de mi pecho y experimenté la liberación total. Me sentía ligera como plumita en el aire y comencé a llorar, ya no de tristeza sino de paz profunda. Esa noche, como la del Éxodo, trajo luz y liberación a mi corazón.
El Señor me bautizó con el Espíritu Santo y unos días después pude perdonar a los secuestradores, lo cual me produjo aún más liberación y paz. Como yo no los conocía a ellos, en cada desconocido veía un potencial secuestrador. Había sido terrible vivir en esa situación, rodeada de enemigos, sospechando de todo mundo.
Pero al perdonar, todo cambió. Se acabó la hipertensión y dejé de tomar pastillas. Cesaron los terribles dolores de cabeza y volvió la alegría a mi corazón.
La gente se comenzó a preguntar lo que me había pasado, pues había cambiado mi ropa de luto y mi rostro reflejaba paz y alegría. Yo les contaba la maravillosa liberación que Dios había hecho en mi vida. Algunos lloraban, otros me felicitaban y no faltaron los que nada comprendieron. Lo cierto es que el Señor y el perdón me resucitaron y me hicieron instrumento para dar esperanza a otros que también sufrían penas incomprensibles.
A tres años del secuestro, puedo decir: bendita llaga que sangró abundantemente porque a través de ella he podido llevar paz a muchos que sufren. Aquella pregunta que martillaba mi cabeza: ¿Por qué?, ¿por qué a mí? ha sido respondida satisfactoriamente, aunque mi esposo no ha regresado todavía.
Mi esposo ha sido un instrumento para que muchos se acerquen al Señor. Su silencio se ha convertido en gritos de alabanzas de otros muchos. Yo no lo considero muerto ya que da muestras de fecundidad y paz hasta en gente que no le conoció.
Yo he rejuvenecido. El cascarón se ha marchitado, pero por dentro he sido renovada.
Te invitamos a ver en nuestra página web, www.jesusestavivo.org.mx la Misa del domingo de las 9 de la mañana en Catedral; en la Parroquia de San Pedro, la Misa del domingo de las 9 de la mañana y en Las Rosas la Misa de Sanación de las 19:00 horas el lunes primero de mes. En Blooger tenemos nuestras seis columnas diferentes publicadas en los tres principales diarios de Morelia. La dirección para encontrarlas es: jesusestavivoenmorelia.blogspot.com También nos puedes localizar en Twitter donde están nuestras columnas, pero ahí puedes hacer comentarios, críticas, sugerencias y todo lo que se le parezca. Su dirección es: twitter.com/jesusestavivo
¡Alabado sea Jesucristo!
BUENAS NOTICIAS PARA EL HOMBRE DE HOY
Grupo Apostólico Nueva Evangelización

1 comentario:

Unknown dijo...

Amén que si nuestro señor esta vivo yo también he visto maravillosos milagros en mi vida