miércoles, 2 de septiembre de 2009

Realmente ¿Quieres sanarte?

Jesús formula esta pregunta a un paralítico que llevaba 38 años junto a la piscina esperando un milagro para poder andar. En tales circunstancias, pudo parecer algo retórico y casi cruel preguntarle a ese hombre si quería recobrar la salud. Sus deseos eran evidentes: él aguardaba con ansia el temblor de las aguas y la ayuda de una mano salvadora. Pero Jesús sabía lo que hay en el corazón humano. Él conoce en profundidad nuestros extraños modos de proceder.
Curiosamente, entre las cosas raras que tenemos los hombres, está el hecho de que muchos de nosotros, en el fondo del alma, preferimos seguir postrados para siempre antes que levantamos. Nos cuesta acercarnos a quien puede ayudarnos. Tenemos miedo de que se diagnostique nuestro mal; lo negamos, lo ocultamos y permitimos que él siga su avance. Ésa es la constatación de psicólogos, médicos y directores espirituales. Rechazamos poner los medios que nos hacen andar. Sólo queremos aliviar los síntomas; aprender alguna receta fácil... pero dejando en claro que el mal es tan profundo que no tiene remedio.
Esto vale también en las crisis de fe; en los desgarrones que quitan sentido a nuestra vida. Nos encerramos allí, sin buscar las salidas. Pareciera que nadie quiere sufrir; se diría que todos buscamos la felicidad, pero extrañamente, con frecuencia, ponemos esa felicidad en compadecemos de nosotros mismos o en que los otros se preocupen de nosotros, nos tengan lástima y se nos acerquen. Parece que nos gusta que nos miren con compasión. No es raro encontrar a personas que narran con detalle sus dolencias y hacen notar las incomprensiones y malos tratos que injustamente reciben.
Los rencores, las rabias profundas que nos hieren por dentro, los remordimientos malsanos están agazapados en nuestro interior y se agarran a nosotros como una garrapata... y nosotros nos agarramos a ellos como a nuestra identidad. Ellos nos paralizan como al enfermo de la piscina.
El verdadero mal no está tanto en el dolor físico o en la pena que tengamos como en el modo como procesamos ese sufrimiento. Todos, tarde o temprano, tenemos que afrontar el dolor; el drama es que algunos preferimos quedar entrampados, paralizados para siempre en el mal. Eso explica que Jesús, antes de emprender la aventura del milagro y de la fe, nos pregunte: ¿Quieres sanarte?
Para andar, para superar nuestras dolencias es indispensable poner algo de nuestra parte. Todo es gracia pero nada se hace sin la humilde y libre colaboración humana. La vida y la salvación son un regalo, un don de Dios. La misma aceptación de ese don es también un regalo pero supone la cooperación del hombre: ¿Tú, quieres sanar?
Ante tantas penas, dudas de fe, incomprensiones, faltas de sentido, es necesario hacernos honradamente la pregunta que Jesús formuló al paralítico: ¿Quieres sanarte? ¿ Tú, quieres levantarte y andar? ¿Tú, quieres ayudarte y que te ayuden? ¿Eres capaz, en verdad, de confiar en los demás y en el Señor? ¿Eres capaz de mirar con honradez la verdadera causa de lo que te pasa? ¿Te atreves a poner los medios eficaces para salir de la parálisis? Si no quieres poner, al menos, ese deseo de tu parte, todos tus males son incurables... pero no olvides que el Señor ha venido para invitarte a andar. Si de verdad quieres sanar te invitamos al templo de Las Rosas a que dejes en las manos de Jesús TODOS tus males y te dejes apapachar por el que TODO lo puede. Si tu mal es incurable y los médicos ya nada pueden hacer, la cita con el Doctor de doctores es mañana a las cinco de la tarde en el consultorio más grande de Morelia: Las Rosas. Te invitamos a ver en nuestra página web, www.jesusestavivo.org.mx la Misa del domingo de las 9 de la mañana en Catedral; en la Parroquia de San Pedro, la Misa del domingo de las 9 de la mañana y en Las Rosas, la Misa de Sanación del lunes pasado. En Blooger tenemos nuestras seis columnas diferentes publicadas en los tres principales diarios de Morelia. La dirección para encontrarlas es: jesusestavivoenmorelia.blogspot.com También nos puedes localizar en Twitter donde están nuestras columnas, pero ahí puedes hacer comentarios, críticas, sugerencias y todo lo que se le parezca. Su dirección es: twitter.com/jesusestavivo
¡Alabado sea Jesucristo!
BUENAS NOTICIAS PARA EL HOMBRE DE HOY
Grupo Apostólico Nueva Evangelización

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